La central nuclear de Cofrentes, amenaza para la naranja valenciana
La reciente manifestaci¨®n de 1.500 obreros en el entierro de Rafael Coll, en Ayora, aquejado hace tres meses de una dolencia al recibir radiaciones de rayos gamma en su trabajo de instalaci¨®n de la estructura de un edificio perteneciente a la central, sensibilizada de nuevo la opini¨®n valenciana en un tema espinoso, porque tiene aspectos que podr¨ªan comprometer la econom¨ªa valenciana de forma inexorable si no se divulgan previamente y se debaten entre todos los afectados.Cuando se iniciaron las gestiones para acometer el proyecto hubo un traslado del punto inicial de localizaci¨®n de la central. De Pe?¨ªscola, en la costa de Castell¨®n, pas¨® a Cofrentes, en el valle de Ayora, comarca de secano y escas¨ªsima densidad de poblaci¨®n. Hidroel¨¦ctrica no acababa de llegar a esta comarca, pues la explotaci¨®n del salto de Cofrehtes la viene realizando desde hace a?os. Los vecinos conocen la compa?¨ªa, pero su permanencia no ha hecho que los once habitantes por kil¨®metro cuadrado aumentasen. Recientemente, con motivo de una visita de las autoridades provinciales, los vecinos expresaron que ya que les hab¨ªan colgado la central en compensacion promocionaran nuevos puestos de trabajo e instalaci¨®n de industrias.
As¨ª pues, una central nuclear no es la industria t¨ªpica que promociona una comarca. Se instala en zonas poco pobladas, pr¨®xima a cursos de agua y con f¨¢cil acceso a los centros de consumo. Por otro lado, su peligro contaminante hace que nucleares huyan de n¨²cleos de poblaci¨®n, y, especialmente, cuando ¨¦stos est¨¢n concienciados. Por ello en Cofrentes no se dan pretensiones ?desarrollistas? sino de eficacia. El r¨ªo J¨²car, en cuya margen derecha se construye la central, facilitar¨¢ el agua para la refrigeraci¨®n. Por otro lado, el ¨¢rea metropolitana de Valencia se encuentra escasamente a setenta kil¨®metros, Ford a sesenta y la IV planta a noventa (¨¦sta podr¨ªa consumir m¨¢s de la tercera parte de .la producci¨®n de la central). Y, finalmente, el ¨ªndice de despoblaci¨®n de la comarca ya ha quedado reflejado. De hecho, el valle de Ayora est¨¢ previsto como reserva natural de fauna y flora.
Un an¨¢lisis de la influencia de la central en el con?unto de la geograf¨ªa y econom¨ªa valenciana agrava los peligros ya de por s¨ª inherentes a toda central. Ochenta mil hanegadas del regad¨ªo valenciano pueden ser afectados por la contaminaci¨®n radiactiva. La situaci¨®n de Cofrentes en el curso alto del J¨²car, hace que las aguas industriales vertidas al r¨ªo se distri buyan por los campos de la Ribera Alta y Baja (comarcas naranjeras muy importantes) as¨ª como en un futuro, con la entrada en servicio del canal Jucarturia, rieguen L'horta de Valencia. Un agricultor de Alcira comentaba: ?Aqu¨ª somos como Santo Tom¨¢s. Hasta que no tengamos el agua contaminada no lo creeremos.?
Y un hecho es la localizaci¨®n elegida por la central denunciada por vecinos de Jalance, que solicitaron hace dos a?os la paralizaci¨®n de las obras. En un recurso contra la Direcci¨®n General de Energ¨ªa se explica que el n¨²cleo urbano de Jalance dista dos kil¨®metros 377 metros, mientras que la poblaci¨®n de Cofrentes se halla escasamente a 1,400, lo que supone incumplir la separaci¨®n m¨ªnima de 2.000 me tros se?alada por el reglamento de actividades molestas. Los vecinos a?ad¨ªan que dicha direcci¨®n general carec¨ªa de competencia para dar la autorizaci¨®n a la industria por ser facultad de la autoridad municipal del t¨¦rmino (sentencia del Tribunal Supremo, 19 de enero de 1973).
Otra cuesti¨®n debatida recientemente consiste en el car¨¢cter volc¨¢nico de la zona en que se localiza la central. Seg¨²n el miembro del Apri (Asociaci¨®n para la Protecci¨®n contra las Radiaciones lonizantes), Ricardo Blasco, ?est¨¢ colocada en una zona volc¨¢nica apagada, pero que puede despertar y provocar un caos?, y a?ade, que el peligro no existe ahora ?sino el d¨ªa en que la central empiece a funcionar?. Los t¨¦cnicos de Hidroel¨¦ctrica, por el contrario, aseguran que ?la actividad volc¨¢nica de esta zona es m¨¢s antigua que el medio mill¨®n de a?os que las normas americanas establecen como l¨ªmite del car¨¢cter capaz de los accidentes tect¨®nicos?.
El plan nuclear espa?ol tiene previsto cubrir para 1985 el 23 % de la demanda de energ¨ªa primaria, mediante la contrucci¨®n de veinticinco centrales, que suponen una inversi¨®n de 900.000 millones de pesetas. La central de Cofrentes se calcula que entrar¨¢ en funcionamiento en 1980.
El reactor que se va a utilizar es el mayor de un s¨®lo grupo instalado en el Estado espa?ol, con 974.000 kilowatios. Por el escaso caudal del J¨²car se ha elegido un sistema de refrigeraci¨®n de torres h¨²medas de tiro natural.
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