Un largo repertorio de lances de copa
Hecho el repaso de c¨®mo torean de capa las figuras, las menos figuras y figurones de diversa capacidad (lo hac¨ªamos ayer), sale que muy pocos llegan a interpretar con cierta brillantez la ver¨®nica y s¨®lo los m¨¢s audaces alcanzan a aventurarse en la no precisamente complicada t¨¦cnica de la chicuelina. El galleo por chicuelinas (o dicho lance, corrido) tiene mayor n¨²mero de ejecutores. Y m¨¢s a¨²n la larga cambiada de rodillas. Y ah¨ª (si salvamos alguna navarra de rara aparici¨®n) puede decirse que termina el repertorio de capa que habitualmente se ofrece en las plazas.Y no se dir¨¢ que los diestros no tienen d¨®nde elegir. He aqu¨ª una relaci¨®n -nada m¨¢s que parcialde su'ertes, que en tiempos se ve¨ªan habitual¨ªnente durante los primeros tercios: las dichas largas, quepueden ser cambiadas o afaroladas; la ver¨®nica, cargada la suerte, -a piesjuntos o de delantal; la media ver¨®nica, que es uno de los m¨¢s bellos remates -incluso dir¨ªamos lances- y est¨¢ cayendo en desuso; las navarras, en sus dos versiones de giro la chicuelina, a piesjuntos o en galleo; el farol (que lo da Luis Francisco Espl¨¢ y casi nadie m¨¢s); la gaoriera; el lance de frente por detr¨¢s; la aragonesa; la mariposa; la orteguina; la tapat¨ªa, etc¨¦tera, con todo tipo de variantes (el marqu¨¦s de Villagodio nos recordaba la ver¨®nica a capote vuelto, especie de tijerilla), m¨¢s los remates, desde la revolera y su prolongaci¨®n barroca de serpentina, hasta las largas cordobesas, pasando por el capote a los hombros y la ya dicha media ver¨®nica. Y todo ello, salvo excepciones, de pie o de rodillas.
La excusa es decir que los torerosse reservan para la muleta (como si instrumentar estas suertes supusiera espantoso. agotam iento) o tambi¨¦n que al p¨²blico de hoy s¨®lo le interesa ver mil pases (siempre el mismo, por cierto) en el ¨²ltimo tercio.Bien es verdad -hay que reconocerlo- que alguna vez ciertos toreros deciden montar un show y no resucitan ninguno de estos lances, pero s¨ª un peculiar toreo al alim¨®n, y algo es. Por ejemplo, citan dos con el capote, pasa el toro entre ambos.y rematan, al un¨ªsono, por chicuelinas. 0 les sale un pan como unas obleas; m¨¢s frecuentemente esto.Profec¨ªa: el d¨ªa en que aparezca un torero que sepa instrumentar con t¨¦cnica y arte la cuarta parte de los lances de capa mencionados, se lo lleva todo. Pero esta es la cuesti¨®n: ?d¨®nde los aprenden?
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