Checoslovaquia, equipo revelaci¨®n del campeonato europeo
Austria y Finlandia han sido dos selecciones que se han mantenido en el nivel que se esperaba de ellas, al igual que B¨¦lgica, que si ha quedado en octavo lugar, un puesto superior al que le corresponde, no ha sido por su nivel de juego, sino por Holanda, que le regal¨® el ¨²ltimo partido.Los belgas son un conjunto que basa sus acciones en las individualidades de sus dos estrellas: el norteamericano Corky Bell y el h¨²ngaro Nyitrai. Los dem¨¢s son meros comparsas, con m¨¢s o menos calidad, de estos dos hombres de treinta y 3 1 a?os. Cuando se retiren, el futuro del equipo belga ser¨¢ muy incierto.
Los holandeses cuentan en sus filas con seis americanos nacionalizados bien compenetrados y que convierten a esta selecci¨®n en una promesa. Wouditra y, sobre todo, Akerboom, m¨¢ximo encestador del campeonato, son dos piezas que resultan poco menos que insustituibles. Bulgaria, sin embargo, ha respondido a lo que se esperaba de ella con ese sexto lugar.
El equipo de Israel ha sido el protagonista de uno de los m¨¢sclaros mejoramientos de nivel de juego. Su quinto lugar, el mejor de toda su historia, ha venido a recompensar un esfuerzo com¨²n de todo un equipo. Su handicap, sin embargo, est¨¢ en la altura. Ausente Menkin, ninguno de sus jugadores sobrepasa los dos metros, y esto es una dif¨ªcil barrera a la hora de enfrentarse a los grandes.
Entre estos grandes cabe se?alar la actuaci¨®n de Italia, que estuvo genial en los primeros encuentros, pero que fall¨® en la fase ¨²ltima. Sq cuarto .puesto, pese a la victoria sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica por vez primera, no ha satisfecho a los transalpinos y parece ser que se ha desencadenado una guerra que nadie sabe c¨®mo acabar¨¢.
Checoslovaquia, por su parte, ha protagonizado la sorpresa entre los grandes. Ha conseguido el bronce y un equipo que ha sabido amalgamar la juventud y la veteran¨ªa. Konopasek y Dousa, con 31 y treinta a?os, son los veteranos del equipo, y Kos, Kropilak, Brabenec y Pospisil (elegido mejor jugador del campeonato) completan la base de una selecci¨®n ya temible para los pr¨®ximos campeo natos. Los sovi¨¦ticos, por su parte, forman un grupo caracterizado por la potencia de sus hombres, pero con muchas lagunas en su conjunto.
Hoy por hoy los yugoslavos, que han sido just¨ªsimos campeones, les aventajan en muchas cosas que de momento quedan lejos de poderlas alcanzar el entrenador sovi¨¦tico Gomelski. Yugoslavia dispone de un equipo homog¨¦neo con seis hombres claves: Slavnic, Dalipagic, Kicanovic, Jerkov, Cosic (quinteto titular), con Dalibasic como sexto en discordia, que no desentona en absoluto de sus compa?eros. Detr¨¢s ya empujan,y con fuerzahombres como Radovanovic, que a sus veinti¨²n a?os y 2, 10 de estatura ha sido un digno sustituto de los consagrados Jerkov y Cosic.
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