"La filosof¨ªa mexicana ser¨ªa inconcebible sin el espa?ol Jos¨¦ Gaos"
Conversaci¨®n con el profesor Ram¨®n Xirau sobre exilio y literatura
Ram¨®n Xirau, profesor de Filosof¨ªa en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, se encuentra en Madrid despu¨¦s de casi cuarenta a?os de ausencia. Hijo de Joaqu¨ªn Xirau, fil¨®sofo y pedagogo, vinculado a la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, ha realizado desde 1938 su actividad profesional en M¨¦xico, donde adopt¨® su ciudadan¨ªa en 1955. ?Los exiliados espa?oles fueron muy bien recibidos en M¨¦xico y la influencia fue mutua. La filosof¨ªa mexicana, por ejemplo, ser¨ªa inconcebible sin Jos¨¦ Gaos?, declar¨® a EL PAIS el profesor Xirau.
Durante su breve estancia en Madrid, piensa entrevistarse con algunos poetas y fil¨®sofos como Jos¨¦ Hierro, Vicente Aleixandre y Xavier Zubiri, adem¨¢s de volver a Barcelona, donde naci¨® en 1924 y conocer algunas ciudades castellanas. Realiz¨® sus estudios en el Instituto Escuela y los universitarios en M¨¦xico. Es autor de unos veinte libros de filosof¨ªa, poes¨ªa, ensayo y cr¨ªtica literaria.?Los espa?oles fueron muy bien recibidos en M¨¦xico. Cuando llegaron Jos¨¦ Gaos y mi padre, el gran maestro de la filosof¨ªa Antonio Caso los recibi¨® con los brazos abiertos y pronto se estableci¨® una comunicaci¨®n real e inmediata. La influencia sobre la cultura mexicana ha sido muy fuerte en todos los sentidos. Adem¨¢s de esta presencia de intelectuales espa?oles, la influencia de M¨¦xico sobre ellos fue interesante y se puede comprobar en el cambio producido en la poes¨ªa de Cernuda, Emilio Prados y Le¨®n Felipe. Esta colaboraci¨®n mutua se concret¨® en revistas, como Romance y El hijo pr¨®digo, realizadas entre 1939 y 1950.?
Ram¨®n Xirau distingue varias generaciones del exilio espa?ol en M¨¦xico. ?Se han dado cuatro reacciones distintas, seg¨²n las edades. En primer lugar, la gente que lleg¨® entre los 40 y 50 a?os, con un exilio duro y enorme necesidad de expresarse, tratando de penetrar a fondo en Hispanoam¨¦rica. Jos¨¦ Gaos promovi¨® el estudio de la filosof¨ªa y el significado del ser mexicano. Una segunda generaci¨®n, la que hizo la guerra, fue la m¨¢s afectada. Una tercera, en la que me incluyo, llegamos de muchachos, muy pol¨ªtizados los primeros a?os, con una vivencia de la guerra civil posiblemente deformada y que, a mi modo de ver, nos adaptamos muy bien al pa¨ªs. Hay otra cuarta generaci¨®n, los m¨¢s j¨®venes, que es m¨¢s nost¨¢lgica.?
El profesor Xirau se muestra partidario de un mayor intercambio personal entre la comunidad hispanohablante. ?La conexi¨®n que se ha establecido entre gentes nacidas en Espa?a y en Hispanoam¨¦rica puede ser la l¨ªnea cultural a seguir en todos los pa¨ªses de habla espa?ola. No s¨®lo intercambio a nivel de Gobierno, sino de personas, profesores, artistas, poetas. En M¨¦xico, estamos dispuestos a invitar a bastantes espa?oles. Ahora mismo la gente est¨¢ apasionada con la evoluci¨®n espa?ola. Este intercambio personal es el m¨¢s importante. Recuerdo que mi padre me dijo: "Aqu¨ª en M¨¦xico he descubierto Espa?a." Tambi¨¦n es necesario la creaci¨®n de centros hispanoamericanos de estudio.?
La filosof¨ªa y la poes¨ªa han ocupado gran parte de la obra de Xirau, en t¨ªtulos como Introducci¨®n a la historia de la filosof¨ªa (1964), Palabras y silencio (1968), The nature Of man (1968), en colaboraci¨®n con Erich Fromm; Genio y figura de sor Juana In¨¦s de la Cruz (1967), Octavio Paz, el sentido de la palabra (1974), El desarrollo y las crisis de la filosof¨ªa occidental (1975). En la actualidad dirige un seminario sobre filosof¨ªa y poes¨ªa en la Universidad de M¨¦xico y ultima un libro, Poes¨ªa y conocimiento, sobre la obra de Borges, Lezama Lima y Octavio Paz.
?La filosofla y la poes¨ªa coinciden en plantearse los grandes problemas de la vida. Tanto el poeta como el fil¨®sofo tratan de escribir sobre "el mundo que se encontraron", los grandes asuntos del amor, la vida, la muerte, la supervivencia. Desde el Renacimiento se piensa que la raz¨®n y las emociones van por distinto camino. Pero ni la emoci¨®n es tan irracional ni la raz¨®n es tan esencialmente pura. Ya Ortega hablaba de una "raz¨®n vital" y Bergson de "emociones creadoras de ideas". Se puede conjugar emoci¨®n, raz¨®n e imaginaci¨®n.?
?Tampoco separo las ciencias de la poes¨ªa y la filosof¨ªa. Entre los hombres de ciencia hay personas muy conscientes de que su trabajo es un arma terrible de doble filo. Es frecuente encontrar a f¨ªsicos creadores que se plantean problemas de orden filos¨®fico, moral, ¨¦tico. Los casos m¨¢s notables son Einstein y Openheimer. Ouiz¨¢ en el futuro se consideren como los fil¨®sofos de nuestro tiempo. Prueba de ello es el resurgimiento de Whitehead, que empez¨® siendo l¨®gico y matem¨¢tico y acab¨® como metaf¨ªsico. Existe una especie de voluntad de humanismo, que se aprecia en el inter¨¦s por las cuestiones filos¨®ficas de los hombres de ciencia.?
Babelia
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