M¨¢s de cien mil vascos se manifestaron ayer por la autonom¨ªa de Euskadi
Unos 120.000 vascos se manifestaron ayer en Bilbao, de ocho a diez de la noche, para pedir la autonom¨ªa de Euskadi. Durante gran parte de la marcha los manifestantes aparecieron divididos en dos grupos: los que segu¨ªan la convocatoria unitaria de los partidos mayoritarios y quienes predicaban la libertad de consignas. Entre ambos se registraron roces e insultos, sin que los incidentes tuvieran mayores consecuencias, hasta que finalmente se fusionaron los dos grupos.Una pancarta de unos veinte metros con la leyenda Autonom¨ªa abr¨ªa la manifestaci¨®n, fuertemente custodiada por un servicio de orden compuesto, al menos, por 3.000 personas. Tres consejeros del Gobierno vasco y una decen¨¢ de parlamentarios, en su m¨ªayor¨ªa senadores del PSOE y PNV, encabezaban la marcha.
Detr¨¢s de los parlamentarios centenares de ikurri?as, banderas de todos los partidos y pancartas que en su mayor¨ªa hac¨ªan referencla a la consigna unitaria de la autonom¨ªa. Tal vez el eslogan m¨¢s repetido a lo largo de toda la marcha fue Navarroa Euskadi da (Navarra es Euskadi), junto con los referidos a la legalizaci¨®n de todos los partidos y al Estatuto.
Ning¨²n incidente se registr¨® en la cabeza de la manifestaci¨®n, que hacia las nueve de la noche aceler¨® su marcha al arreciar la lluvia.
En la zona media de la columna el clima era bien distinto al de la cabeza. Con la incorporaci¨®n de un grupo integrado por varios miles de militantes y simpatizantes de LKI, LC, OIC, OCE-BR, EK y EIA se produjeron los ¨²nicos incidentes -no graves- habidos en la manifestaci¨®n. Las seis fuerzas citadas, que se negaron a suscribir la convocatoria unitaria, aunque si apoyaban la manifestaci¨®n, se hab¨ªan reunido media hora antes de iniciarse la marcha junto al Instituto Nacional de Previsi¨®n, al final de la Gran V¨ªa, con el fin de incorporarse conjuntamente, con una serie de pancartas en las que se pod¨ªa leer, entre otras cosas, La izquierda unida por la soberan¨ªa nacional, La soberan¨ªa la consigue el pueblo con su lucha y Euskadi no es Euskadi sin Navarra.
P¨¢gina 15
Sin incidentes en la manifestaci¨®n auton¨®mica de Bilbao
(Viene de primera p¨¢gina)
Portando la pancarta unitaria de las seis fuerzas se encontraba uno de los extra?ados, I?aki Sarasqueta, perteneciente a LKI. Junto a ¨¦l iban otros cuatro extra?ados (Izko, Atxega, Uriarte y Onaind¨ªa) militantes de EIA.
Al encontrarse ambas columnas se sucedieron, durante m¨¢s de media hora, una serie de fricciones y empujones que no llegaron a revestir gravedad. Los integrantes de la gran manifestaci¨®n se negaban en principio a aceptar a los que configuraban la segunda columna. En un clima de tensi¨®n y nerviosismo se negoci¨® la fusi¨®n de los dos grupos, se produc¨ªan insultos. Frente a los gritos de independencia, los mayoritarios contestaban batasuna (unidad).
A partir de las 8.15, la situaci¨®n comenz¨® a resolverse. Los militantes del PCE y MEC permitieron la entrada en la manifestaci¨®n de los grupos de izquierda, que, pese a todo, se integraron de forma separada. Mientras se repiten consignas enfrentadas, Euskadi quiere un Gobierno vasco y Euskadi quiere un Gobierno constituyente, los comunistas frenaron finalmente su marcha dejando que se produjese la unidad de los dos bloques.
Mensaje de Leizaola
Terminada la manifestaci¨®n en la bilba¨ªna plaza de Zabalburu, se difundi¨® por los altavoces un mensaje grabado del lendakari Leizaola al pueblo vasco. El presidente del Gobierno de Euskadi, que record¨® su condici¨®n de exiliado, dedic¨® la mayor parte del discurso a recordar el largo camino recorrido durante los ¨²ltimos 41 a?os.
?La acci¨®n de estos a?os fue obtener la libertad de los presos y represaliados, asegurar la emigraci¨®n pol¨ªtica, repatriar a Euskadi a cuantos pudieron. No creo -dijo Leizaola- que haya un solo ciudadano de Euskadi a quien no le haya favorecido de alg¨²n modo, a ¨¦l mismo o a alguno de sus m¨¢s pr¨®ximos familiares, esta acci¨®n del Gobierno de Euskadi.?
La reuni¨®n constitutiva del Gobierno vasco, el 7 de octubre de 1936, fue, seg¨²n sus palabras, ?el comienzo de una gran aventura, la de lanzamos a un combate tras la bandera de la libertad, cuyo final cre¨ªamos entrever victorioso?.
?En los primeros diez a?os de nuestra existencia -sigue diciendo el se?or Leizaola-, las guerras, las c¨¢rceles, las venganzas, la expatriaci¨®n, todas las formas imaginables de violencia, cayeron incesantemente sobre los vascos sin exceptuar a nadie?, en esta l¨ªnea recuerda el ministro vasco fusilado en Vitoria, a los millares de conciudadanos amontonados en las c¨¢rceles, a todos los que cayeron en bombardeos a¨¦reos de poblaciones no defendidas?.
A continuaci¨®n del mensaje del lendakari Leizaola se ley¨® otro escrito firmado por los doce partidos que hab¨ªan convocado la manifestaci¨®n. Despu¨¦s de algunas consideraciones sobre la voluntad del pueblo vasco, constatada en las ¨²ltimas elecciones, de tener un estatuto de autonom¨ªa, en el escrito se se?alaba que ?el Gobierno no ha dado a¨²n los pasos necesarios para satisfacer las reivindicaciones propias exigidas, como la amnist¨ªa total, legalizaci¨®n de todos los partidos, retorno de exiliados y, en definitiva, el restablecimiento de garant¨ªas para el ejercicio de los derechos y libertades individuales y p¨²blicos?.
Los partidos firmantes del escrito advierten al Gobierno de su desidia en abortar los intentos de desestabilizaci¨®n, se?alando como ejemplo el atentado contra la revista Punto y Hora de Euskal-Herria. Entienden tambi¨¦n que esta misma desidia se registra en el terreno econ¨®mico. El escrito conclu¨ªa pidiendo la inmediata cooficialidad del euskera, as¨ª como un r¨¦gimen provisional de autonom¨ªa que agrupe a las cuatro regiones hist¨®ricas vascas.
El comunicado de los doce partidos que suscribieron la convocatoria fue le¨ªdo por el consejero socialista Juan Iglesias, que a?adi¨® de su cosecha un p¨¢rrafo de apoyo a los parlamentarios, lo que origin¨® la protesta de los partidos que no forman parte del Gobierno vasco. Por otra parte, una parte del grupo disidente emple¨® meg¨¢fonos para impedir que se escuchase la lectura del manifiesto unitario.
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