Terrenos libres, privatizados para sufragar el conjunto
Entre 1.500 y 2.000 hect¨¢reas del monte de El Pardo est¨¢n ocupadas hoy por dependencias privadas, ya sea vendidas, lo que las hace irrecuperables, o en r¨¦gimen de concesi¨®n, que cuando terminen revertir¨¢n al Patrimonio Nacional. Hasta ahora las concesiones han continuado la misma l¨ªnea que las ventas: traspasar terrenos comunes a particulares que los han utilizado con fines elitistas, orient¨¢ndolos a un sector social de alto poder adquisitivo. Los ejemplos m¨¢s evidentes ser¨ªan los del Tejar de Somontes, la sociedad de Tiro de Pich¨®n, y la misma Fundaci¨®n General¨ªsimo Franco.
En el Gabinete de Prensa del Patrimonio, de forma oficiosa, ya que actualmente trabajan en la preparaci¨®n de un amplio dossier sobre el monte de El Pardo y prefieren exponer su opini¨®n por ese medio, informaron que la venta y cesi¨®n de terrenos fue algo impuesto por las caracter¨ªsticas espec¨ªficas del Patrimonio que, al ser un organismo aut¨®nomo, no recibe subvenciones de ning¨²n tipo.Los fondos conseguidos en esas operaciones se destinar¨¢n a mantener, reparar y mejorar los bienes actuales del organismo, tanto muebles como inmuebles.
En contrapartida, el Patrimonio Nacional es un organismo opaco, que depende directamente de la Jefatura del Estado. Debe ser el ¨²nico ente oficial que no rinde cuentas ante el Tribunal de Cuentas del Reino y ni Hacienda dispone de interventores oficiales que las examinen. La administraci¨®n de sus propiedades se hace asimismo sin excesivas conexiones con los diferentes organismos con competencias en el mismo campo. As¨ª, en el palacio cre La Zarzuela se han a?adido en a?os pasados dos pabellones independientemente de la Direcci¨®n General de Bellas Artes, que debi¨® visarlo al estar declarado monumento nacional. Este tipo de actuaciones, sin embargo, se han justificado en el sentido que los t¨¦cnicos de Bellas Artes conoc¨ªan las obras, que no son clandestinas, ni mucho menos, y que simplemente,se. han evitado dilaciones burocr¨¢ticas.
Parcelas privatizadas
Seg¨²n s¨¦ va por la carretera de Moncloa a El Pardo, el automovilista se encuentra con los accesos a las diversas instalaciones. Primero el Parque Sindical, solaz masificado del pueblo madrile?o, en el que todos los veranos el n¨²mero de visitantes sobrepasa el mill¨®n de personas. Luego la Playa de Madrid, en servicio desde tiempos de la Rep¨²blica.
A la derecha se encuentra la sociedad de Tiro de Pich¨®n, presidida por Rafael de la Joya, arquitecto residente en la colonia La Florida. El presidente de honor, Jos¨¦ Falc¨® y Alvarez de Toledo, conde de Elda, es tambi¨¦n vocal de la inmobiliaria Urbis, ligada a Laparanza, SA, propietaria a su vez de la finca de Vi?ueles, en la que se quer¨ªa construir una ciudad sat¨¦lite de 100.000 habitantes -el proyecto no fue admitido por el Ministerio de la Vivienda.
Para ser socio del Tir¨®n de Pich¨®n son dos los requisitos m¨¢s importantes, contar con el aval de dos personas que ya lo sean, y pagar una cuota de entrada cercana a las 225.000 pesetas. El Tejar de Somontes es el otro gran club privado, aunque en este caso la cuota sea s¨®lo de 96.000 pesetas.
Fundaci¨®n General¨ªsimo
Cap¨ªtulo aparte merece la Fundaci¨®n General¨ªsimo Franco, cobijada desde su creaci¨®n por el anterior Jefe de Estado, quien de su pu?o y letra redact¨® el acta fundacional, en 1941. Su finalidad era impulsar la fabricaci¨®n de muebles, bronces, tapices, alfombras.... continuando la tradici¨®n espa?ola en estos menesteres, al tiempo que se diera instrucci¨®n gratuita a obreros en, estos oficios. Los cuatro millones decapital inicial fueron donados por Francisco Franco.
Desde entonces, la protecci¨®n a este organismo ha sido total aunque -seg¨²n la opini¨®n de personas especializadas- sus creaciones no se puedan considerar art¨ªsticas y se limite a la copia m¨¢s o menos feliz de creaciones de siglos anteriores. Su presidente actual es Fernando Fuertes de Villav¨ªcencio, presidente a su vez del Patrimonio Nacional, ya que este organismo decidi¨® absorber la fundaci¨®n cuando sus finanzas no eran demasiado boyantes.
Decoraci¨®n oficial
Se considera como promotor de la idea de la Fundaci¨®n a Bernardo Su¨¢rez, amigo personal de Franco y fabricante de alfombras en Le¨®n. Los actuales productos que salen de sus naves se destinan por lo general al adorno de ministerios, despach¨®s oficiales, restaurantes o bien hoteles de lujo. Se cree que la Fundaci¨®n ha vuelto hoy al INI, a trav¨¦s de la Empresa Nacional de Artesan¨ªa, lo que se enmarcar¨ªa en la pol¨ªtica del INI de hacerse cargo de empresas deficitarias.
A lo largo de toda la franja del Manzanares, hasta llegar al embalse de El Pardo, se suceden otros edificios, algunos de ellos militares.
Los m¨¢s importantes son el Instituto Llorente de Bacteriologia, las instalaciones de la Divisi¨®n Acorazada Brunete, otras dependencias del Ministerio del Ej¨¦rcito y de Obras P¨²blicas, el Parque Central de Transmisiones, la extinta Secretar¨ªa General del Movimiento, los Viveros de la Villa de Madrid, y algunos restaurantes, como El Faro, G¨ªnebra, La Perdiz, y el de Sornontes.
La explicaci¨®n facilitada oficiosamente pior el Patrimonio Nacional consiste, por una parte, en su necesidad de recaudar fondos, y por otra, que ocupan franjas de terrenos situadas a ambos lados de la carretera y limitada por uno de los lados por el rio Manzanares, por lo que son zonas poco aptas para servir de h¨¢bitat a los animales que viven libremente en la zona vallada del monte.
Aguas arriba del Manzanares, en su margen izquierda, se encuentran dos sociedades m¨¢s destinadas a la alta sociedad, el Club Puerta de Hierro y el Club de Tiro Somontes.
Algunos de los direciores o propietarios de restaurantes de la zona, consultados sobre el importe del alquiler de los terrenos, su duraci¨®n, han preferido guardar silencio. Se muestran tambi¨¦n de acuerdo en que el monte no sea abierto al p¨²blico, ya que su utilizaci¨®n masiva -alegan- acarrear¨ªa su degradaci¨®n.
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