El programa de Guti¨¦rrez Mellado ser¨¢ desarrollado en tres o cuatro a?os
El informe general 1/77, dirigido por el ministro de Defensa, general Guti¨¦rrez Mellado, a todos los mandos de las Fuerzas Armadas aporta las respuestas que esa fuerzas est¨¢n en condiciones de dar, por su parte, a las cuestiones pol¨ªtico estrat¨¦gicas propias de la defensa nacional. Las respuesta que da el informe son de naturaleza, t¨¦cnico-profesional, y por ello son una parte tan s¨®lo de las que, deben de dar otras ramas de la Administraci¨®n, el Estado y la sociedad en general. El informe contiene diversas referencias a iniciativas y resoluciones que, recaen sobre el Ministerio e Asuntos Exteriores, el Gobierno y sus ¨®rganos militares asesores las Cortes y, sobre todo, la sociedad espa?ola.El programa contenido en el informe, y el que se ha trazado el nuevo Ministerio de Defensa, puede cumplirse en tres o cuatro a?os, seg¨²n sus responsables
Ser¨¢n a?os que podr¨¢n llamarse ?de reforma org¨¢nica?, en que el Ministerio de Defensa llegar¨ªa a constituir un Ministerio ? inter-Ej¨¦rcitos previo a la const¨ªtuci¨®n de un verdadero Ministerio de Defensa avanzado La etapa inter-Ej¨¦rcitos ha sido, tradicionalmente, un estadio de la organizaci¨®n defensiva por el que otros pa¨ªses han pasado. El Ministerio de Defensa brit¨¢nico fue creado despu¨¦s de la segunda guerra mundial, aun cuando los tres Ej¨¦rcitos ni siquiera hab¨ªan sido findidos en una organizaci¨®n global. En Francia la etapa ?inter-ej¨¦rcitos? del Ministerio de Defensa dur¨® de 1945 a 1961 Lo que caracteriza una etapa pos-inter-ej¨¦rcitos es: 1), la n¨ªtida definici¨®n de la funci¨®n defensiva, en el orden constitucional y pol¨ªtico; 2), la planificaci¨®n militar es encarnada por la junta de los jefes de estado mayor, y la direcci¨®n.pol¨ªtic¨¢ y administrativa del esfuerzo, defensivo es encarnada por el ministro; 3), la defensa se hace funci¨®n econ¨®rnica y cient¨ªfi¨¦a de la vida social de la nacion.
Podemos estimar que el informe que nos ocupa contiene las sem¨ªllas para hacer surgir en su dia un Ministerio de Defensa avanzado. En efecto, el informe, anuncia la presentaci¨®n de un proyecto de ley reguladora de responsabilidades en materia de defensa nacional igualmente, el informe deslinda la rama militar de la pol¨ªtico- administrativa, pero la pone bajo la dependencia deI ministro; en fin, el informe hace concebir (aunque d¨¦bilmente) la esperanza de que a la defensa se la va a dotar de una dimensi¨®n cient¨ªfica y econ¨®mica importante cuando anuncia la creacion de un organismo de alto nivel para el armamento, el material y la infraestructura, y de un centro superior de informaci¨®n para la defensa.
Creemos, sin embargo, que el Ministerio de Defensa va a operar en precario durante esos tres o cuatro a?os. Sigue en pie la noci¨®n de que la defensa es cosa de sol¨ªdados; y ¨¦se no es s¨®lo el pensamiento de muchos soldados. De momento, el ministerio de Defensa y, sobre todo, su ministro, deben de contar con la incomprensi¨®n (en el sentido epistemol¨®gico de la palabra) por parte de la sociedad, y con la desolidarizaci¨®n de algunos sectores militares, para los que la noci¨®n de reforma militar va sosp¨¦chosamente unida a las de reforma pol¨ªtica y de democratizaci¨®n.
Antes de continuar, en d¨ªas sucesivos con este estudio, es preciso dejar sentadas dos premisas. La primera es que no hay defensa seria y digna de tal nombre sin el consenso popular, y que este consenso no puede ser impuesto. Ello no quiere decir que la opini¨®n p¨²blica deba de ser motor inspirador de las iniciativas defensivas; ni lo ha sido hist¨®ricamente, ni lo puede ser, pues aqu¨¦l las son de naturaleza cient¨ªfica e intelectual, por lo que no deben de confundirse con los instintos de resistencia popular ante el enemigo, m¨¢s cercanos al coraz¨®n del pueblo.
La segunda de las premisas es que la planificaci¨®n de una pol¨ªtica de defensa se hace a muy largo plazo. Ello viene determinado por los ciclos en que se presentan las condiciones ambientales pol¨ªtico-estrat¨¦gicas y los sistemas de armas. Un plan estrat¨¦gico de empleo de fuerzas puede ser v¨¢lido solamente durante cinco o diez a?os, y un sistema de armas tiene una vida de unos treinta, a?os, desde su infancia en la mesa de dise?o hasta su desguace como chatarra. Pero la vida ¨²til de un ministro de Defensa, y aun de un Gobierno, puede medirse, como mucho, en unos pocos a?os.
Esas apreciaciones nos permiten afirmar que los planes de reforma militar del general Guti¨¦rrez Mellado son s¨®lo los primeros pasos, los necesarios e inexcusables pasos, de-una puesta en orden (abandonada durante decenios por nuestros Gobiernos y sociedad), para que Espa?a pueda ser un agente significativo del sistema internacional, y se empiece a poner a la altura organizativa de otros pa¨ªses de su misma ¨¢rea pol¨ªtico-social. La resistencia a estos necesarios pasos no constituye m¨¢s que una inadmisible intentona retr¨®grada.
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