Francia considera capital el neutralismo yugoslavo

A los 85 a?os de edad, Josin Broz, Tito, presidente vitalicio de Yugoslavia, lleg¨® ayer a Par¨ªs en visita oficial. Fue recibido fastuosamente por Valery Giscard d'Estaing y protegido por 5.000 polic¨ªas. La continuidad del no alineamiento de Belgrado el d¨ªa que desaparezca el ¨²ltimo ?jefe hist¨®rico? vivo de los que surgieron durante la segunda guerra mundial, ser¨¢ la mayor preocupaci¨®n de los dos hombres de Estado a lo largo de las tres entrevistas que celebrar¨¢n en el palacio del El¨ªseo.M¨¢s que nunca en el momento presente, la estrategia europea de la distensi¨®n y de la coexistencia Este-Oeste tiene un apoyo que la diplomacia francesa considera capital: el neutralismo de Yugoslavia, mantenido sin desmayo durante los cuarenta a?os de presidencia del mariscal Tito.

En el mismo sentido, y con las mismas intenciones valoran los observadores la ?¨²ltima cruzada? de Tito: el mariscal visit¨® recientemente Pek¨ªn y Mosc¨²; desde el sur de Francia, en donde descansar¨¢ algunos d¨ªas, viajar¨¢ a Portugal y a Argelia, y a principios de 1978 llegar¨¢ a Estados Unidos. Todo este periplo parece destinado a advertir a quienes ?sue?en? con amenazar la posici¨®n estrat¨¦gica de Yugoslavia, basada en su no alineamiento.

Adem¨¢s de examinar el contencioso mundial de actualidad, partiendo de su convergencia en materia de distensi¨®n y rechazo de los dos bloques, franceses y yugoslavos intentar¨¢n desarrollar sus relaciones comerciales. Otra cuesti¨®n pendiente, los 70.000 inmigrantes yugoslavos v¨ªctimas, como los dos millones restantes, de las recientes medidas flancesas destinadas a forzar su regreso.