409 viviendas de El Ferrol ocupadas por familias obreras
Cansadas de esperar a que los organismos oficiales les facilitasen un piso donde alojarse, m¨¢s de cuatrocientas familias de El Ferrol (La Coru?a) hicieron el hatillo con sus modestos enseres y ocuparon en el barrio de Caranza 409 viviendas que fueron construidas hace cinco a?os por encargo del Ministerio de la Vivienda y que inexplicablemente permanec¨ªan vac¨ªas. ha dialogado con los ocupantes y recogido las opiniones contrastadas que en la calle hay sobre este hecho.?Fue un acto espont¨¢neo al que nos oblig¨® la necesidad acuciante por la que pasamos los trabajadores ferrolanos -declar¨® a EL PAIS Pedro Pi?eiro Estrav¨ªs, de la comisi¨®n que representa a los ocupantes-. Hace algunos meses ya se hab¨ªa producido un intento de llevar a cabo la ocupaci¨®n por parte de unas quince familias que fueron desalojadas debido, al parecer, a que hab¨ªan ocupado viviendas destinadas para la Polic¨ªa Armada. Nosotros ahora vimos que esto estaba vac¨ªo, totalmente abandonado e incluso destruy¨¦ndose poco a poco y pensamos que, puesto que nadie se acordaba de resolvernos el problema a pesar de las gestiones realizadas, deb¨ªamos venir a estos pisos y ponernos a vivir en ellos.?
Seg¨²n el Ministerio, el problema radicaba en que la empresa constructora (VOSA) no hab¨ªa cumplido sus compromisos y, por tanto, las viviendas no hab¨ªan pasado a¨²n a su disposici¨®n. La situaci¨®n se prolongaba, seg¨²n los obreros, desde hace cinco a?os y nadie parec¨ªa molestarse en arreglar el asunto. ? Esto estaba en total estado de abandono -inform¨® Ram¨®n Rom¨¢n, Agr¨¢s, otro representante de la ocupaci¨®n- Se cometieron en los pisos actos casi de vandalismo, como robar todo lo que ten¨ªan. Hasta el parquet y los azulejos se llevaron en muchos casos. La mayor parte de las casas ten¨ªan sus puertas forzadas y era sabido que este lugar estaba incluso siendo utilizado como nido de amor por las parejas. ?Qu¨¦ tiene, pues, de malo que unos trabajadores que necesit¨¢bamos casas vini¨¦ramos para aqu¨ª y las ocup¨¢ramos pac¨ªficamente??
La ocupaci¨®n se llev¨® a cabo durante los d¨ªas 25, 26 y 27 de agosto, principalmente. Al principio, hubo algunas dificultades con la polic¨ªa, que estacion¨® un jeep en la puerta del primer bloque ocupado y no dejaba meter muebles en los pisos.
Por la noche, a altas horas de la madrugada, llegaba una familia desde puntos distintos de la ciudad. A veces, incluso de lugares que distaban veinte kil¨®metros de El Ferrol. Echaban una ojeada a los pisos, buscaban uno que todav¨ªa no estuviera ocupado por otros necesitados, met¨ªan dentro sus b¨¢rtulos, cambiaban la cerradura de la puerta y, esa misma noche, ya se quedaba alguien de la familia a dormir en el suelo o sobre un colch¨®n improvisado. ?No lo hac¨ªamos con mala conciencia, no. Una vez dentro, nos apresur¨¢bamos a poner nuestros nombres en la puerta para que se supiese qui¨¦n era el ocupante?, manifest¨® Manuel Porto D¨ªaz. Inmediatamente despu¨¦s, los ocupantes se dirig¨ªan a la comisar¨ªa pata autodenunciar lo que acababan de hacer. El juzgado se ocupar¨ªa luego de diligenciar el asunto.
El alcalde, ayud¨®
Los nuevos vecinos de Caranza empezaron a autoorganizarse. ?Ten¨ªamos -declar¨® Guillermo Pi?¨®n Quint¨¦s- graves problemas derivados de la falta de agua, de luz, de butano y de todo. Fuimos al Ayuntamiento y el alcalde nos atendi¨® bastante bien. Orden¨® que se nos diera el agua y se estableciera un servicio de recogida de basuras.?Para la luz hubo m¨¢s dificultades. ?La Delegaci¨®n de Industria y la empresa Fenosa -dijo a EL PAIS Carlos Mella- nos pusieron pegas que est¨¢n empezando a resolverse gracias a las gestiones que hicieron nuestros representantes en Madrid ante los Ministerios de la Vivienda y de Industria.? Los ocupantes tuvieron r¨¢pidamente el apoyo de todos los partidos pol¨ªticos, desde el PSOE a la extrema izquierda, y de las organizaciones sindicales. Sobre estas ¨²ltimas no existe id¨¦ntico criterio entre todos los afectados. Algunos representantes criticaron particularmente a Comisiones Obreras y elogiaron el apoyo recibido con entusiasmo por parte de USO, UGT y CSUT. Se moviliz¨® la opini¨®n p¨²blica y se celebr¨® incluso una manifestaci¨®n de apoyo.
Cr¨ªticas a la ocupaci¨®n
Sin embargo, algunos sectores criticaron la ocupaci¨®n. Consideraban que se pod¨ªa tratar de una acci¨®n incontrolada y algunos trabajadores pr¨®ximos a la antigua UTT echaron en cara a los ocupantes haberles usurpado las viviendas que dec¨ªan tener concedidas para ellos. ?Eso es falso -opina Ram¨®n Rom¨¢n-, porque lo ¨²nico que ten¨ªan por parte del Ministerio era la promesa de que se dar¨ªan doscientas viviendas, cuando el Ministerio dispusiera de ellas. El hecho real es que las viviendas que. ocupamos nosotros no estaban siquiera entregadas al Ministerio.?Otra acusaci¨®n que se les hizo es la de que, en todo esto, se colaron casos de manifiesto oportunismo. ?Nosotros somos conscientes -declar¨® Manuel Port¨®- de que se dieron algunos casos que podr¨ªamos llamar de menor necesidad. Formamos una comisi¨®n que representa a los ocupantes, a los partidos pol¨ªticos, a las organizaciones sindicales, a las asociaciones de vecinos, a los mismos afectados de la UTT y al Ayuntamiento.
La comisi¨®n encargada de legalizar la situaci¨®n de los ocupantes realiz¨® una encuesta para conocer los motivos de la ocupaci¨®n. Pr¨¢cticamente, el ciento por ciento de los casos respondi¨® que le hab¨ªan movido razones derivadas de su salario bajo o el hecho de no poder pagar las viviendas donde estabarl antes las familias. El 90% hab¨ªa solicitado por lo menos una vez la concesi¨®n de vivienda ante los organismos correspondientes. M¨¢s del 60 % viv¨ªa en casas ruinosas o excesivamente peque?as para el n¨²mero de componentes de la familia. El 10 % eran familias que: hab¨ªan sido desahuciadas de otras viviendas.
Pero la decisi¨®n de los ocupantes quiere ir m¨¢s lejos todav¨ªa. ?Nosotros luchamos -contest¨® Ram¨®n Agr¨¢s- por una vivienda para nosotros porque la necesitamos, pero tambi¨¦n- queremos luchar con la ocupaci¨®n por la soluci¨®n del grave problema que tiene El Ferrol, derivado de la falta de casas populares. Sabemos que actualmente hacen falta cerca de 3.000 viyiendas para satisfacer las necesidades de la ciudad y, por eso, pedimos que se construya, en el plazo de un mes, un m¨ªnimo de cien albergues, que se legalice la situaci¨®n de los ocupantes de Caranza y que, en seis meses, se construyan viviendas sociales en el pol¨ªgono de Esteiro, en el que lleg¨® incomprensiblemente a pensarse en convertirlo en barrio residencial. Nuestra lucha no es s¨®lo por las 409 familias que nos refugiarnos aqu¨ª. Trata de ser por todos los trabajadores ferrolanos que necesitan una casa. ?
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