El fantasma del separatismo
LA MONOCORDE condena de los ?rojos? y los ?separatistas? ha sido, a lo largo de varias d¨¦cadas, el ingrediente b¨¢sico, por no decir ¨²nico, de la ideolog¨ªa de la ultrade recha en nuestro pa¨ªs. Unos y otros; seg¨²n esa teor¨ªa, no eran propiamente espa?oles, sino pobladores de un ente imaginario bautizado con el nombre de la Antiespa?a. Los ?rojos? eran los que hab¨ªan luchado en defensa de la Rep¨²blica; as¨ªpues, inclu¨ªa desde la burgues¨ªa liberal (en la que hab¨ªa cat¨®licos tan notorios como el historiador Claudio S¨¢nchez-Albornoz o el general Vicente Rojo) hasta los obreros anarquistas, socialistas y comunistas. Los ?separatistas? eran los vascos, catalanes y gallegos que defend¨ªan instituciones de autogobierno para sus pueblos (entre ellos, los dem¨®crata-cristianos del PNV), adem¨¢s de los sectores, m¨¢s minoritarios, propiamente independentistas. La operaci¨®n de limpieza era, as¨ª pues, tan dr¨¢stica como ambiciosa: convertir el territorio espa?ol en el patrimonio exclusivo de los vencedores de la guerra civil. La vuelta de los ?rojos? a la legalidad,, tras el fallecimiento del general Franco, ha deparado sorpresas sin cuento a qu¨ªenes hab¨ªan cre¨ªdo en los delirios de la propaganda del R¨¦gimen. El regreso de los exiliados republicanos ha permitido comprobar su moderaci¨®n y, en algunos casos, su conservadurismo. Los socialistas son ahora una alternativa global de poder frente al Gobierno; cuentan con cerca del 30 % del voto popular y reciben el respaldo de los laboristas ingleses y los socialdem¨®cratas alemanes, que gobiernan sus respectivos pa¨ªses. Y los comunistas, que han mostrado en los cien d¨ªas del segundo Gabinete Su¨¢rez una capacidad de iniciativa superior a su fuerza, electoral, son los art¨ªfices del ?pacto de Ia Moncloa? y los anfitriones de una pac¨ªfica y civilizada fiesta popular que congrega, con todo orden y civismo, a m¨¢s de un mill¨®n de madrile?os en la Casa de Campo.Sin embargo,el ?separatismo es un fantasma m¨¢s dif¨ªcil de exorcizar. El acuerdo de Perpi?¨¢n para el restablecimiento provisional de la Generalitat de Catalu?a, suscrito por todos los partidos con representaci¨®n parlamentaria, subraya que la autonom¨ªa del antiguo Principado se conjuga con la unidad de Espa?a y con la solidaridad entre todos los pueblos de la Pen¨ªnsula. Y s¨®lo algunos min¨²sculos grupos extraparlamentarios siguen hablando de los,?pa¨ªses catalanes", que englobar¨ªan, como naci¨®n independiente, a los territorios que van desde la Catalu?a francesa hasta el antiguo Reino de Valencia y las islas.
Pero ?y el Pa¨ªs Vasco? De los partidos con mayor representaci¨®n parlamentaria, el PSOE es inequ¨ªvocamente autonomista. Y si el PNV todav¨ªa coquetea verbalmente en ocasiones con la idea de una Euskadi independiente, ni su pr¨¢ctica pol¨ªtica actual ni su trayectoria a lo largo de la Rep¨²blica y el exilio dan fundamento para, pensar que se proponga rebasar el horizonte de la autonom¨ªa. Es verdad que tanto los socialistas como los naIcionalistas vascos se inclinan por la forma de Estado federal. Pero la discusi¨®n entre federalismo y autonomismo es una pol¨¦mica puramente verbal: la estructura auton¨®mica puede tener mayor potencialidad de autogobierno que la federal. ,Y, sin embargo, la izquierda abertzale mantiene posiciones independentistas. Esa es la raz¨®n, sin duda, de que los partidos integrados en la KAS no hayan sido todav¨ªa legalizados, pese a que la mayor¨ªa de ellos renuncien a la violencia y pese, a que la coalici¨®n electoral de un sector de ese espectro, Euskadiko Ezk¨¦rra, haya enviado a las Cortes a un congresista y a un senador.
Creemos que es un errorpol¨ªtico enfocar la cuesti¨®n de la legalizaci¨®n de los partidos vascos independentistas con criterios ideol¨®gicos. La propuesta de una Euskadi independiente, integrada por las cuatro provincias espa?olas y los departamentos vasco-franceses, ofende la sensibilidad patri¨®tica, pero tambi¨¦n ofende al sentido com¨²n de la gran mayor¨ªa de los vascos porque es un proyecto irrealizable y que camina a contracorriente de la historia. Casi la mitad de la fuerza de trabajo del Pa¨ªs Vasco est¨¢ compuesta por poblaci¨®n inmigrante del resto de Espa?a; la industria vizca¨ªna y guipuzcoano se han desarrollado gracias a la protecci¨®n arancelaria del mercado interior espa?ol; los v¨ªnculos hist¨®ricos que unen a los vascos de ambos lados de los Pirineos son mucho m¨¢s d¨¦biles de los que les enlazan con sus respectivas comunidades nacionales, y, en ¨²ltima instancia, el Estado franc¨¦s es el m¨¢s centralista de toda Europa. La propia trayectoria del PNV, desde el bizcaitarrismo de Sabino Arana hasta el presente, es la historia de la acomodaci¨®n a la realidad del nacionalismo vasco.
Estamos viviendo unas semanas cruciales para el porvenir del Pa¨ªs Vasco y de la democracia espa?ola. La rama pol¨ªtico-militar de ETA ha condenado el crimen de Guernica, realizado por la rama militar. Parte de los extra?ados, condenados a muerte en el juicio de Burgos, se han integrado en ElA, cuyo, representante en el Congreso, se?or Letamend¨ªa, transparent¨® los deseos de su organizaci¨®n de aceptar los cauces parlamentarios para la defensa de su programa al justificar su abstenci¨®n en la votaci¨®n de la ley de Amnist¨ªa. La divisoria de aguas pol¨ªticamente significativa en Euskadi es, en estos momentos, la que separa a los que siguen propugnando y utilizando la violencia armada; esto es, la rama militar de ETA, del resto de las formaciones pol¨ªticas, sean cuales fueran, que aceptan la legalidad y promueven un cambio pac¨ªfico.
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