Navarra y la universidad vasca
En relación a la información publicada en EL PAIS (el 18 de octubre del presente a?o), con el título ?La exclusión de Navarra del distrito universitario vasco?, debo aclarar en lo que a mí se refiere, lo siguiente:1. Las únicas declaraciones a la prensa que sobre el tema del distrito universitario he realizado son las que formulé a Europa Press. En ellas manifestaba que nuestro propósito era lograr la plena autonomía universitaria de Navarra lo que excluye la dependencia de la región a organismos universitarios no navarros, sean de Zaragoza o de Bilbao.
2. Resulta insidioso que se pretenda hacer creer a la opinión pública que la postura de la UCD de Navarra respecto al tema del distrito obedece a supuestas implicaciones de sus miembros con el Opus Dei. Conviene aclarar que la Universidad de Navarra, erigida por la Iglesia, tiene un ?status? autónomo que en modo alguno quedaría alterado por la dependencia de Navarra al distrito universitario de Bilbao.
3. Mis simpatías por la Universidad de Navarra responden única y exclusivamente a que considero que se trata de una institución docente altamente beneficiosa para la región y, que vino en su momento a colmar una antigua aspiración de Navarra a lo largo de su historia. Pero tales simpatías son a título exclusivamente personal. sin que la UCD de Navarra como partido Político tenga en modo alguno nada que ver.
4. Ciertamente, la Universidad de Navarra no cubre todas las necesidades educativas de la región, aunque el nivel de Navarra en materia universitaria sea uno de los más altos de la nación, sería conveniente la creación de una Facultad de Ciencias Económicas y de sendas escuelas de Ingeniería Superior Industrial y Agrónoma. ?Por qué desechar, por tanto, la creación de una universidad del Estado? Ello comportaría la creación automática del distrito universitario navarro. Pero, como diré más adelante, ese no es el auténtico problema de los promotores de la comisión gestora ?pro distrito vasco?.
5. La UCD de Navarra es partidaria de la libertad de ense?anza, tanto para la Iglesia como para cualquier otra iniciativa socialmente creadora y responsable. Por consiguiente, no pueden ahogarse las manifestaciones privadas de dicha libertad y, mucho menos, cuando resulta incuestionable el alto grado de calidad de sus ense?anzas. Los poderes públicos tienen, asimismo, obligación de prestarles ayuda adecuada, siempre que los Centros privados -sean laicos o confesionales- no vulneren los principios de la igualdad de oportunidades en cuanto al acceso a los mismos.
6. La solución de los problemas educativos que Navarra tiene planteados a nivel universitario vendrá de la acción conjunta de la iniciativa privada, del Estado y de la Diputación Foral. Pero la adscripción burocrática a uno u otro distrito en modo alguno tiene nada que ver con la solución de los problemas. El distrito universitario, no debe olvidarse, es una creación del Estado centralista, que monopoliza desde hace casi dos siglos la educación superior. Una concepción superadora del centralismo conduce necesariamente a la supresión de los distritos. Resulta por eso sorprendente la defensa que de esta institución hacen los partidos que dicen propugnar la autonomía de Navarra y a quienes no importa que nuestra personalidad regional no quede expresamente reconocida.
7 Los promotores de la comisión gestora ?pro distrito vasco de Navarra? harían mejor en dedicar sus esfuerzos a la creación de una universidad vasca, con sede en Navarra, como iniciativa de carácter privado, siempre claro es que sean capaces de asumir con responsabilidad lo que supone la puesta en marcha de un centro educativo universitario. Pero saben que una iniciativa de esta naturaleza entra?a dificultades extraordinarias, pese. al apoyo de los poderes públicos a que indudablemente tendrían derecho. Pero la razón de ser del ?problema del distrito? no es ésa. Se trata de un planteamiento político: Navarra dentro o fuera de Euskadi. Y en este tema, el criterio de la UCD de Navarra es transparente: no aceptaremos la integración en Euskadi mientras el pueblo navarro libre y democráticamente no la acepte. Y una cosa es que la mayoría de siglas políticas apoyen esa integración y otra, muy distinta, que la mayoría del pueblo navarro esté conforme con ella. Y quede claro que la intimidación de los que propugnan la lucha armada o de los que pretenden llevarme al paredón (como se grita en manifestaciones que presiden algunos de mis compa?eros de Parlamento) no me moverá un ápice en la defensa del derecho de Navarra a conservar su identidad y a mantener y perfeccionar su autonomía foral en la Espa?a de las regiones, cuya unidad es principio inconmovible.
Senador de la UCD por Navarra
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