Los cementerios nucleares, una bomba diferida
En Europa existen dos pa¨ªses que se han erigido en los grandes almacenadores de detritus radiactivos: Inglaterra y Francia. Pero es, sobre todo, el centro de La Hague, en el vecino pa¨ªs, el que se perfila como el gran cementerio nuclear de Europa e incluso del mundo. La Hague recoge los residuos reprocesables y desechables de las centrales nucleares alemanas -el basurero alem¨¢n de Gorleben, a punto de entrar en funcionamiento, ha sido boicoteado por la fuerte protesta ecol¨®gica del pa¨ªs germano-, suecas, italianas, espa?olas e incluso japonesas. De poco han servido las voces de protesta de los defensores del, medio ambiente franc¨¦s; la semi-isla de Contentin centraliza toda una serie de procesos nucleares que entra?an un evidente riesgo de contaminaci¨®n por un motivo claro: los inconvenientes de almacenar el material radiactivo presenta el lado positivo para los Gobiernos de permitir, dada la presencia de plutonio corno resultante de la reacci¨®n at¨®mica que se opera en los reactores nucleares, la fabricaci¨®n de bombas at¨®micas.Francia, con su centro nuclear de La Hague, lo que pretende asegurarse en ¨²ltima instancia es el monopolio de armamento nuclear, al igual que Estados Unidos o la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Lo cierto es que adem¨¢s de los elementos reprocesables existe una basura radiactiva que despu¨¦s de enfriarse en t¨¦rminos t¨¦cnicos, es decir, de perder una gran parte de su radiactividad en las piscinas de la propia central nuclear, es necesario eliminar.
Hasta ahora se han venido utilizando dos sistemas fundamentales: arrojar los desechos al mar previamente introducidos en bidones recubiertos de cemento o enterrarlos en las capas m¨¢s profundas y estables de la tierra, Los tremendos riesgos del primer procedimiento han sido puestos de relieve recientemente por el comandante Cousteau, quien ha aterrado a la opini¨®n p¨²blica al afirmar que a lo largo de sus investigaciones submarinas ha descubierto c¨®mo por lo menos un tercio de los 45.000 bidones radiactivos depositados por EEUU en 1956 se encuentran rotos. Un procedimiento que se hac¨ªa aparecer como capaz de resistir durante, miles de a?os al proceso natural de degradaci¨®n, acaba de demostrar su fragilidad. Las propiedades radiactivas de los residuos enterrados permanecen intactas durante miles de a?os; en el caso concreto de? plutonio, la radiactividad no desaparece en casi 400.000 a?os. De ah¨ª los inconvenientes manifestados por los ge¨®logos norteamericanos en la revista Science respecto del. enterramiento de la basura nuclear. ?C¨®mo es posible hablar de capas geol¨®gicas suficientemente estables cuando es necesario enfrentarse a una permanencia de la radiactividad de tantos miles de a?os? Las capas de arcilla y, en general, las rocas muy absorbentes han sido calificadas como terreno m¨¢s id¨®neo, no sin se?alar que el fen¨®meno de la migraci¨®n de los radioelementos en la corteza terrestre est¨¢ lo suficientemente estudiado como para meditar un poco sobre los riesgos de este segundo procedimiento. Si recordamos que hace tan s¨®lo 5.000 a?os el Sahara era parcialmente f¨¦rtil y hace 10.000 en Francia exist¨ªan a¨²n volcanes activos, se comprende el por qu¨¦ los ge¨®logos norteamericanos aconsejan a los ingenieros nucleares que adem¨¢s de escoger un terreno lo m¨¢s adecuado posible protejan el material radiactivo con una barrera artificial.
Cementerios espa?oles
Hace ahora poco m¨¢s de un a?o que se descubrieron en C¨®rdoba, en una mina abandonada de pesblenda denominada El Cabril, m¨¢s de 13.000 bidones de material radiactivo que levantaron la alarma en toda la zona y las consiguientes oleadas de protesta. A pesar de las explicaciones de las principales autoridades cordobesas se?alando la procedencia inofensiva de los bidones, pertenecientes al parecer a cl¨ªnicas radiol¨®gicas, lo cierto es que ahora, un a?o despu¨¦s, el centro de iniciativas tur¨ªsticas Los Amigos de C¨®rdoba acaba de. elevar su m¨¢s en¨¦rgica protesta por la existencia en la provincia de un centro de almacenamiento de residuos radiactivos de la Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN). Puestos al habla con dicho organismo, ha sido imposible obtener ninguna aclaraci¨®n al respecto.Protestas igualmente contundentes motiv¨® la noticia, tambi¨¦n sin confirmar, seg¨²n la cual se estar¨ªa construyendo en el kil¨®metro 208 de la carretera nacional Madrid-Soria, t¨¦rmino de Almaz¨¢n, un centro de investigaci¨®n nuclear dependiente de la JEN, donde se instalar¨ªan, siempre seg¨²n fuentes oficiosas, los elementos m¨¢s peligrosos del ciclo nuclear: reprocesamiento de residuos, reactores r¨¢pidos, manejo de plutonio, equipos de fusi¨®n y cementerio de residuos.
Las obras, apenas iniciadas,junto al peque?o r¨ªo Mazo, afluente del Duero, han sido denunciadas por numerosas voces de expertos que, han elaborado incluso un dossier sobre el tema. Recientes declaraciones del vicepresidente de la Junta de Energ¨ªa Nuclear espa?ola, Francisco Pascual, en Washington, en contestaci¨®n a la propuesta norteamericana de comprar los residuos nucleares espa?oles, pueden ser reveladoras en este sentido. En efecto, el portavoz de la JEN ha manifestado la decisi¨®n espa?ola de guardar sus propios residuos nucleares debido a Ja riqueza industrial que representan. Queda as¨ª demostrada la existencia de unos cementerios nucleares espa?oles cuya utilidad va ligada a la posesi¨®n de una fuente de poder at¨®mico. Las instalaciones de Soria tendr¨ªan entonces una justificaci¨®n, al igual que el rumor, aparecido en la prensa, de la construcci¨®n junto a la central nuclear de Zorita, en Guadalajara, de un dep¨®sito de material radiactivo que se supone podr¨ªa convertirse en el cementerio nuclear de todas las centrales espa?olas.
Si todo se confirma, tendr¨ªamos entonces dentro de poco la bomba at¨®mica espa?ola y, lo que no es m¨¢s tranquilizador, una abultada cifra de miles de toneladas de residuos de baja, media y alta radiactividad enterrados como una verdadera bomba de relojer¨ªa dispuesta a estallar.
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