Un programa poco resolutivo

?( ... ) El programa es un documento excesivamente ajustado a la preocupaci¨®n de definir l¨ªneas generales de actuaci¨®n ideal; y no es, al contrario, una proclamaci¨®n clara y contundente de una pol¨ªtica econ¨®mica que pueda practicarse ma?ana mismo. El programa, tecnocr¨¢ticamente minucioso, pol¨ªticamente pormenorizador -?qu¨¦ sector, subsector o grupo de divisi¨®n sectorial queda, en ¨¦l, sin complaciente referencia?-, nos recuerda, de modo inevitable, la t¨¦cnica miniaturista con la que se redactaron los antiguos Planes de Desarrollo.Cierto es que se trata de texto refrendado en muy distinto tiempo pol¨ªtico y por una pluralidad de partidos. Pero ?c¨®mo desconocer, en servicio a la verdad, que el conjunto de sus puntos o proposiciones, sean de saneamiento o aspiren a ser de relanzamiento econ¨®mico, componen una partitura de triunfalismo econ¨®mico asombroso?

?Ahora, actuar?, era el lema, de nuestro comentario anterior. Sigue siendo hoy nuestra demanda. Dejando a un lado cualesquiera otras precisiones -t¨¦cnicas y pol¨ªticas- que el texto del programa merece, acordado el programa, pactado con diversos partidos pol¨ªticos, resulta ser ya cosa decidida. Al menos, al nivel de la operatividad pol¨ªtica que de ¨¦l se espera. Y en tales condiciones hay que pedir, se debe pedir, que terminen las incertidumbres y que la nada corta cantidad de disposiciones que su aplicaci¨®n requiere comience a ser, cuanto antes, letra vigente en el Bolet¨ªn Oficial.

Pensar que su aplicaci¨®n puede demorarse equivale a creer que la econom¨ªa espa?ola tiene todav¨ªa una capacidad de resistencia, en la cual casi nadie conf¨ªa.?

25 octubre