'Agradezco la libertad a la lucha popular"
A las nueve y veinte de la tarde de ayer sali¨® de la prisi¨®n, Manuel Blanco Chivite, militante del FRAP. Vest¨ªa una cazadora de pana, y en ambas manos llevaba sendos bolsos. Solamente le esperaba un grupo de periodistas locales y el corresponsal de EL PAIS en C¨®rdoba. Una vez en la calle, atendi¨® a sus compa?eros -Blanco Chivite es periodista, como se sabe-, y ¨¦stas fueron sus primeras impresiones:
-Me dijeron que hab¨ªa llegado mi libertad, que preparara mis cosas y que no pod¨ªa despedirme de nadie. A la gente que estaba en celdas les han encerrado con llave. -Me recomendaron mucho que no pod¨ªa hablar con nadie ni despedirme de nadie: ?Prepare las cosas, y fuera, r¨¢pido?, han dicho. Cacheo exhaustivo, libro por libro, carta por carta, prenda por prenda; no me han desnudado como otras veces.-?Le han dado alguna, explicaci¨®n de por qu¨¦ no hab¨ªa salido antes?
-No, ninguna. Lo que s¨¦, lo s¨¦ por la prensa. Hab¨ªa un problema de competencias que a m¨ª me parec¨ªa un problema creado artificialmente, quiz¨¢ con una especie de rabieta.
-?Qu¨¦ agradece, reci¨¦n salido de la c¨¢rcel?
- La libertad. ?A alguien en particular? S¨ª: a la lucha popular y a costa de mucha sangre, en Euskadi. En Madrid tambi¨¦n ha habido muertos y en Barcelona tambi¨¦n. Y luego los colegas, el gesto que tuvieron recogiendo firmas. Por ah¨ª tiene que ir el agradecimiento.
-?C¨®mo ha sido su estancia en esta prisi¨®n?
-En C¨®rdoba llevo desde el 18 de mayo de 1976, y la prisi¨®n ha pasado desde entonces por dos etapas muy claras. Con el antiguo director era duro, pero dentro de unos l¨ªmites correctos. La segunda etapa se inici¨® con la llegada del actual director. Inmediatamente se pas¨® de la correcci¨®n a las peque?as provocaciones con los presos, que tan f¨¢ciles resultan para la direcci¨®n.
-?Cu¨¢les eran esas provocaciones?
-Se endureci¨® la censura. hubo m¨¢s cacheos, mayor rigidez en el cumplimiento del r¨¦gimen interno. Incluso se not¨® en la comida.
-?Fue la peor etapa de su estancia en C¨®rdoba?
-La peor fue la etapa de represi¨®n que se inici¨® con la llegada de presos sociales, luchadores de la Copel. Despu¨¦s de unas semanas de medirse mutuamente las fuerzas, empez¨® una represi¨®n descarada, innecesaria totalmente, que se contin¨²a a¨²n hoy. Calculo que quedan en celdas unos cuarenta o cincuenta presos, por supuesto los que m¨¢s se han significado en su lucha en la Copel.
-?Tuvo alguna repercusi¨®n la modificaci¨®n del reglamento de prisiones?
-No se modific¨® nada. La reforma deja todo en manos del director, a su arbitrio. Y all¨ª, en la c¨¢rcel de C¨®rdoba, la reforma ha quedado escondida en el caj¨®n de alg¨²n escritorio. No hay explicaciones para nadie. Se supone que existe tensi¨®n, se supone que puede haber- un movimiento de rebeld¨ªa, se suponen muchas cosas, pero la gente est¨¢ en celdas porque s¨ª y tenemos a la polic¨ªa antidisturbios dentro de la c¨¢rcel. Hay rondas armadas por los pasillos, en las celdas.
-?Estuvo usted en celdas de castigo?
-La primera vez fue por hacer una huelga de hambre en la que participamos veintitr¨¦s reclusos, entre ellos dos pol¨ªticos, Utrilla, anarquista, y yo. Fue dentro del movimiento por la amnist¨ªa total, incluidos, los presos comunes. Fueron veinti¨²n d¨ªas de celda de aislamiento, y mientras estaba en dicha celda se public¨® un art¨ªculo que hab¨ªa enviado yo a la calle sobre las condiciones internas de la c¨¢rcel, y, concretando m¨¢s, sobre la personalidad del director, las condiciones sanitarias y el estado de los talleres. Aquello provoc¨® una sanci¨®n de cuarenta d¨ªas, de la que cumpl¨ª catorce, porque la Direcci¨®n de Prisiones acept¨® mi recurso. Posteriormente, por otra carta que se public¨® tambi¨¦n en esas mismas fechas, estuve m¨¢s d¨ªas en celdas de aislamiento. En total habr¨¢n sido alrededor de cincuenta d¨ªas.
-?En alg¨²n momento pens¨® que no iba a ser liberado?
-Hab¨ªa un poco de nerviosismo con la espera de la salida de los compa?eros. Yo decid¨ª tom¨¢rmelo con calma; no tienen m¨¢s remedio que soltarme, pensaba, porque la ley de Amnist¨ªa me parece que est¨¢ clara, aunque para algunas otras personas parece que no lo estaba.
Ser¨¢ porque su formaci¨®n pol¨ªtica no es todo lo que deber¨ªa ser. Pero para m¨ª estaba clara, y sab¨ªa que un poco antes o despu¨¦s iba a salir, y me lo tom¨¦ con calma.
-?Qu¨¦ es el FRAP para Manuel Blanco Chivite?
-En lo fundamental, lo mismo que antes. No me he movido de sitio. Se ha dicho que Blanco Chivite era presunto militante; bueno, pues quitemos lo de presunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.