Gilbert Amy y Ernesto Halffter, dos compositores directores

Comentada ya en esta secci¨®n, la cantata de Strawinsky El rey de las estrellas, s¨®lo queda anotar la buena versi¨®n conseguida por el coro de RTVE, capaz de superar las dificultades de tesitura, afinaci¨®n y dicci¨®n que la obra encierra, y por la Sinf¨®nica que, a las ¨®rdenes precisas y conocedoras de Gilbert Amy, cre¨® el ambiente preciso.La Sinfon¨ªa de los salmos, interpretada en otras ocasiones por los conjuntos radiotelevisivos, son¨® esta vez con gran belleza y claridad.

Despu¨¦s de una incisiva y a¨¦rea traducci¨®n de la obertura d¨¦ La flauta m¨¢gica, Antonio Ruiz Pip¨® protagoniz¨® el Concierto en La Mayor, K. V. 488, uno de los m¨¢s bellos de cuantos escribiera el m¨²sico salzburgu¨¦s. Con l¨ªnea n¨ªtida y juego claro, Ruiz Pip¨® encuadr¨® su versi¨®n en l¨ªneas conceptuales de gran rigor, atendiendo m¨¢s a cuanto hay en esos pentagramas de clasicismo vien¨¦s que a lo que suponen de premonici¨®n rom¨¢ntica. Quiz¨¢ algo m¨¢s que premonici¨®n, ya que la primera idea del Allegro, o todo el segundo tiempo pisan la dudosa luz de lo rom¨¢ntico. Todo lo cual no debe entenderse como ausencia de matiz o intenci¨®n po¨¦tica.

Manuel Carra

El programa hispano-finland¨¦s, dirigido por E. Halffter a la orquesta y coro nacionales estaba cargado de sentido: junto a dos obras del propio compositor, una de su maestro -Falla- y otra de su disc¨ªpula, una de las pocas disc¨ªpulas del m¨²sico madrile?o.Ann-Elise Hannikainen, perteneciente a una larga familia de m¨²sicos finlandeses, entre los que se cuenta el que fuera director en su pa¨ªs y en Chicago, Tauno Hannikainen, posee instinto musical cierto. As¨ª lo revela una obra pensada para plano, s¨®lo cuando la compositora ten¨ªa veinte a?os y trasladada ahora a la orquesta despu¨¦s de iniciados los estudios con Halffter.

La obra, muy bien nterpretada, consigui¨® una notable aceptaci¨®n y la autora, en uni¨®n de su maestro, recogi¨® personalmente largas ovaciones. El conocimiento por parte de Halffter de la obra fallesca se revel¨®, como siempre, en el car¨¢cter dado a la segunda suite de El sombrero de tres picos. Especialmente atractivo me pareci¨® el tempo de Los vecinos, m¨¢s sereno que lo habitual, con lo que gana en elegancia.