El ruido y el calor, condicionantes de nuestra, vida
Las ondas sonoras que constituyen el sonido hacen vibrar las paredes de nuestros t¨ªmpanos, tras haber atravesado el canal auditivo externo y el o¨ªdo medio, llegando al o¨ªdo interno. C¨¦lulas nerviosas altamente sensibles transforman la excitaci¨®n sonora, que es una simple forma de vibraci¨®n mec¨¢nica de las part¨ªculas del aire, en influjos nerviosos.
Existen unos puestos de conmutaci¨®n en el interior del cerebro, donde, ante el est¨ªmulo o influencia de los impulsos nerviosos de origen sonoro, se crean otros impulsos.Por ejemplo, un ruido agudo e inesperado puede producir reacciones t¨ªpicas motrices, como son los sobresaltos. Otras veces las excitaciones se dirigen hacia los centros de nervios vegetativos y desencadenan reacciones de los ¨®rganos internos, (aceleraci¨®n card¨ªaca, modificaci¨®n de la circulaci¨®n sangu¨ªnea, inhibici¨®n de los ¨®rganos digestivos.l.).Numerosas experiencias fisiol¨®gicas han demostrado que ruidos fuertes e inesperados provocan aumentos de la presi¨®n sangu¨ªnea, aceleraci¨®n de la actividad card¨ªaca, modificaci¨®n de la circulaci¨®n sangu¨ªnea con vasoconstricci¨®n perif¨¦rica, elevaci¨®n del metabolismo, inhibici¨®n de la actividad de los ¨®rganos digestivos y aumento de la tensi¨®n muscular. Todas estas reacciones se producen inconscientemente, independientemente de las sensaciones de desagrado que puedan provocar. Se trata de reflejos del sistema nervioso vegetativo originados en el cerebro. Corresponden a una elevaci¨®n del simp¨¢tico y reflejan una orientaci¨®n general del organismo hacia un estado de alerta, predisponiendo a la lucha, la huida o la defensa. La naturaleza ha dispuesto, pues, que ante la aparici¨®n de un fuerte ruido, todo empiece a desarrollarse como si el organismo estuviese ante un agente desconocido y peligroso, atribuyendo la producci¨®n del fuerte sonido a esos agentes.Efectos sicol¨®gicos e interpersonales
Adem¨¢s de estos efectos reflejos, otros puntos de conmutaci¨®n cerebral permiten conectar los impulsos nerviosos procedentes de la percepci¨®n de sonidos con las partes perif¨¦ricas del cerebro que pertenecen al cortex cerebral donde se encuentran localizadas la percepci¨®n, la comprensi¨®n, la reflexi¨®n y otras funciones de la, conciencia.
A partir de aqu¨ª, sin embargo, la influencia del ruido se multiplica, influyendo en toda nuestra vida s¨ªquica. El sonido, al fin y al cabo, es una forma de comunicaci¨®n, el veh¨ªculo de un mensaje; mensaje que establece una relaci¨®n interpersonal o una relaci¨®n con el mundo. Toda nuestra vida afectiva y nuestras relaciones pueden, por tanto, verse afectadas por la cualidad del mensaje sonoro. De todos es conocido el papel que la modulaci¨®n de la voz, los tonos empleados, el volumen sonoro con el que se habla, la velocidad de pronunciaci¨®n, etc¨¦tera, juegan en los sentimientos que nos produce el mensaje sonoro. Una persona que habla muy deprisa o muy alto puede estar expresando sentimientos de ansiedad que provocan, a su vez, en el receptor, sentimientos defensivos, reacciones de miedo o agresi¨®n ante el voraz interlocutor. Otras veces, los mensajes sonoros expresados por un individuo que habla con excesiva lentitud y poca intensidad de voz pueden estar expresando complejos sentimientos que van desde el miedo al otro, manifiesto en una actitud pasiva, hasta la postura narcisista del -que habla muy bajo para obligar al otro a escucharle mejor o a acercarse fisicamente.
El siquismo se liga estrechamente con el mundo del sonido, formando un todo dial¨¦ctico en el que hechos mec¨¢nicos (sonoros) produzcan efectos s¨ªquicos (afectivos) o, rec¨ªprocamente, situaciones emocionales determinan la elecci¨®n de tonos de voz o situaciones sonoras ambientales. La m¨²sica es un buen ejemplo de esto. Cada compositor, cl¨¢sico o actual, expresa un profundo mensaje emocional, en el que muestra su percepci¨®n del mundo y de las personas, mensaje con el que establece una profunda comunicaci¨®n con ese mundo y esas personas. La elecci¨®n de un cierto tipo de m¨²sica, o un compositor o grupo determinado est¨¢ revelando constantemente cu¨¢l es el tipo de sentimientos que el receptor desea desencadenar o apoyar en su esiado de ¨¢nimo: tristeza, alegr¨ªa, euforia, entusiasmo activo, movimiento corporal, apertura, meditaci¨®n, obstinaci¨®n, reflexi¨®n, penetraci¨®n, pasividad, etc¨¦tera.
En ese complejo mundo, de interacci¨®n entre sonidos y sentimientos, el ruido, ?suporposici¨®n an¨¢rquica de ondas sonoras? juega tambi¨¦n un papel. Se puede elegir el ruido como forma de evasi¨®n y sumisi¨®n a un estado desordenado en el que refugiarse frente a sentimientos dominantes que preocupan o, sencillamente, se puede sufrir el ruido como consecuencia de un clima social o urbano, agresivo y despectivo respecto a la intimidad afectiva y la identidad s¨ªquica de los ciudadanos.
Se sabe, por ejemplo, que los ruidos entorpecen la percepci¨®n de informaciones ac¨²sticas, tales como la voz humana, con lo cual dificultan una comunicaci¨®n en profundidad entre los seres humanos en una de las vertientes b¨¢sicas de esta comunicaci¨®n: la palabra hablada. Tambi¨¦n se ha comprobado que es m¨¢s dif¨ªcil reflexionar y concentrarse en un lugar ruidoso que en un sitio) tranquilo, exigiendo la realizaci¨®n de un esfuerzo suplementario para dominar la molestia del ruido.
Algo similar, aunque diferente, sucede respecto al calor. Tambi¨¦n el aislamiento t¨¦rmico favorece un desarrollo arm¨®nico de las funciones org¨¢nicas y siquicas, entorpeci¨¦ndolas su desequilibrio. Es de sobra conocido el papel peligroso que desempe?an en la salud de ancianos o personas especialmente sensibles los cambios bruscos de temperatura, aunque tambi¨¦n est¨¢ cient¨ªficamente demostrado que los cambios desempe?an un papel estimulante, frente al riesgo que supondr¨ªa una temperatura siempre estable.
Tambi¨¦n la subjetividad influye en la percepci¨®n del calor. Se constata que unas personas se sofocan y sudan con temperaturas que a otras les parecen insuficientes. La misma persona puede sentir, fr¨ªo con la misma temperatura que en otro instante le produce calor. El siquismo juega un gran papel. Muchos estados emocionales se traducen inmediata mente en percepciones t¨¦rmicas. El hipot¨¢lamo tiene estrecha relaci¨®n con estos fen¨®menos.
El correcto aislamiento, tanto en la dimensi¨®n ac¨²stica como t¨¦rmica, es esencial, seg¨²n los especialistas, para un correcto y armonioso desarrollo de a personalidad y las relaciones humanas. Est¨¢ demostrado por la sicolog¨ªa de las profundidades que el car¨¢cter dial¨¦ctico de la existencia humana requiere tanto, momentos de soledad como de compa?¨ªa, de aislamiento como de comunicaci¨®n.
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