Condiciones para el aislamiento t¨¦rmico
Aunque antiguamente era creencia general que el calor consist¨ªa en un fluido invisible e imponderable llamado cal¨®rico (que se produc¨ªa cuando se quemaba una sustancia), actualmente es suficientemente conocido y admitido que el calor no es m¨¢s que una forma de la energ¨ªa sometida, en su transformaci¨®n, a los principios de la termodin¨¢mica. La unidad de medida recibe el nombre de kilocalor¨ªa o kilofrigor¨ªa y representa la cantidad de calor necesaria para variar en un grado cent¨ªgrado la temperatura de un kilogramo de agua.Podemos definir un aislante t¨¦rmico, como todo material que posea un bajo coeficiente de conductividad, para impedir o dificultar el paso de energ¨ªa calor¨ªfica entre los ambientes separados por aqu¨¦l. El mejor aislante t¨¦rmico, es el aire; y gran parte de los aislantes est¨¢n constituidos por conjuntos de celdas llenas de aire en su interior y dispuestas de forma que se elimine la transmisi¨®n de calor por convecci¨®n y radiaci¨®n. Los materiales aislantes han de tener, asimismo, una serie de propiedades, como no ser higrosc¨®picos y s¨ª lo m¨¢s homog¨¦neos posibles, en las que no entraremos, pero que conviene se?alar. Curiosamente, los buenos aislantes t¨¦rmicos suelen comportarse muy mal, desde el aspecto ac¨²stico, a excepci¨®n del problema de las vibraciones, en donde se encuentran muy buenos amortiguadores. La necesidad del aislamiento t¨¦rmico suele originarse por la-necesidad creciente de confort o a consecuencia del ahorro energ¨¦tico. Un edificio se suele decir que es tanto m¨¢s confortable cuanto menores son los cambios de temperatura en su interior y mayor es la ausencia de condensaciones (efecto de pared fr¨ªa). Hay que tener en cuenta que los muros exteriores de un cerramiento se encuentran expuestos a condiciones desiguales de insolaci¨®n, vientos, etc¨¦tera, que a su vez variar¨¢n a lo largo del d¨ªa y del a?o, por lo que se hace necesario, para un buen aislamiento, poseer datos clim¨¢ticos lo suficientemente seguros. Adem¨¢s, un adecuado aislamiento exige un sistema de calefacci¨®n que pueda ser regulado efizcamente. Es conveniente hacer notar que en nuestro pa¨ªs, a consecuencia de la diversidad de zonas clim¨¢ticas, el aislamiento puede suponer un ahorro considerable, no s¨®lo en calefacci¨®n, sino en aire acondicionado.
El decreto 1.940 (Bolet¨ªn Oficial del Estado del 11-7-75), tiene por objeto evitar el despilfarro energ¨¦tico en el c¨¢lculo del acondicionamiento de los locales. Podemos establecer, de una forma bastante aproximada, que la p¨¦rdida de energ¨ªa de un edificio es directamente proporcional, a:
1.¡ã Las bajas temperaturas exteriores.
2. ¡ã La radiaci¨®n del conjunto de conducciones de agua caliente.
3.¡ã El conjunto total en metros cuadrados de las superficies que separan el edificio de su entorno, teniendo en cuenta el volumen del mismo. Esto se tiene en cuenta mediante el llamado factor de forma.
4.¡ã La transmisi¨®n del calor a trav¨¦s de las superficies exteriores.
El decreto, adem¨¢s de hacer hincapi¨¦ en los distintos tipos de instalaciones (unitarias, individuales y colectivas), divide el pa¨ªs en una serie de zonas clim¨¢ticas (v¨¦ase figura uno) y exige que en todo nuevo proyecto se reduzca la transmisi¨®n de calor a trav¨¦s de las superficies de un edificio, tanto m¨¢s, cu¨¢nto m¨¢s fr¨ªa sea la zona clim¨¢tica y cuanto mayor sea, asimismo, el factor de forma. El problema de este decreto-ley es que no regula ni especifica ning¨²n criterio t¨¦rmico para las viviendas ya construidas.
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