Luis Berlanga
Luis Berlanga ha empezado estos d¨ªas, por fin, hombre, a hacer su nueva pel¨ªcula, Escopeta nacional (algunos reporteros urgentes, que siempre estropean los t¨ªtulos, han escrito La escopeta nacional, y me ha dicho B¨¢rbara Rey que a Luis no le gustan las bragas que ella saca en la pel¨ªcula, oye Paco, que a tu amigo Berlanga, que es un genio, no le gustan las bragas que saco en la pel¨ªcula, y encima es supersticioso y no quiere que yo use botas de culebra, yo cre¨ªa que vosotros los intelectuales no erais supersticiosos, que eso era cosa de ignorantas como una (B¨¢rbara dice ignorantas, que es como hay que decirlo, y no ignorantes), vale t¨ªa, le digo, t¨² calla y sigue nadando que est¨¢s con un genio, pero es que se pone un palillo en la boca para tocar madera cuando llevo las botas de serpiente, y eso que no ha visto que el bolso es de lo mismo, vale, t¨ªa, t¨² a triunfar, que a Rafael nos lo quitan de la teleans¨®n, o as¨ª me dice M¨¢ximo desde su pierna rota, desde su escayola, que se la debieran haber hecho c¨²bica, para que aprensa, por pintar tantos cubos, que una vez me dijo Lorenzo Contreras, el columnista pol¨ªtico, yo creo que M¨¢ximo se ha inventado eso del cubo porque no sabe dibujar, vas de lado, t¨ªo, le dije digo, M¨¢ximo es el grafista m¨¢s grande de la prensa espa?ola, o por ah¨ª, como Berlanga es el grafista m¨¢s grande de la cinematograf¨ªa o escopeta nacional.Lo que pasa es que a cierta edad ya no busca uno ni encuentra maestros, sino amigos, pero Luis es un maestro y un amigo al mismo tiempo, un fanfarr¨®n inverso, como le dice Bardem, o sea que siempre presume de estar m¨¢s enfermo que nadie, de ser m¨¢s torpe que nadie, de saber menos que nadie, de ligar menos que nadie, y cu¨¢nta y qu¨¦ grande inteligencia hace falta para llegar a esa modestia anarco que est¨¢ m¨¢s cerca de las flores del mal que de las florecillas de San Francisco. De modo que viene a verme Alfonso S¨¢nchez y me trae el libro Dandies, de Roger Kempf, no traducido en Espa?a, que dice que lo compr¨® en Biarritz, que es donde Alfonso lo compra todo, hasta las cerillas, y pienso en el dandismo negativo e inverso de Luis Berlanga, alto y soso, antisublime con interrupciones, contra la f¨®rmula baudeleriana. Tenemos que ir un d¨ªa a ver a Luis en el rodaje, hombre, me dice Alfonso S¨¢nchez, bueno, s¨ª, le digo, vale, pero yo no soy partl darlo de molestar a los amigos cuando est¨¢n haciendo sus pel¨ªculas, por muy ¨¢cratas que sean, y sobre todo si son ¨¢cratas, porque nadie m¨¢sjer¨¢rquico que un an¨¢rquico a la hora de hacer la obra bien hecha.?
El anarquismo, t¨ªo, es una larga tarea, y s¨®lo ahora, despu¨¦s de muchos a?os, pel¨ªculas, desenga?os, males, enfermedades, prohibiciones, problemas, cosas, est¨¢ llegan do Luis Berlanga a ser un San Luis Gonzaga de la acracia, con su au reola rizada de pelo blanco, su an geolog¨ªa de mu?ecas podridas y su liturgia de ligas negras y gl¨²teos sangrientos. Es como si a m¨ª vinieran a verme los amigos trabajar cuando estoy escribiendo un art¨ªculo, hombre pues v¨¢monos a ver al Umbral a ver c¨®mo tira de pluma un rato: la bohemia, la anarqu¨ªa y la improvisaci¨®n requieren unas largas y meditadas preparaciones, y esa es la primera cosa que he aprendido yo de Luis Berlanga, entre tantas, cuando le visito en su casa con gatos salvajes, jardines fr¨ªos, comedores fr¨ªos, cuadros hermosos y libros abiertos como sexos.
-Que tenemos que hacer una pel¨ªcula juntos; Paco.
No puede ser, no estoy maduro, Luis, me har¨ªa falta olvidar muchas cosas, leer menos libros -ya s¨¦ que t¨² no lees nada, y haces bien-, llegar a m¨¢s saludable ignorancia para frisar tu alta sabidur¨ªa de intuitivo que llena el plat¨® de gente y les retrata a ver qu¨¦ pasa. Raro padre, rara madre de la acracia espa?ola y cachonda este poliformo perverso que lo pregunta todo y parece que no se entera de nada, prefiere los m¨¦dicos sucios y viejos y quiere atar a todas las mujeres, empezando por la suya, Mar¨ªa Jes¨²s, para torturarlas minuciosamente con la ayuda de Sade y Rafael Azcona. Debe estar haciendo al fin la gran pel¨ªcula-esperpento sobre el franquismo, que s¨®lo ¨¦l pod¨ªa hacerla, y me dice B¨¢rbara, hombre, que a Luis no acaba de gustarle la braga que saca ella en el rodaje mientras L¨®pez-V¨¢quez se hace manolas por los rincones.
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