Evitar otro error
SI EL Consejo de Ministros aprueba hoy la convocatoria de elecciones sindicales en los t¨¦rminos ya adelantados a nivel oficioso y confirmados ayer por el ministro de Trabajo, el Gabinete consumar¨ªa un nuevo error en la pol¨ªtica laboral.Alegar que en ning¨²n pa¨ªs democr¨¢tico las elecciones sindicales tienen lugar en un ¨²nico y determinado d¨ªa, incluso comparar este procedimiento con la pr¨¢ctica verticalista, en un intento de justificar la postura gubernamental, adem¨¢s de ser un argumento discutible, supone ignorar la realidad sindical de nuestro pa¨ªs, en el que durante los ¨²ltimos cuarenta a?os tres generaciones de trabajadores han padecido un suced¨¢neo de sindicalismo en nada comparable con la pr¨¢ctica sindical de los pa¨ªses democr¨¢ticos con los que ahora se pretende la comparaci¨®n.
Si efectivamente el Gobierno quiere abandonar el paternalismo que ha caracterizado las relaciones industriales en esos mismos a?os, este prop¨®sito no puede desembocar en el proceso asambleario a que, sin duda, dar¨ªa pie la apertura de un per¨ªodo electoral en el que cada empresa, por decisi¨®n de sus trabajadores y de acuerdo con la necelidad, m¨¢s o menos inmediata, de negociar sus convenios, decidir¨ªa la fecha para celebrar las elecciones.
La transitoriedad del momento espa?ol no justifica la perpetuaci¨®n del vac¨ªo sindical que origin¨® la desaparici¨®n del verticalismo. Esperar a la Constituci¨®n para dejar definitivamente delimitado el marco de la acci¨®n sindical tampoco obliga a prolongar por m¨¢s tiempo el caos de representatividad obrera que impide el serio respaldo a la negociacion.
No parece acertado, por tanto, la ambig¨¹edad con que se pretenden regular las primeras elecciones sindicales aut¨¦nticamente libres que tienen lugar en este pa¨ªs desde hace cuarenta a?os. Como tampoco resulta l¨®gica la exclusi¨®n que se hace de los sindicatos, cuya presencia en las empresas pretende ignorar el proyecto de ley que transitoriamente regular¨¢ los comicios.
No se trata tan s¨®lo de establecer los ¨®rganos de representaci¨®n obrera para la inmediata negociaci¨®n de convenios colectivos, sino que, adem¨¢s, estas elecciones deben suponer una.definitiva clarificaci¨®n del panorama sindical, de la que salgan fortalecidos y p¨²blicamente responsables los sindicatos que la vida econ¨®mica y social exigen.
Una fecha concreta y lo m¨¢s pr¨®xima posible para celebrar las elecciones y unas normas m¨ªnimas a las que ajustar ¨¦stas, junto con un control de sus resultados y el consiguiente marco de garant¨ªas para los elegidos, son elementos imprescindibles para dotar de seriedad a unos comicios cuya importancia es reconocida por todas las fuerzas democr¨¢ticas.
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