Carta a mi gato
Mira, Moncho, lo de los obispos es que no es normal, o sea que ahora dicen que la Constituci¨®n no les tiene en cuenta, si es que est¨¢n a todas, Ram¨®n, te lo prometo, y te lo cuento a ti porque viniste de casa de un cura -mi querido Mart¨ªn Descalzo- a casa de un laico, o sea que has pasado de gato de cura a gato de rojo, que rojo me creen las tarascas que me escriben mand¨¢ndome escapularios para que me los ponga al sentarme a la m¨¢quina.Mira, Ram¨®n, gato, t¨² no sabes de eso, pero aqu¨ª los cl¨¦rigos se han pasado la Historia trabaj¨¢ndose el poder o al poderoso, y unos curas bendec¨ªan las bombas que tiraba Franco sobre Guernica, mientras Picasso hac¨ªa una fotofija de todo ello, y otros curas se sacaron de pronto la cosa obrera, el Pozo del T¨ªo Raimundo, el antifranquismo y el cristianismo interiorizado, mientras los seminarios se quedaban solos como Fonseca y la Iglesia espa?ola iba abandonando al dictador, que ya estaba muy mayor el hombre.
Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Descalzo, o sea tu se?orito, nos ense?¨® a nosotros, en Valladolid, novicios como ¨¦ramos, rnisacantanos en las misas negras de la primera farra, lo que pod¨ªa ser un cura nuevo, y s¨¦ que Jos¨¦ Luis no ha dimitido de sus m¨¢s en¨¦rgicos planteamientos de un cristianismo catacumbal, otra vez lejos de todo domingo mundial de la propagaci¨®n de la fe con huchas de cabeza de negrito o de chinito, cuando efectivamente los negritos y los chinitos ten¨ªan una raja en la cabeza, por la que el capitalismo met¨ªa un centavo para sacar un d¨®lar, o sea una plusval¨ªa.
Pero hete que ahora, Moncho -gato de cura, gato de laico, gato de rojo, gato pu?etero-, los obispos de Espa?a, tipo Cirarda, reunidos en Madrid plan conferencia, se quejan de que la Constituci¨®n no les tiene en cuenta y hablan otra vez de la cosmovisi¨®n cristiana del mundo, frase que me pone espanto en el epigastrio, que es donde se me ponen a m¨ª las cosas, porque me suena a guerra de las galaxias y Teilhard de Chardin, o sea que de interiorizaci¨®n nada, que me cuenta Alberto Moncada que el Opus De? (ya s¨¦ que es otra cosa) ha perdido poder visible en Espa?a, pero domina grandes parcelas de la ense?anza donde sigue aplicando a la Historia de Espa?a y a las dulces cabezas infantiles del esquema buenos/malos, blancos/negros, ateos/piadosos. Salve, salve, salve.
Estuvieron con Franco cuando mandaba y triunfaba, dejaron a Franco cuando envejec¨ªa, Moncho, gato, y mucha raz¨®n ten¨ªan Carrero Blanco, Arias Salgado y Franco-Salgado Ara¨²jo cuando se quejaban de la traici¨®n de la Iglesia, y ahora, con el diluvio que viene, como se ven sin paraguas de cura de pueblo para seguir paseando a la sorribra de las catedrales, que por otra parte tienen abandonadas, se quejan de que la Constituci¨®n les sirve poco cuero, y que as¨ª no pueden meter goles. No te digo lo que hay.
Ya s¨¦, ya s¨¦ que no son los mismos hombres ni los mismos obispos, pero el recambio de personal no vale como coartada para una instituci¨®n que se maneja mediante la eternidad y la infalibilidad. Te escribo esta carta, Ram¨®n, gato, porque los gatos sois muy traidores y a lo mejor un d¨ªa me abandonas y te vuelves con ese santo que es Mart¨ªn Descalzo (gran pluma, encima), para que se lo cuentes todo y le digas el sentir de un laico como miles. Yo te traigo, Ram¨®n, buenos salchichones, buena carne picada, buen marisco, y te dejo beber en mi taza, porque creo que legiones de dandies y de ni?os viven en los ojos de un gato, pero si un d¨ªa te vas d¨ªselo al cura, que el juego ya cansa, que hay que partir de cero, como los amnistiados, que les damos amnist¨ªa por los pecados del mundo, que en buena parte son suyos, pero que no pidan ventaja en la Constituci¨®n, sino que se ganen, como todos, a partir de ahora, el prestigio que tienen deteriorado en la sociedad espa?ola de misa de doce. Mira con lo que nos salen, gato golfo, gato de cura, gato de laico, poltr¨®n y bien comido como un can¨®nigo de antes. Y de siempre.
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