Besos de Kubala en Belgrado antes de la "guerra"
La selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol ya est¨¢ a orillas del Danubio. El viaje dur¨® poco m¨¢s de tres horas, y a su fin depar¨® la agradable sorpresa de que no nieva ni tampoco hace tanto fr¨ªo en la capital yugoslava como se tem¨ªa. La temperatura es m¨¢s o menos la misma que en Madrid y la ¨²nica diferencia, ya no climatol¨®gica, estriba en que a las cuatro de la tarde ya es pr¨¢cticamente de noche. En el mismo aeropuerto hubo un ?entra?able? encuentro entre los dos seleccionadores, Kubala y Valok, pero ambos guardan sus alineaciones como un jugador avezado sus cartas ante una partida importante. El triunfo de ir al mundial de Argentina. Indudablemente, lo es.
Ladislao Kubala, que en estos pa¨ªses del Este europeo, l¨®gicamente se encuentra como en su propia casa, sorprendi¨® a la prensa yugoslava que estuvo en el aeropuerto, con su sonrisa. A preguntas para un reportaje, de televisi¨®n, el seleccionador, sin embargo, aparte de demostrar nuevamente su optimismo, volvi¨® a ense?ar su consumada diplomacia. Tras un continuo abrazo con Valok, incluso le bes¨® en las dos mejillas, al estilo de la zona. En el ?Maracan¨¢? de Belgrado, como se denomina el campo del Estrella Roja, habr¨¢ muy posiblemente, ?guerra? el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, pero la paz no puede ser mayor a nivel de altos mandos. Adem¨¢s de la presencia de Pablo Porta y otros directivos, tambi¨¦n viaj¨® en el avi¨®n charter -s¨®lo para f¨¦derativos, jugadores y periodistas- Benito Castej¨®n. Un director de deportes, por cierto, que sigue preocupado con la marcha de ¨¦stos en general, pero que en el caso concreto del f¨²tbol cambiaba esas tres posibilidades espa?olas de ganar, empatar o perder por un gol, por la ¨²nica yugoslava de vencer con margen superior a dos goles, pero jugando siempre en Espa?a. El ambiente de m¨¢s de 100.000 personas -contra 1.500 solitarios espa?oles que han venido- ser¨¢ terrible.
Guerra de espionajes
Diplomacias aparte, lo que s¨ª es cierto es la aut¨¦ntica guerra de ?espionajes? y misterio que se est¨¢ llevando a cabo antes del encuentro. Kubala se quejaba, y con cierta raz¨®n, de que los yugoslavos saben pr¨¢cticamente todo lo que ha hecho la selecci¨®n espa?ola en los ¨²ltimos d¨ªas. Los periodistas se han encargado de contarlo al detalle. Los de aqu¨ª, en cambio, s¨®lo han mostrado lo que les interesaba para el bien general de su equipo, seg¨²n los esp¨ªas de Kubala. Por algo, estos d¨ªas se celebra el XXXIV aniversario de la Federaci¨®n de Rep¨²blicas Yugoslavas.
Valok dijo en el mismo aeropuerto, que dar¨¢ todos los datos ma?ana en una rueda de prensa si Kubala facilita tambi¨¦n los suyos. Este coment¨® que lo que quiere es saber las cartas rivales antes demostrar las suyas. Por ejemplo, que de la lesi¨®n de Safet Susic, nada. Realmente, ambos se temen y es que por encima de todo, t¨¢cticas incluso, aparte, se trata de un partido a cara o cruz, en el que un fallo humano imprevisible e instant¨¢neo puede decidirlo todo. Hasta ello se ha llegado por obra y gracia de que unos grupos clasificatorios del mundial han sido as¨ª, mientras Suecia, por poner s¨®lo un ejemplo, o muchos otros grupos integrados por cuatro equipos, o lo ten¨ªan todo m¨¢s f¨¢cil o contaban con tiempo para enmendar errores.
Ahora ya no hay tiempo, y diremos hoy mismo que Espa?a se ha preparado para este encuentro, como para los anteriores, siempre peor que el rival. Los clubs, cosa que no nos cansaremos de repetir, sus compromisos por una Liga tan desmesurada, lo dominan todo. A la selecci¨®n, aunque parezca mentira, se le dedican las fechas sobrantes como si fueran migajas, cuando ma?ana mi¨¦rcoles habr¨¢ ante el televisor muchos espa?oles de a pie que no son ni del Madrid ni del Barcelona ni siquiera aficionados al f¨²tbol, pero que s¨®lo en esta ocasi¨®n se alegrar¨¢n de que Espa?a adquiera el pasaporte para Argentina y quiz¨¢ no les resbale del todo que no lo consiga. Luego no valdr¨¢n las lamentaciones.Kubala tiene pensado entrenar hoy sobre las doce a sus ya bien conocidos dieciocho hombres, y como ¨¦l es quien tiene la ¨²ltima y ¨²nica palabra sobre el equipo, no caeremos nosotros en la tentaci¨®n de dar una alineaci¨®n m¨¢s. No nos gusta hacer quinielas ni de seleccionador, porque no nos va el azar y s¨®lo somos periodistas. Hoy ser¨¢ otro d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.