La fe del Rayo remont¨®, una vez m¨¢s, el partido
Hace algunos a?os el Pontevedra hizo c¨¦lebre la frase de ?hay que roelo?. El Rayo, por derecho propio, es ahora el sucesor del equipo gallego. Como dijo Koldo Aguirre en v¨ªsperas del partido, el Rayo no es ninguna broma. De nada le vali¨® al Athletic jugar una espl¨¦ndida primera parte, en la que obtuvo dos goles de diferencia. La fe del Rayo remonta partidos ante rivales de una experiencia tal, que concederles la m¨¢s m¨ªnima ventaja supondr¨ªa una segura derrota.Con dos goles de ventaja para el Athletic al t¨¦rmino de la primera parte el encuentro parec¨ªa estar sentenciado. En Vallecas, por fin, el f¨²tbol se tomaba l¨®gico. Un buen equipo, el Athletic, con dos fenomenales extremos, un m¨®vil centro del campo y una defensa que en diversos momentos se vio favorecida con la suerte cuando fall¨®, venc¨ªa claramente al Rayo, que s¨®lo mostr¨® peligro en Alvarito, muy superior por sus condiciones de driblador al grand¨®n y poco flexible Guisasola.
Pese a que Alvarito remat¨® al larguero poco antes del descanso, se preve¨ªa una goleada a favor de los vascos. Su buen juego hab¨ªa producido una justa ventaja en el marcador y claras ocasiones de marcar, m¨¢s goles como una de Dan?, que s¨®lo ante Alc¨¢zar, dispar¨® excesivamente cruzado.
En la segunda parte Salazar qued¨® en la caseta, porque poco hab¨ªa hecho, ocupando Rial su puesto para dar entrada a Felines en la l¨ªnea media. Este cambio supuso un acierto total, porque el veterano Felines fue el que arriesg¨® los servicios imprimiendo velocidad al juego de su equipo.
El Rayo sali¨® a por todas y como pronto marc¨® su primer gol, su fe fue en aumento. A base de entrega y entusiasmo provoc¨® imprecisiones en los jugadores vascos que resultaron decisivos para que el Rayo pasara a dominar en la zona ancha del campo. Antes de que llegara su segundo gol disfrut¨® de cuatro ocasiones claras de gol por s¨®lo una a favor del Athletic como consecuencia del desarrollo del juego. Cuando los vascos quisieron reaccionar, su rival ya hab¨ªa cogido las riendas del encuentro y no que daba una segunda parte para rectificar. El Athletic no es que volviera la cara al encuentro por confiarse, es que el Rayo demostr¨® que para ?roelo? no son suficientes dos goles ni jugar bien; hay que jugar adem¨¢s con sus mismas armas: fe y entusiasmo. Lo dem¨¢s viene por a?adido.
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