La conducci¨®n de la reforma militar, en tela de juicio
La reciente dimisi¨®n del almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Carlos Buhigas, ha revelado la existencia de una crisis de fondo en la pol¨ªtica militar del Gobierno. Aunque los motivos financieros han sido la ocasi¨®n de aquella dimisi¨®n, por considerar la Marina que el plan naval quedaba seriamente limitado por las restricciones presupuestarias, el fondo de? problema es m¨¢s bien uno de falta de confianza pol¨ªtica en la direcci¨®n de las Fuerzas Armadas y en la conducci¨®n de la reforma militar, personificadas actualmente en el Ministerio de Defensa.La dimisi¨®n de Buhigas hab¨ªa sido precedida de un tenso cambio de opiniones entre ¨¦l y el ministro de Defensa, teniente general Guti¨¦rrez Mellado, en que aqu¨¦l pidi¨® a ¨¦ste que presentase la dimisi¨®n. Seg¨²n informaciones solventes, el ministro replic¨® ?Y entonces qui¨¦n viene aqu¨ª??. ?Un ministro civil?, contest¨® Buhigas. ?No estamos preparados todav¨ªa?, fue el comentario Final de Guti¨¦rrez Mellado.
Durante el curso de la reforma militar, llevada a cabo mediante numerosos decretos-leyes y decretos, la alta jerarqu¨ªa militar ha echado de menos la existencia de mecanismos de consulta suficientes y frecuentes entre la direcci¨®n pol¨ªtica a cargo del ministro, y los ¨®rganos de mando. Se insiste en que la reforma military, la creaci¨®n y posterior reorganizaci¨®n del Ministerio de Defensa ha sido labor de un peque?o gabinete de unas seis personas allegadas al ministro, que ¨¦ste ha ido renovando con el paso de los meses. Aunque se han realizado frecuentes peticiones de informes a ¨®rganos subordinados de las Fuerzas Armadas, tanto del Alto Estado Mayor como de las secretar¨ªas de los diversos ej¨¦rcitos, la consulta ha tenido un car¨¢cter vertical y jerarquizado, sin tr¨¢mites intermedios de an¨¢lisis y discusi¨®n.
De este modo, la cuesti¨®n de la reforma militar se ha acumulado sobre los problemas creados entre sectores de las Fuerzas Armadas, por todo el proceso de reforma pol¨ªtica, con claros s¨ªntomas de rechazo en muchos casos. Hoy, los enemigos de Guti¨¦rrez Mellado se encuentran por igual entre, los que se oponen a la reforma pol¨ªtica y los que quieren para la reforma militar un estilo m¨¢s directo, m¨¢s franco y eficaz. No se puede ignorar, sin embargo, que la fluidez de consulta que cab¨ªa esperar en un problema tan cr¨ªtico como el de una reforma militar (que hab¨ªa sido diferida m¨¢s all¨¢ de lo prudente, por lo menos desde el final de la segunda guerra:, mundial), ha sido en parte inhibida por la sorda obstaculizaci¨®n puesta a todo el proceso de reforma pol¨ªtica por grupos de altos mandos militares fuertemente vinculados al b¨²nker pol¨ªtico.
Entre los casos de falta de consulta se cita el bien conocido de la legalizaci¨®n del Partido Comunista. que caus¨® la dimisi¨®n del ministro de Marina, almirante Pita da Veiga, un hombre ciertamente opuesto a la reforma pol¨ªtica, pero muy interesado en muchos aspectos de la reforma militar. Al parecer, los altos mandos militares hab¨ªan depuesto la resistencia a la legalizaci¨®n, pero se les hab¨ªa prometido que ser¨ªan informados del momento en que se tornara la medida.Esto no tuvo lugar.
Un caso menos llamativo fue la correcci¨®n introducida en el BOE, por la que la ?gorra? de jefe del Alto Estado Mayor tomaba precedencia sobre la de jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, vestidas por la misma persona, sin: que el interesado fuese consultado. El ¨²ltimo ministro de Marina, almirante Pery Junquera, seg¨²n se ha informado a EL PAIS, se enter¨® de la desaparici¨®n de su ministerio, subsumido en el de Defensa, por el Bolet¨ªn Oficial.
La ¨²ltima reuni¨®n de la Junta de Defensa Nacional, presidida por el Rey, trat¨® de la reorganizaci¨®n del jovenc¨ªsimo ministerio, sin que los asistentes hubiesen sido impuestos conveniente mente de la medida, lo que dio lugar a una tensa reuni¨®n que se prolong¨® desde las nueve de la ma?ana a las tres de la madruga da. En fin, los recortes presupuestarios a Defensa fueron dados por el ministro de Hacienda y el de Defensa, en una sesi¨®n de trabajo de un solo d¨ªa, cortando all¨¢ por donde m¨¢s da?o hizo a todo el mundo por falta material de tiempo para reajustar los gastos, de resultas del pacto de la Moncloa.
Otros mandos han sido m¨¢s impermeables a los esfuerzos suasorios del ministro de Defensa del Gobierno de Su Majestad como el anterior ministro del Ej¨¦rcito, F¨¦lix Alvarez-Arenas separado de la direcci¨®n de la Es cuela Superior del Ej¨¦rcito por un petulante comentario comparativo sobre la necesidad de aplicar hoy d¨ªa, para la unidad interna de? Ej¨¦rcito, los criterios contenidos en el discurso de Franco, de despedida de la Academia General de Zaragoza, cuando la cerr¨® la Rep¨²blica.
Poca pena ha causado tambi¨¦n la sanci¨®n impuesta al general Cano Portal, Jerjes en El Alc¨¢zar, un general que ha hecho de la revista Ej¨¦rcito, de la que era director, un ¨®rgano de expresi¨®n de ideas ultraconservadoras.
En todas las transformaciones pol¨ªticas ha jugado un papel clave el juramento de fidelidad al Rey. Pero algo de la estricta competencia del Gobierno, como es la conducci¨®n de la pol¨ªtica militar, no aparece bajo una luz indiscutible a ojos de muchos militares de los tres Ej¨¦rcitos.
En el centro del debate en que se contrastan las opiniones de los militares se halla la cuesti¨®n de las estructuras desproporcionadas de los tres Ej¨¦rcitos, y la generalmente aceptada necesidad de rejuvenecer y aligerar los cuadros de mando. Es opini¨®n cada vez m¨¢s sensible de los mandos de la Aviaci¨®n y de la Marina que la estructura de las Fuerzas Armadas favorece al Ej¨¦rcito de Tierra, en contra de lo que (afirman) aconsejar¨ªa una correcta percepci¨®n de las misiones que a cada Ej¨¦rcito corresponder¨ªan en un conflicto moderno. Seg¨²n este punto de vista, muy, evidente en la Marina, la reforma de Guti¨¦rrez Mellado se est¨¢ haciendo ?con demasiado caqui y poco azul y verde?.
La cuesti¨®n del rejuvenecimiento de los cuadros de mando ha sido motivo de soterrados ataques al plan de reformas de Guti¨¦rrez Mellado por grupos conservadores, siendo, en cierto modo, inextinguibles los rumores de que se iban a eliminar del escalaf¨®n promociones enteras de las academias. Este es un rumor continuamente desmentido por el Ministerio de Defensa, sin que sus desmentidos hayan arrastrado la suficiente fuerza de convicci¨®n, aunque, a juicio de este observador, los desmentidos deber¨ªan merecer credibilidad absoluta. Pero los desmentidos no han servicio para alentar la esperanza de los que creen que har¨ªa falta una "ley Aza?a" puesta al d¨ªa.
As¨ª, pues, los. estados militares de opini¨®n, puestos en contraste. no se reducen a aquellos que se resisten al cambio, invocando continuamente el honor, la patria y la lealtad al pasado, y aquellos otros que aspiran a una consolidaci¨®n y normalizaci¨®n en la democracia de tipo occidental. invocando la obediencia al rey y la disciplina ante los mandos designados. Tambi¨¦n se alinean en torno a la cuesti¨®n del modo de llevar a cabo un proceso de reforma, reestr¨²ctaraci¨®n y modernizaci¨®n de un cuerpo gigantesco largamente dormido, al que los est¨ªmulos deben de llegar no s¨®lo por la v¨ªa jer¨¢rquica, sino tambi¨¦n por la de la convocatoria.
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