¡°La humedad de nuestras casas durar¨¢ hasta el verano¡±
En la zona sur de Madrid, cuando el volumen de litros de agua de lluvia rebasa los l¨ªmites normales, algunas chabolas son desplazadas por la peque?a riada, algunos cent¨ªmetros m¨¢s lejos del lugar que ocupaban, simplemente, porque no tienen cimientos. Algunas casas bajas, situadas en medio de una ladera, sirven de compuerta al agua que atraviesa el sal¨®n-comedor-cocina-retrete y sale por las rendijas para seguir su curso. En Madrid, los d¨ªas de lluvias torrenciales suspenden el examen de conducir un elevad¨ªsimo n¨²mero de aspirantes y el operador de la centralita de bomberos toma, a media ma?ana, dos aspirinas con un caf¨¦ caliente.
Los bomberos reconocieron que s¨®lo a partir de las seis y media de la tarde empezaron a ponerse al d¨ªa en la atenci¨®n de las m¨¢s de cien llamadas recibidas pidiendo ayuda. ?No hay ninguna zona desatendida, aunque no se puede ir a todas partes al mismo tiempo?, fue lo que contestaron a nuestras preguntas.A las cuatro de la tarde, las familias de siete chabolas que habitan en una hondonada en el Rancho del Cordob¨¦s, en la zona de Orcasitas, llamaron urgentemente a los bomberos informando que el agua, acumulada en el fondo de la vaguada, hab¨ªa inundado sus viviendas, construida a bases de madera, algunas partes de ladrillo y con techos de uralita. Los ni?os y las personas mayores fueron trasladados a casa de otros familiares, y el concejal de la zona, se?or Moral Naval¨®n, ofreci¨® a los afectados su traslado a una pensi¨®n hasta que el nivel del agua descendiera.
La situaci¨®n anterior refleja la t¨®nica general de los numerosos casos acaecidos en toda la parte sur de la ciudad. Los chabolistas del Tercio Terol son tambi¨¦n de los m¨¢s afectados, ya que todas las viviendas est¨¢n situadas en las laderas de dos taludes que limitan con el paseo de la Ermita del Santo y la calle Gorri¨®n. Por los taludes, el agua se precipita con fuerza, atraviesa el suelo de las chabolas y contin¨²a hasta un peque?o arroyo que discurre por el fondo.
En la UVA (Unidad de Absorci¨®n Vecinal) de Vallecas, el viento y la lluvia derribaron la tapia que rodea el colegio Juan de Herrera, provocando tambi¨¦n el derrumbe de algunos cobertizos anexos a viviendas cercanas, utilizados por sus habitantes como trasteros.
Tambi¨¦n Palomeras Este ha tenido problemas. Las calles que por su trazado en desnivel, o que por la falta de alcantarillado son m¨¢s propicias al remanso del agua, son las de Alomj¨ªa, Alfarnate y M¨ªjar, en las que se ha formado una gran bolsa de agua que desbord¨® las aceras y penetr¨® en los portales de las casas. Igual ocurri¨® en la casa de la avenida de la Albufera, 290, en la que el agua rebas¨® el alcantarillado y busc¨® salida incluso por los servicios de los pisos bajos. Vallecas, Pozo del T¨ªo Raimundo, Orcasitas, Hormigueras; otros barrios de la zona este y norte de Madrid, como San Ferm¨ªn, La Ventilla, El Querol, etc¨¦tera, se han visto todos afectados en mayor o menor medida.
Puede que las peores consecuencias de la lluvia, al actuar sobre casas mal construidas y en barrios sin los equipamientos m¨ªnimos, no haya que cifrarlas en las ocasionales inundaciones, que por lo general apenas si duran unas horas. La opini¨®n general de las personas consultadas es que la peor consecuencia es la humedad ocasionada, que ya no desaparecer¨¢ hasta las primeras semanas del verano.
Al ser casas que no tienen cimientos, o los tienen de poca profundidad, con techos sin garant¨ªas de impermeabilidad, y asentadas en terrenos sin asfaltar a su alrededor, la humedad se agarra a las paredes, agravando las condiciones higi¨¦nicas de la vida de sus habitantes, como lo demuestra el alto ¨ªndice de enfermedades de los bronquios y reum¨¢ticas que se registran, superior a la media de Madrid.
La lluvia suspendi¨® los ex¨¢menes
Federico Fern¨¢ndez, marido de una aspirante al carn¨¦ de conducir, estaba indignado ante el peque?o drama que se cerni6ayer sobre los cientos de personas que esperaban en el circuito de ex¨¢menes de la Virgen del Puerto. La lluvia imped¨ªa toda visibilidad a los nerviosos aspirantes al carn¨¦, que en esas condiciones prefirieron desistir de la prueba. Eso significa una semana m¨¢s de espera y de clases, lo que provoc¨® las ir¨¢s, mayores por no tener un destinatario a quien protestar, de los alumnos y profesores.En la plaza de San Pol de Mar, enfrente del cine estudio Griffit, el malhumor de los vecinos se dirigi¨®, en cambio, a la improvisaci¨®n de los empleados municipales que controlan las compuertas del Manzanares. Estos se olvidaron, o no quisieron abrirlas para permitir al agua acumulada circular por el cauce libremente, con lo que el nivel del r¨ªo sobrepas¨® las bocas de los colectores que desembocan en el mismo, sali¨® por las bocas de las alcantarillas e inund¨® toda la plaza.
A las seis y media de la tarde todav¨ªa estaban los bomberos recogiendo el agua con coches bomba.
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