"La Iglesia pide sencillamente que el Estado acepte su colaboraci¨®n para el bien com¨²n"
De planteamiento nuevo, que no se puede entender con criterios tradicionales o con nostalgias del pasado califica el cardenal Taranc¨®n en su ¨²ltima carta cristiana la postura mantenida por la Conferencia Episcopal en su reciente documento sobre el proyecto de la Constituci¨®n. Este nuevo planteamiento, que ha de entenderse y juzgarse con criterios nuevos, se concreta, seg¨²n el presidente de la Conferencia Episcopal, en que ?la Iglesia sabe que es una realidad insoslayable en nuestra Patria y pide sencillamente que el Estado acepte su colaboraci¨®n., no para conseguir exenciones y privilegios, sino para cooperar con todas sus fuerzas, que no son pocas, al bien com¨²n de esta sociedad en la que est¨¢ inmersa?.
Tras constatar que la intervenci¨®n episcopal ha suscitado reacciones distintas y contradictorias, queriendo muchos ver en ella un abandono de la l¨ªnea tradicional y otros una vuelta a la postura de los a?os treinta, el cardenal Taranc¨®n estima que ?unos y otros desenfocan la cuesti¨®n porque se dejan llevar, quiz¨¢ sin darse cuenta, por nostalgias, de posturas y posiciones desfasadas?. El cardenal Taranc¨®n hace un breve an¨¢lisis hist¨®rico de lo que han sido en Espa?a las relaciones, Iglesia-Estado, afirmando que el Estado espa?ol ha sido casi siempre oficialmente cat¨®lico, hasta el punto de que el poder pol¨ªtico era considerado como brazo secular de la Iglesia, aunque a veces, por poco tiempo, esta constante fue rota por un laicismo oficial abiertamente beligerante, en el orden religioso.Sin embargo, afirma el presidente de la Conferencia Episcopal, las circunstancias han cambiado, ya que la sociedad actual ha dejado de identificar lucha pol¨ªtica o social y lucha religiosa y, por otra parte, la Iglesia Cat¨®lica super¨® tambi¨¦n claramente en el Concilio el primitivo planteamiento.
Cambio profundo
?La postura del Concilio y el cambio profundo de la sociedad espa?ola -precisa el cardenal Taranc¨®n- son las razones que han urgido a la Conferencia Episcopal a hacer un planteamiento nuevo que no se puede entender con criterios tradicionales o con nostalgias del pasado. Ni los de una parte ni los de otra aciertan a enjuiciar correctamente ese planteamiento que, con toda sinceridad y honradez adapt¨¢ndose de la mejor manera posible a la nueva realidad espa?ola, ha hecho la Conferencia Episcopal, porque no se han dado cuenta de que una nueva realidad sociopol¨ªtica exige un nuevo planteamiento en muchas cosas y, concretamente, en las relaciones del Estado con la Iglesia. ?El presidente de la Conferencia Episcopal niega que esta postura pueda ser calificada de oportunismo, ya que empez¨® a configurarse en una ¨¦poca en que resultaba gravemente conflictiva.
En resumen, esta postura no es otra que la decidida voluntad de la Iglesia de no apoyarse en el poder ni intervenir en las luchas pol¨ªticas, con el fin de mantener su propia identidad y su independencia de todo poder pol¨ªtico.Se trata, concluye el cardenal Taranc¨®n, ?de un planteamiento nuevo que ha de juzgarse con criterios nuevos. Tambi¨¦n en este caso tiene aplicaci¨®n la sentencia del Evangelio: "No se debe poner el vino nuevo en odres viejos ni el vino vi o en odres nuevos"?.
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