"El Club de Roma est¨¢ al servicio de los problemas planetarios"
El Club de Roma es una entidad constituida por personas de todas las latitudes e ideolog¨ªas que intenta encontrar soluciones a los problemas mundiales desde una perspectiva planetaria, no puesta al servicio de uno u otro sector del planeta. Este es uno de los conceptos expresados por Ricardo Diez Hochleitner, ¨²nico miembro espa?ol del Club, a Alfonso Garc¨ªa P¨¦rez, con ocasi¨®n del final de las reuniones de trabajo del Club de Roma en Madrid.
?Los complejos problemas a que debe hacer frente el mundo -asegura el se?or D¨ªez Hochleitner- ponen en evidencia que se hace necesaria la b¨²squeda de soluciones que crezcan como una respuesta de la ciencia y la tecnolog¨ªa. Esas respuestas han sido demasiadas veces ?inadecuadas. Por ejemplo, ante el deterioro grave del habitat humano o el desempleo se pone de manifiesto que no estamos ante problemas de ¨ªndole coyuntural, sino estructural.?? La culpa de todo esto -prosigue- no la tiene la ciencia y la tecnolog¨ªa en s¨ª misma, sino quienes participamos en la formulaci¨®n de una pol¨ªtica cient¨ªfica. Se exige la respuesta positiva de la ciencia y la tecnolog¨ªa. Ya no se trata de promocionar el desarrollo y una utilizaci¨®n indiscriminada de la tecnolog¨ªa, sino de aplicar criterios selectivos. Dicho de otra manera, las respuestas de la ciencia y la tecnolog¨ªa ya no pueden seguir enfocadas simplemente a lograr el crecimiento econ¨®mico, el progreso material.?
No se trata, por tanto, de frenar el desarrollo, sino de intentar conducirlo por una v¨ªa m¨¢s integral: ?Debe facilitarse el reencuentro del hombre en todas sus dimensiones, no s¨®lo en la econ¨®mica. Lo primero de todo es recuperar la unidad que nunca deb¨ªa perder la ciencia respecto a la tecnolog¨ªa, superando la antinomia de enfrentar investigaci¨®n pura y aplicada, y buscando m¨¢s bien los puntos de confluencia. La otra dimensi¨®n unitaria que tenemos que recuperar es a trav¨¦s de las ciencias naturales, porque para poder realizar en plenitud esa exigencia de la nueva sociedad en marcha, en la ra¨ªz misma de la investigaci¨®n est¨¢ la interacci¨®n interdisciplinaria que relaciona la dimensi¨®n de la cultura, la dimensi¨®n de la antropolog¨ªa, la dimensi¨®n de la educaci¨®n, la dimensi¨®n de la informaci¨®n. Para devolver el equilibrio tendremos que dar prioridad a las ciencias sociales.
Respecto al papel que el Club de Roma se siente llamado a desempe?ar, Ricardo D¨ªez Hochleitner asegura que el Club es una instituci¨®n ?universal en la composici¨®n de sus miembros, atendiendo a su procedencia geogr¨¢fica o de ideolog¨ªas y creencias. Hay miembros del este y el oeste, del norte y del sur..., pero hay algo fundamental que les une a todos, su preocupaci¨®n, su sensibilidad ante los problemas del mundo, su convencimiento de la gravedad de ¨¦stos y su creencia de que las soluciones del ma?ana pr¨®ximo y mediato requieren formulaci¨®n y soluciones alternativas hoy. Es una actuaci¨®n, un movimiento intelectual y cient¨ªfico frente a las actuaciones muchas veces ego¨ªstas, con visi¨®n miope y a corto plazo que a veces imperan en el campo de las decisiones?.
Ante la cr¨ªtica que se ha hecho al Club de Roma de responder a los intereses del mundo en desarrollo m¨¢s que a los del Tercer Mundo, la respuesta del se?or Hochleitner es que ?se ha criticado al Club a ra¨ªz del informe sobre el Nuevo orden internacional, informe que el Club debati¨® precisamente en Argel, lugar propuesto por invitaci¨®n del presidente Bumedian, reuni¨®n a la que asist¨ª. De igual modo he asistido, a principios de octubre, a la conferencia celebrada en Houston, Texas, en la que participaron numeros¨ªsimos cient¨ªficos, economistas y pol¨ªticos del Tercer Mundo, en debate agudo, pero constructivo con sus colegas del mundo m¨¢s industrializado?.
?El mundo industrializado -concluye- tiene que ser consciente de las necesidades del
Tercer Mundo si no quiere suicidarse. El inter¨¦s del Tercer Mundo es la cooperaci¨®n estrecha con el mundo m¨¢s industrializado si no quiere crear una fisi¨®n a¨²n m¨¢s profunda. El mundo industrializado se quedar¨ªa sin recursos naturales, sin interacci¨®n de mercados y, sobre todo, se queda desarmado ¨¦ticamente si da la espalda al Tercer Mundo porque todo aislamiento es autodestructivo.
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