Garaicoechea (PNV): "Un plebiscito puede ser instrumento de manipulaci¨®n"

Carlos Garaicoechea, navarro, fue elegido en marzo de este a?o presidente del Euskal Buru Batzara (comit¨¦ ejecutivo) del Partido Nacionalista Vasco. Es economista. Encabez¨® la lista para el Congreso de Diputados de la agrupaci¨®n electoral Frente Aut¨®nomo, nombre bajo el que se present¨® en Navarra el PNV, pero no sali¨® elegido.

EL PAIS. En algunos sectores pol¨ªticos se dice que la uni¨®n con los otros territorios vascos restar¨ªa autonom¨ªa a Navarra, ?cu¨¢l es la opini¨®n del PNV sobre ese tema?C. Garaicoechea. Nosotros hemos defendido siempre, desde nuestros or¨ªgenes, el m¨¢ximo respeto a la personalidad yautonom¨ªa (le cada regio n hist¨®rica vasca y por tanto de Navarra. La plena reintegraci¨®n foral en t¨¦rminos actualiz¨¢los es la f¨®rmula de nuestras reivindicaciones. Lo que sucede es que a esta recuperaci¨®n de las potesiad¨¦s hist¨®ricas de cada territorio vasco, a?adimos la propuesta de v¨ªnculos confederativos entre ellos.

Esta segunda proposici¨®n es la que rechazan nuestros oporientes, de los que la UCD de Navarra es el m¨¢s cualificado. Hasta estos momentos ni ellos ni sus cong¨¦neres de otras formaciones, como Alianza Popular, han alzado su voz al ver la erosi¨®n progresiva de los sistemas forales. Pero cuando oyen hablar de v¨ªnculos ?inter vascos? sienten el purismo foralista a escala provincial. Lo mismo pas¨® en los a?os treinta, cuando surgi¨® el lema ?Fueros, s¨ª; Estatuto, no?-. Luego ya vimos c¨®mo se puso en pr¨¢ctica la reintegraci¨®n foral.

EL PAIS. ?Permite un estituto en la pr¨¢ctica mantener las tesis conferativas que el PNV propugna?

C. G. Si nosotros pudi¨¦ramos hacer las cosas a nuestro gusto, si el Estado aceptase nuestros propios plan teamientos, el PNV har¨ªa una pura confederaci¨®n de territorios vascos, reintegrados en su plena foralidad. Desgraciadamente el pragmatismo pol¨ªtico nos obliga a negociar f¨®rmulas intermedias, estatutos que no responden exactamente a nuestras aspiraciones. Pero en estos estatutos estamos dispuestos a que Navarra y cada territorio vasco asuman sus propia facultades aut¨®nomas, sin rebajar un ¨¢pice sus derechos privativos. Dicho de otra forma, no va mos a conducir en ning¨²n momen to a Navarra a cotas de autogo bierno inferiores a las que pueda llegar por v¨ªas ?foralistas, provincialistas? de UCD de Navarra.

UCD se refugia en argumentos formalistas, como la no ace aci¨®n de un ente pol¨ªtico inter¨ªnedio entre Navarra y el Estado. Pero yo creo que hay mucho de autosugesti¨®n interesada en estos conceptos.

Me hacen gracia los pactos en los que una parte, el Estado, ha tenido siempre la sart¨¦n por el mango y hhaa logrado lo que ha querido.

De todas formas, nuestras tesis conceptualmente. encajan. en estas exigencias formales y de principios de UCD. Puede hacerse una confederaci¨®n vasca en la que Navarra, sin romper sus ?pactos hist¨®ricos? con el Estado, pacte su confederaci¨®n con los restantes territorios vascos. Lo que no vamos a admitir es seguir evocando plat¨®nicamente nuestros t¨ªtulos hist¨®ricos sin adoptar pragm¨¢ticamente f¨®rmulas pol¨ªticas actuales: las que sean posibles para defenderla autonom¨ªa de Navarra dentro de la confederaci¨®n nacional vasca y en solidaridad con todos los pueblos del Estado.

EL PAIS. ?C¨®mo se ha de decidir la f¨®rmula de uni¨®n o confederaci¨®n de Navarra con Alava, Guip¨²zcoa y Vizcaya? .

C. G. En el proyecto preauton¨®mico que hemos negociado con el Gobierno la Asamblea de Parlamentarios vascos se?al¨® una f¨®rmula l¨®gica: que decida su adhesi¨®n a la Confederaci¨®n vasca (Consejo General del Pa¨ªs Vasco) un ¨®rgano foral renovado democr¨¢ticamente como puede ser el Consejo Foral de Navarra. La renovaci¨®n, elecci¨®n directa y proporcional requiere la conformidad previa de la Diputaci¨®n Foral.

Creemos que un organismo como el Consejo puede decidir con mayores garant¨ªas democr¨¢ticas analizando, discutiendo, transigiendo si es preciso, un proyecto que requiere un debate, sereno y racional. Un plebiscito, si no est¨¢ rodeado de condiciones objetivas adecuadas, puede ser el gran instrumento de manipulaci¨®n. Cuando las clases dominantes, las, instituciones, muchos medios de difusi¨®n y hasta la propia inercia de un pasado hostil a la idea pueden contribuir enga?osamente a una campa?a en la que se pretende desfigurar el problema indicando simplistamente que vamos a ser menos navarros por formar parte de Euskadi, un plebiscito, puede ser casi tan poco democr¨¢tico como los que hicieron Hitler o Franco. Un debate en un ¨®rgano perfectamente representativo, en nuestra opini¨®n, es bastante m¨¢s, riguroso.