La Real Sociedad no pudo con la revelaci¨®n de Primera, el Rayo
El Rayo Vallecano, a punto de finalizar la primera vuelta de su primer campeonato de Liga en Primera Divisi¨®n, con la experiencia que proporcionan los partidos jugados, realmente se va acomodando con cierto respiro en la categor¨ªa de honor. Eso es, por lo menos, lo que demostr¨® en el campo de Atocha, ante la Real Sociedad, partido en el que se adelant¨® en el marcador y al final obtuvo un importante empate.Pero, adem¨¢s del excelente resultado conseguido, el Rayo demostr¨® hechuras de un equipo que se gan¨®, con justicia, su ascenso y que est¨¢ respondiendo dentro de la categor¨ªa, mejor que otros que llevan varios a?os en la misma. H¨¦ctor N¨²?ez plante¨® el partido con excelente visi¨®n y sus jugadores respondieron a la perfecci¨®n ante el rival, que no atraviesa un momento ¨®ptimo de juego.
El Rayo Vallecano aprovech¨® el primer tiempo, casi en su totalidad para realizar la maniobra que ha venido haciendo hasta este momento con la mayor¨ªa de los equipos de la categor¨ªa estrenada: descubrir su forma de juego par a as¨ª actuar, ¨¦l, en contrapartida. Es l¨®gico, por tanto, que en los primeros compases del partido que disputa fuera de Vallecas act¨²e en forma defensiva, acentuando su presi¨®n principalmente en el centro del campo, la mejor l¨ªnea, seg¨²n los resultados, del equipo de H¨¦ctor N¨²?ez.
La Real Sociedad inici¨® el partido con m¨¢s empuje e ilusi¨®n que una t¨¢ctica de juego ordenada. Quiz¨¢ por esa circunstancia el rendimiento de los jugadores donostiarras fuese bastante irregular y bajo. Mientras tanto, el Rayo Vallecano se limitaba a anular las pocas jugadas del equipo contrario y a poner en pr¨¢ctica, cuando las circunstancias se lo permitiesen, el necesario contraataque, en busca de algo positivo. Oportunidades hubo, aunque escasas, para que el Rayo marcara en la primera parte. Se trataba de demostrar que el equipo madrile?o no se achicaba ante un conjunto como la Real Sociedad que en su campo apenas ha perdido alg¨²n punto y que ha goleado a equipos de campanillas. Claro que en esta ocasi¨®n, el equipo donostiarra no contaba con dos titulares importantes, Gaztelu y L¨®pez Ufarte, el principal cerebro del juego del equipo de Irulegui.
El Rayo Vallecano se adelant¨® en el marcador en uno de los momentos m¨¢s oportunos que puede tener un partido, cinco minutos antes de que finalizara la primera parte. La ventaja en el marcador supone una gran confianza para iniciar con optimismo la segunda parte, al mismo tiempo que sirvi¨® al Rayo para comprobar que la Real Sociedad no ten¨ªa su tarde de aciertos y juego necesario. La defensa rayista apenas tuvo dificultades para superar a la delantera formada por Id¨ªgoras, Satr¨²stegui e lriarte.
Irulegui, ante el gol vallecano, al comprobar que su t¨¢ctica y sus hombres, no proporcionaban el resultado apetecido, sustituy¨® aparte por un delantero nato, Muruz¨¢bal, en busca de mayor efectividad rematadora. Se inici¨® entonces, un per¨ªodo de presi¨®n constante de la Real Sociedad sobre la meta de Alc¨¢zar, en busca de acortar distancias y tambi¨¦n del triunfo que no llegar¨ªa.
Los nervios y la impaciencia de los jugadores de la Real Sociedad durante la segunda parte, en que no cesaron en su empe?o de dar la vuelta al marcador, al mismo tiempo serv¨ªa para favorecer las acciones defensivas del Rayo. El equipo de Vallecas, ante esa t¨¢ctica, cont¨® con las ocasiones m¨¢s claras de aumentar su ventaja. Pero lleg¨® el gol donostiarra cuando restaba algo menos de cuarto de hora para finalizar.
A partir de ese momento, la presi¨®n de los hombres de Irulegui se intensific¨® en busca de la victoria. Fue entonces cuando el Rayo Vallecano puso de manifiesto su perfecta integraci¨®n en Primera Divisi¨®n. De todos modos, quiz¨¢ al equipo madrile?o le faltara decisi¨®n a la hora de aprovechar las facilidades que s¨ª le proporcion¨® la Real.
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