El Senado rechaz¨® un proyecto sobre la abolici¨®n de la pena de muerte

En votaci¨®n nominal y secreta el Pleno del Senado rechaz¨® ayer -por 104 votos frente a 92- la tramitaci¨®n de una proposici¨®n de ley sobre la abolici¨®n de la pena de muerte, presentada por el senador Manuel Villar Arregui, del grupo Progresistas y Socialistas Independientes, y a la que se adhirieron los grupos Socialista y Entesa dels Catalans. En el debate celebrado previamente, el grupo de senadores de UCD y algunos senadores de la Agrupaci¨®n Independiente, tras declararse tambi¨¦n abolicionistas, se opusieron, por razones de oportunidad, a que el tema fuese considerado por el Senado en la actual coyuntura pol¨ªtico-social del pa¨ªs. Progresistas y Socialistas Independientes, Socialistas y Entesa dels Catalans centraron su argumentaci¨®n a favor de la inmediata abolici¨®n de la pena de muerte, adem¨¢s de en las cl¨¢sicas consideraciones jur¨ªdicas, hist¨®ricas y filos¨®ficas sobre el tema, en la constataci¨®n de que el mantenimiento de la pena capital no constituye un rearme efectivo del Estado frente a la violencia, aunque ¨¦sta seade car¨¢cter terrorista. Un senador de uno de estos grupos parlamentarios denunci¨® la tendencia de ciertos grupos sociales espa?oles a identificar el orden con la existencia de la pena de muerte.El grupo de UCD, que se declar¨® tambi¨¦n partidario de la supresi¨®n de la pena de muerte, estim¨® que su adopci¨®n inmediata no era oportuna, ya que ?agudizar¨ªa cierta sensa,ci¨®n de inseguridad que se palpa actualmente en la sociedad espa?ola?.

El ministro de Justicia, Landelino Lavilla, intervino para explicar cu¨¢l era el planteamiento del Gobierno sobre el tema. El ministro abund¨® en los argumentos expuestos, por los representantes de UCD, aunque invit¨® a los senadores a que planteasen el debate no s¨®lo en el terreno abstracto de los principios jur¨ªdicos, ¨¦ticos y filos¨®ficos, sino tambi¨¦n en el de las responsabilidades pol¨ªticas y en el de la convivencia social. El se?or Lavilla expuso tambi¨¦n que la abolici¨®n de la pena de muerte no pod¨ªa ser una medida aislada, sino simult¨¢nea a la reforma del actual sistema punitivo.

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