Claves para no desesperarse si tu hijo adolescente no hace nada en casa: olv¨ªdate de las amenazas y de hacer sus tareas
No hay que entender el desorden o la irresponsabilidad como un gesto de rebeld¨ªa del joven, sino como el reflejo de la complejidad f¨ªsica y emocional que vive. Lo mejor que pueden hacer los padres ante la situaci¨®n es evitar criticar y aprender a negociar con ¨¦l
Ropa por el suelo de la habitaci¨®n, un escritorio repleto de libretas y bol¨ªgrafos sin tapar, vasos y alg¨²n plato con restos de comida, zapatillas en medio del sal¨®n, sudaderas en cualquier silla de la casa, la mochila tirada en un rinc¨®n. Quien convive con un adolescente conoce bien la dificultad que tiene para mostrarse ordenado y cumplir con sus responsabilidades. Un joven al que le preocupa poco que al resto de la familia su desbarajuste les haga sentir inc¨®modos. ¡°Recoge la habitaci¨®n, esto parece una cuadra¡± o ¡°no s¨¦ como puedes vivir entre tanto desorden, eres un aut¨¦ntico desastre¡± son frases que a menudo los progenitores dicen a su hijo con tono amenazador, cansados de pedirle una y otra vez que mantenga su habitaci¨®n ordenada o colabore haciendo sus tareas en casa. Muchos padres y madres acaban agotados y frustrados de ver c¨®mo el joven no cambia de actitud. Un tira y afloja que crear¨¢ un ambiente hostil y afectar¨¢ seriamente el v¨ªnculo entre los miembros de la familia.
Pero los progenitores no deber¨ªan entender este desorden como un gesto de rebeld¨ªa, sino como un reflejo del cerebro del adolescente y de los procesos que se van produciendo en ¨¦l. La vor¨¢gine de cambios f¨ªsicos, psicol¨®gicos, cognitivos, sociales y emocionales que experimenta le producen mucha inestabilidad y un gran caos en su interior que provoca que se muestre poco organizado. La dificultad para encontrar tiempo para realizar todas las actividades que le apetecen, para planificarse correctamente y establecer prioridades, provocan que el orden quede al final de la cola de tareas. El desorden, en este contexto, no solo es una cuesti¨®n de desorganizaci¨®n f¨ªsica, sino tambi¨¦n un reflejo de la complejidad emocional que vive.
La habitaci¨®n para el adolescente se convierte en su guarida, en un lugar seguro donde puede resguardarse si se siente mal o le sucede algo. Un espacio donde puede construir con intimidad su nueva identidad y estar conectado a su grupo de iguales a trav¨¦s de su tel¨¦fono m¨®vil. Insistir para que sea ordenado y colabore en casa de forma constante y desagradable ¨²nicamente lograr¨¢ que se sienta presionado e inc¨®modo. Los reproches y la insistencia motivar¨¢n su resistencia y rechazo, y provocar¨¢n que en casa siempre haya discusiones y mal humor.
Obligar al adolescente a hacer algo ¨²nicamente por evitar un castigo solo lograr¨¢ que se resista a cumplir con sus tareas y las asocie con algo negativo. Si tiene la sensaci¨®n de que en casa ¨²nicamente recibe broncas, puede llegar a sentir que sus padres solo ven aquello que hace mal, que no conf¨ªan en ¨¦l y no valoran sus esfuerzos. Un sentimiento que provocar¨¢ que la relaci¨®n en casa sea tensa y aumente su rebeld¨ªa y actitud desafiante. Si asume sus responsabilidades ¨²nicamente por dejar de o¨ªr las quejas de sus padres no desarrollar¨¢ correctamente su autonom¨ªa y responsabilidad.
En lugar de insistir o reprochar, el joven necesita que en casa le ayuden a organizarse adecuadamente sin sermones ni amenazas continuas. Que comprendan que para ¨¦l es muy complicado ser constante y organizado y que necesita, desde el cari?o y la comprensi¨®n de la etapa, que le ayuden a conseguirlo dando peque?os pasos.
Claves para ayudar a un adolescente a ser ordenado y que se haga cargo de sus tareas y responsabilidades:
- La relaci¨®n basada en el respeto y la comunicaci¨®n afectiva facilitar¨¢ que el adolescente se sienta parte significativa del n¨²cleo familiar. Ser¨¢ necesario que, con calma y empat¨ªa, se le explique la importancia que tiene que colabore en casa y asuma sus tareas porque su ayuda es imprescindible para que todo funcione correctamente. Tambi¨¦n que entienda que el orden aporta seguridad y previsibilidad, ayuda a la concentraci¨®n y el bienestar general.
- Negociar ser¨¢ siempre mucho m¨¢s efectivo que imponer. Ser¨¢ clave consensuar con el adolescente sus responsabilidades, las tareas y el momento en el que deber¨¢ realizarlas, d¨¢ndole la libertad de elegirlas. Si el joven siente que se tiene en cuenta sus preferencias ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil que colabore. Dejar la imposici¨®n y el perfeccionismo a un lado ayudar¨¢ a disminuir los conflictos.
- Las familias no deben hacerse cargo de las responsabilidades del adolescente para evitar conflictos. Hacerlo ¨²nicamente provocar¨¢ que no pueda desarrollar apropiadamente su autonom¨ªa y se vuelva una persona dependiente.
- Ser¨¢ muy importante que el adulto reconozca los peque?os gestos o cambios que el joven va realizando poco a poco. Se?alar sus avances le har¨¢ sentirse valorado y mejorar¨¢ su autoestima. Las palabras tienen un gran poder, no solo a la hora de transmitir informaci¨®n, sino tambi¨¦n para provocar reacciones emocionales positivas.
- Criticar sus errores y recordarle constantemente lo que ha hecho mal ¨²nicamente provocar¨¢ que el joven se sienta cuestionado y etiquetado, forzando que abandone sus responsabilidades. Las cr¨ªticas poco constructivas ¨²nicamente servir¨¢n para romper el v¨ªnculo y crear en casa un ambiente poco respetuoso.
Fomentar rutinas y adquirir habilidades de organizaci¨®n en la etapa de la adolescencia ser¨¢ fundamental para que el adolescente acabe siendo un adulto organizado y responsable. El adulto, a trav¨¦s de su ejemplo y serenidad, debe conseguir que el joven vaya adquiriendo sus obligaciones, haci¨¦ndole sentir que su colaboraci¨®n es muy importante para que en casa todo funcione.
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