Los republicanos italianos rechazan su participaci¨®n en un "Gobierno a tres"
Los republicanos, que sociol¨®gicamente representan una burgues¨ªa progresista de izquierdas, se niegan a gobernar con los socialdem¨®cratas y democristianos. Su l¨ªder, Ugo la Malfa, fue el primero en pedir un Gobierno de emergencia, de unidad democr¨¢tica, con socialistas y comunistas. A la propuesta o, mejor dicho, simple insinuaci¨®n, del secretario democristiano, Benigno Zaccagnini, de corresponsabilizarlos en el Gobierno, sin cambiar el acuerdo program¨¢tico que sostiene el actual Gobierno que preside Giulio Andreotti, los republicanos han replicado, incluso, que Andreotti ?no es el hombre particularmente apropiado para guiar con coraje el pa¨ªs y sacarlo de la grave crisis en que se debate?.
La respuesta negativa de los republicanos se daba por descontada, y en ella se?alan que los comunistas han moderado sus exigencias. Los comunistas insisten en que su objetivo fundamental seguir¨¢ siendo el Gobierno de emergencia, pero que estar¨ªan dispuestos a participar en una mayor¨ªa parlamentaria, es decir, pasar de la actual abstenci¨®n a un apoyo oficial a un Gobierno en el que no tendr¨ªan ministros.Esta prudencia comunista complica las cosas para los socialistas. Parte de ellos piden la apertura inmediata y oficial de la crisis de Gobierno, aunque sea a oscuras y sin soluciones previas, pues, seg¨²n su ex secretario, Giacomo Mancini, no se puede estar m¨¢s a ciegas.
Los socialdemocr¨¢ticos, por su parte, est¨¢n naturalmente dispuestos a gobernar seg¨²n la f¨®rmula propuesta por Zacocagnini, mientras los liberales no aceptan ni siquiera el voto favorable de los comunistas y anuncian su paso a la oposici¨®n.
En medio de esta situaci¨®n exploratoria, la soluci¨®n definitiva se conf¨ªa a un denso y calculado calendario de encuentros pol¨ªticos. Ayer se entrevistaron dos economistas de los partidos Socialista y Comunista. Hoy lo hacen los reponsables econ¨®micos de los seis partidos que firmaron el acuerdo program¨¢tico de Gobierno con algunos exponentes de las secretar¨ªas de los partidos. El jueves los sindicatos fijar¨¢n la fecha de la huelga general. El viernes se re¨²ne la secretar¨ªa del Partido Socialista, y el mi¨¦rcoles 11, la directiva democristiana. El 12 se re¨²nen los diputados democristianos; el 13, el comit¨¦ central socialista. Antes del d¨ªa 15 lo har¨¢ el comit¨¦ central comunista, y el 19 o el 20, los secretarios provinciales y regionales democristianos, para concluir el 30 y el 31 el consejo nacional democristiano.
En este simple calendario se puede prefigurar una lenta elaboraci¨®n de responsabilidades y de acuerdos en profundidad para que cualquier cambio en la superficie se d¨¦ en t¨¦rminos de una ?crisis pilotada?. Las autoridades monetarias del pa¨ªs est¨¢n muy atentas a que una crisis en el vac¨ªo no restrinja el cr¨¦dito al pa¨ªs y se desencadenen maniobras especulativas contra la lira, como ocurri¨® ya en 1976, cuando la crisis del Gobierno Moro-La Malfa. El 2 de enero pasado las reservas de divisas, sin contar el oro, eran de 8.125 millones de d¨®lares, despu¨¦s de haber pagado 1.103 millones de d¨®lares al Fondo Monetario y quinientos millones al banco central alem¨¢n.
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