La paz, a las puertas de Euskadi
LA APROBACI?N por la Comisi¨®n de Urgencia Legislativa de las Cortes de los decretos correspondientes pone formalmente en vigor el r¨¦gimen preauton¨®mico del Pa¨ªs Vasco. Como indicamos en un comentario editorial anterior, s¨®lo el aferramiento a posiciones partidistas de UCD pod¨ªa explicar la demora del Gobierno en aplicar los acuerdos establecidos, a lo largo de noviembre, entre el ministro de las Regiones y los parlamentarios guipuzcoanos, vizca¨ªnos y alaveses. La circunstancia de que el Consejo General del Pa¨ªs Vasco nunca podr¨ªa estar controlado por el partido del Gobierno (cuyos parlamentarios son minoritarios en Euskadi) y la postura del lendakari Leizaola, al negarse a desempe?ar el mismo papel que le correspondi¨® en la preautonom¨ªa catalana al se?or Tarradellas, llevaron al Gabinete del se?or Su¨¢rez a la actitud de postergar la sanci¨®n legal de unas instituciones de autogobierno ya pactadas. La f¨®rmula mediante la cual Navarra podr¨¢ hacer efectiva en un inmediato futuro la posibilidad de ingresar en la Confederaci¨®n Vasca ha sido encontrada tan pronto como el Gobierno se ha puesto a buscarla.Ha triunfado el buen sentido y se debe felicitar a quienes han sabido rectificar a tiempo. Pero resulta lamentable que la preautonom¨ªa se haya decretado ante la presi¨®n del anuncio de masivas movilizaciones para el 4 de enero. Al igual que sucedi¨® en el pasado mes de mayo con los extra?amientos, parece que s¨®lo el temor a graves alteraciones del orden p¨²blico ha movido al Gobierno a tomar una decisi¨®n que pudo adoptar por simple prudencia o convicci¨®n pol¨ªtica con suficiente antelaci¨®n.
En cualquier caso, este es un paso en la normalizaci¨®n de las provincias vascas. El propio Leizaola ha se?alado que la preautonom¨ªa abre el camino por el que se puede construir la paz del Pa¨ªs Vasco. Y lo que es todav¨ªa m¨¢s importante, un sector de la izquierda, abertzale formada por grupos desgajados de ETA y vinculados emocionalmente a su antigua organizaci¨®n, ha abandonado su intransigencia sectaria (basada en el lema ?cuanto peor, mejor?) y ha reconocido las virtualidades positivas del Consejo General del Pa¨ªs Vasco.
El programa de pacificaci¨®n exige ahora seguir adelante: la legalizaci¨®n de los partidos que, aunque defienden tesis independistas a largo plazo, aceptan las instituciones de autogobierno y quieren hacer pol¨ªtica utilizando los cauces legales establecidos. La prueba ¨²ltima para calibrar la consistencia de un sistema democr¨¢tico es su capacidad para no ahogar la voz de las minor¨ªas y permitir la libre expresi¨®n y organizaci¨®n de cualquier ideolog¨ªa, por descabellada que sea su orientaci¨®n y sus proyectos -proyectos y orientaci¨®n que a nosotros nos parecen descabellados y absurdos en el caso que comentamos-. S¨®lo la utilizaci¨®n de la violencia puede -y debe- justificar la persecuci¨®n legal de un grupo pol¨ªtico.
Por lo dem¨¢s, no se puede descartar que la acci¨®n terrorista contin¨²e segando la vida de hombres inocentes y sembrando el temor entre la poblaci¨®n vasca. Los recientes robos de explosivos, los ¨²ltimos cr¨ªmenes contra las personas y los atentados contra instalaciones militares e industriales dejan pocas dudas al respecto. Es incluso probable que el establecimiento del r¨¦gimen preauton¨®mico vasco sea, precisamente, lo que empuje a ETA militar a montar alguna provocaci¨®n con el prop¨®sito de frenar el proceso auton¨®mico, desestabilizar la situaci¨®n en Euskadi y hacer posible la involuci¨®n en el resto de Espa?a. Porque esos activistas, convertidos definitivamente en vulgares asesinos, temen, m¨¢s que los cercos polic¨ªacos, el cerco pol¨ªtico que se va estrechando progresivamente en torno suyo. La pacificaci¨®n del Pa¨ªs Vasco y la consolidaci¨®n del r¨¦gimen provisional de autogobierno har¨¢n posible en el futuro un estatuto de autonom¨ªa para Euskadi, en cuyo articulado, necesariamente, ocupar¨¢ un lugar la atribuci¨®n a los mikeletes de responsabilidades para el mantenimiento del orden p¨²blico. Cuando la gran mayor¨ªa del pueblo vasco comprenda que la ¨²nica forma v¨¢lida y eficaz de defender sus opciones es votar en las urnas a sus alcaldes y diputados y gobernantes, ETA militar. desaparecer¨¢ del escenario de Euskadi: sus restos, si quedan, ser¨¢n lo que ya son: una banda de pistoleros.
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