La cortisona, peligroso "doping" del futuro
Quiz¨¢ lo m¨¢s grave del doping es que sus ?beneficios? para el atleta no compensen a corto o medio plazo, ni mucho menos, los perjuicios causados a la larga. Un atleta dopado s¨®lo viene a mejorar un 0,1% en su rendimiento, pero, la sicosis existente de que si no se droga est¨¢ en inferioridad de condiciones esta llevando ya desde hace tiempo al terrible drama de que incluso corredores juveniles y hasta infantiles, se droguen. Lo lamentable es que en muchas ocasiones, tal vez mayor¨ªa, el principal culpable de ese doping que engendra ?viejos en plena juventud? no es, el corredor, sino el ?consejero? de turno, que tanto abunda en el mundillo de la bicicleta. Excepci¨®n honros¨ªsima ha sido el recientemente retirado, con m¨¢s de cuarenta a?os, Poulidor.Evidentemente uno de los problemas fundamentales de que exista el doping en el ciclismo es su gran exigencia, al ser un de porte tan duro. Al igual que a un boxeador se le proh¨ªbe pelear en un determinado tiempo tras un KO, a los ciclistas se les deber¨ªa imponer un n¨²mero m¨¢ximo y determinado de kil¨®metros por temporada, por mes o con unos intervalos de tiempo aconsejables entre carrera y carrera para recuperarse. Est¨¢ comprobado que el cuerpo humano dif¨ªcil mente puede rendir plenamente, por muy entrenado que est¨¦, durante casi un mes de una gran prueba por etapas, haciendo una media de doscientos kil¨®metros diarios.
Control, ¨²nica soluci¨®n
El control m¨¦dico, por otro lado, debe ser fundamental y la ¨²nica forma, junto a una vigilancia estilo policial -cuyo anuncio caus¨® grandes protestas hace poco- de evitar el abuso de un 80 % de los ciclistas, que normalmente se autodrogan. Caso aparte merece la defensa que ellos mismos se hacen ante la imposibilidad -dicen- de curarse un catarro sopena de dar positivo en el control antidoping. Se propugna el estudio cuantitativo, que indicar¨ªa si un corredor ha tomado un producto que contiene una sustancia prohibida simplemente para curarse o por el contrario una dosis excesiva, que ya ser¨ªa doping. Los corredores han pedido por ello ese estudio o la modificaci¨®n de los medicamentos prohibidos por la Uni¨®n Ciclista Internacional. La efedrina, por ejemplo, es componente casi general de cualquier jarabe recomendado para curar afecciones catarrales tan normales en los ciclistas, aunque el profesor franc¨¦s Francois Ruff, ha declarado que existe una larga serie de medicamentos sin efedrina con el mismo efecto curativo y se asombra -uno m¨¢s- de que esa lista no se haya hecho ya.Por otro lado la soluci¨®n del an¨¢lisis cuantitativo es una utop¨ªa actualmente debido a que en el mismo influyen decisivamente varios factores dif¨ªciles de fijar, entre ellos el de la hora a la que se tom¨® el medicamento o droga.
Cabe se?alar que en Espa?a uno de los puntos de la Asociaci¨®n de Ciclistas Profesionales, recientemente creada en Torrelavega, es el de no pasar ning¨²n control m¨¢s mientras no se haga lo mismo con otros deportes. En principio parece un punto demasiado dr¨¢stico, porque siempre es necesaria esa vigilancia. En la actualidad ni siquiera se detectan todos los estimulantes que ruedan por el ?mercado?, que son much¨ªsimos y cont¨ªnuas ?novedades?, aparte de que Espa?a, por falta de medios, es el pa¨ªs donde menos controles se hacen; unicamente en las carreras m¨¢s importantes. De cualquier forma los ciclistas no est¨¢n exentos de raz¨®n en pedir igualdad con otros deportes, pues muchos de ellos, caso del f¨²tbol, no quieren saber nada cuando de los rumores se ha pasado a la realidad. Recordemos las acusaciones de Zapata, masajista del Murcia, o la triste muerte del internacional de Las Palmas, Tonono, muerto s¨²bitamente y cuya autopsia revel¨® una lesi¨®n renal irreversible a causa de la ingesti¨®n de productos estimulantes. En el extranjero produjeron sensaci¨®n las acusaciones recientes de Beckenbauer sobre el doping en el f¨²tbol alem¨¢n, que acaba de dejar para ir al Cosmos y su propia confesi¨®n de que le hac¨ªan frecuentes transfusiones de sangre, tema que abordaremos en otra ocasi¨®n.
Falta claridad
No cabe duda que en los controles antidoping, al menos los que se realizan en ciclismo, no existe siempre toda la claridad ni la unificaci¨®n que debiera. Si en Espa?a se tramita a¨²n una legislaci¨®n general sobre el tema del doping, en el extranjero los acontecimientos desbordan continuamente lo legislado. Cara a los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨², por ejemplo, y tras el desagradable ?affaire? de los halter¨®filos descalificados por uso de anabolizantes, en Montreal, se habla de un ?endurecimiento ? en la vigilancia.Durante todo el a?o 77 fueron actualidad tres tipos de estimulantes: En principio, los citados anabolizantes o esteroides, utilizados bien para desarrollar las masas musculares, aunque sin base fisiol¨®gica que normalmente resista luego los esfuerzos, o para retener el crecimiento, aprovechando as¨ª la flexibilidad, muscular infantil. Protagonistas respectivos los atletas descalificados igualmente tras las finales de la Copa de Europa y las gimnastas rumanas y sovi¨¦ticas, verdaderas ?ni?as-prodigio de laboratorio?. Por otra parte, se volvi¨® a poner sobre el tapete el tema de las transfusiones sangu¨ªneas ya citado, que fundamentalmente trata de favorecer la oxigenaci¨®n.
Cuando el modesto franc¨¦s Dard fue sancionado tras la prueba Etoile des Espoirs, ?tir¨® de la manta?, sinti¨¦ndose v¨ªctima propiciatoria de una culpabilidad generalizada. Cabe recordar tambi¨¦n las sanciones a seis corredores belgas, Maertens y Merckx, entre ellos, a ra¨ªz de varias pruebas cl¨¢sicas, por la aparici¨®n sorpresa del stimul, producto que consideraban hab¨ªan tomado casi todos los corredores. Posteriormente, ya en el Tour, dieron positivo otros, incluidos varios espa?oles, pero qued¨® en el aire la gran interrogante de que se hab¨ªa ocultado el resultado an¨¢logo de los an¨¢lisis de los primeros clasificados. Entre ellos estaba Thevenet, el vencedor, que acababa de ser sancionado en la Par¨ªs-Niza.
Un tema oscurecido
Todos estos casos han oscurecido a¨²n m¨¢s un tema que amenaza tristemente no s¨®lo la veracidad de los resultados deportivos, sino tambi¨¦n la vida de sus protagonistas, como queda comprobado en la encuesta del diario belga. Enlazando con ello, porque es un enga?o mayor a¨²n a s¨ª mismos que a los rivales o aficionados, se pueden se?alar los trucos utilizados por los corredores para enga?ar en el control. Desde los m¨¢s inocentes del cambio de frascos o la bolsa escondida con otra orina -m¨¦todos ya controlados- a la toma de bicarbonato o el terrible de inyectarse agua destilada en la vejiga. Todos ellos son m¨¦todos de los modestos, naturalmente, pues las figuras, como se ha demostrado m¨¢s de una vez, o han tenido el antiestimulante preciso -siempre se rumore¨® de Merckx- o el citado ?silencio? en ocasiones determinadas.Los fallos cardiovasculares son fundamentalmente causados por el abuso de anfetaminas. Estas constitu¨ªan hasta ahora el pro ducto m¨¢s utilizado en el ciclismo, pero el ?peligro? del futuro proviene precisamente de otro que los an¨¢lisis no detectan, la cortisona. El doctor Miserez, actual m¨¦dico del Tour, lo denunci¨® al t¨¦rmino de la ¨²ltima edici¨®n. Su introducci¨®n en el organismo provoca grandes complicaciones, como la fragilidad de los tejidos ¨®seos, con el consiguiente riesgo en caso de ca¨ªdas y tambi¨¦n el que la hip¨®fisis, secretora de la cortisona natural, estimule inmediatamente menos a las gl¨¢ndulas suprarrenales. Cuando el ciclista deje de tomar la cortisona exterior la hip¨®fisis estimular¨¢ entonces ya menos a las suprarrenales y el rendimiento bajar¨¢. El ciclista que utiliza cortisona, se le hinchan las piernas y el rostro. Es una servidumbre m¨¢s del doping, que puede acabar en trastornos sexuales y en su impotencia.
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