El p¨²blico tiene derecho a participar en la producci¨®n de los mensajes infomativos
Numerosos impedimentos de orden institucional, tecnol¨®gico, econ¨®mico social, pol¨ªtico e ideol¨®gico dificultan el acceso y la participaci¨®n en la comunicaci¨®n, as¨ª como la puesta en pr¨¢ctica de nuevas formas de comunicaci¨®n en las sociedades avanzadas. Esta es al menos la conclusi¨®n a la que se ha llegado en un reciente estudio editado por la UNESCO sobre Algunos modelos occidentales de medios comunitarios, y en un congreso de expertos de este organismo internacional sobre la autogesti¨®n, acceso y participaci¨®n en la comunicaci¨®n celebrado en Belgrado a finales de 1977.Al intentar aplicar estos modelos a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo las dificultades han crecido de tal manera que en la mayor¨ªa de los casos se han hecho insalvables. No obstante la UNESCO ha realizado proyectos experimentales de participaci¨®n en los medios comunitarios, principalmente audiovisuales, y ha estudiado la prensa rural, en estos pa¨ªses subdesarrollados.
Los conceptos de acceso y participaci¨®n en la comunicaci¨®n, producto de una evoluci¨®n sociol¨®gica y tecnol¨®gica de los ¨²ltimos a?os, se han desarrollado sobre todo en el seno de los organismos internacionales a trav¨¦s de sus resoluciones, en las declaraciones gubernamentales y por medio de los estudios de los especialistas de la comunicaci¨®n mundial.
Estos mismos especialistas han se?alado que el sistema mundial actual de comunicaci¨®n, que predomina en la mayor parte de las sociedades, no hace m¨¢s que seguir el esquema cl¨¢sico del proceso de comunicaci¨®n vertical, es decir, aquel por el que un reducido n¨²mero de emisoras se dirige a una masa de receptores.
En definitiva, el modelo vertical cl¨¢sico de la comunicaci¨®n convierte al p¨²blico en un puro y simple consumidor de mensajes y refuerza la pasividad de la audiencia que se erige de esta forma, en mayor¨ªa silenciosa.
Derecho a la comunicaci¨®n
La emergencia de los conceptos de acceso y participaci¨®n en la comunicaci¨®n se funda no s¨®lo en la cr¨ªtica del modelo vertical, considerado como muy insuficiente, sino tambi¨¦n en la necesidad de desarrollar el derecho a la comunicaci¨®n. Este ¨²ltimo tiende a actualizar el derecho a la informaci¨®n contemplado en el art¨ªculo 19 de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos.
La noci¨®n m¨¢s compleja y rica de ?derecho a la comunicaci¨®n? ha sustituido a la de derecho a la informaci¨®n. As¨ª se ha admitido en la 19 sesi¨®n de la Asamblea General de la UNESCO en Nairobi en 1976: ?En el pasado se consideraba que la comunicaci¨®n ejerc¨ªa en el seno de la sociedad ¨²nicamente el papel de informar y de influenciar. Ahora, sin embargo, se considera a la comunicaci¨®n como un proceso de interacci¨®n social estimulado por un cambio equilibrado de informaci¨®n y de experiencias. Esta nueva concepci¨®n impfica la preponderancia del di¨¢logo sobre el mon¨®logo. Se trata de conseguir un sistema de comunicaci¨®n horizontal fundado sobre el reparto equitativo de las fuentes y de los medios que permitir¨ªa a todo individuo emitir y recibir mensajes.?
Esta nueva definici¨®n del papel de la comunicaci¨®n tiene implicaciones a escala local, nacional e internacional. A este tercer nivel puede decirse que en los ¨²ltimos a?os el concepto de ?Iibre circulaci¨®n de informaci¨®n? ha evolucionado hacia otro de ?circulaci¨®n libre y equilibrada de la informaci¨®n? que ha abierto nuevas perspectivas no s¨®lo en el terreno de la comunicaci¨®n, sino tambi¨¦n en el nuevo orden econ¨®mico y social con la ayuda del desarrollo tecnol¨®gico.
Sobre las bases expuestas, el acceso y la participaci¨®n del p¨²blico en los medios de comunicaci¨®n s¨®lo pueden entenderse bajo la hip¨®tesis de democratizaci¨®n de los sistemas de comunicaci¨®n. El acceso significa etimol¨®gicamente la posibilidad del acceso del p¨²blico a los materiales comunicativos, la posibilidad de interacci¨®n entre productores y receptores de mensajes; la intervenci¨®n directa de la au diencia en el desarrollo de las difusiones; el derecho de responder y criticar y los medios necesarios para entrar en contacto con los productores, administradores y responsables de las organizacio nes de comunicaci¨®n.
La participaci¨®n, en cambio, conlleva un nivel superior de inserci¨®n del p¨²blico en los sistemas de comunicaci¨®n. Implica la asociaci¨®n del p¨²blico al proceso de producci¨®n, pero tambi¨¦n a la gesti¨®n y a la planificaci¨®n de los sistemas de comuni,caci¨®n. Dentro de la participaci¨®n cabe distinguir la simple participaci¨®n o derecho del p¨²blico a ser representado y consultado en las decisiones, y la autogesti¨®n, que se presenta, por el contrario, como la forma m¨¢s avanzada de la participaci¨®n por la que el p¨²blico queda Investido del poder de decisi¨®n,en el seno de las empresas y toma parte directa en la elaboraci¨®n de la pol¨ªtica y los planes de comunicaci¨®n de las empresas.
Opulencia y miseria comunicativas
El acceso y la participaci¨®n en la comunicaci¨®n tienen aplicaciones diferentes seg¨²n se trate de pa¨ªses industrializados o en v¨ªas de desarrollo. En las sociedades avanzadas, en las que el desarrollo de los medios ha promovido una sobresaturaci¨®n de mensajes, el acceso y la participaci¨®n pueden apuntar hacia el cambio de nuevas formas de comunicaci¨®n activa. A este fin pueden servir los mismos adelantos tecnol¨®gicos disponibles (tel¨¦fono, cable de doble banda) que pueden usarse como canales de retroalimeniaci¨®n. Los dos conceptos son objeto, en este sentido, de reivindicaci¨®n por las mismas audiencias. Estas demandas provienen norrnalinente de grupos de presi¨®norganizados (asociaciones, sindicatos, agrupaciones de diversa ¨ªndole) que quieren expresar sus opiniones a trav¨¦s de los canales de los medios y tiene tambi¨¦n intereses que defender a trav¨¦s de los mismos.
En los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo la insuficiencia de infraestructura de comunicaci¨®n y la penuria de equipamiento t¨¦cnico sit¨²a el acceso y la participaci¨®n en un contexto muy diferente. Estos conceptos no provienen de una demanda del p¨²blico, que normalmente ignora el potencial de los mass media. Las iniciativas provienen, por el contrario, de instancias superiores (Gobierno, organismos de desarrollo, de educaci¨®n y formaci¨®n) conscientes de la conveniencia de adaptar los medios de comunicaci¨®n a las necesidades de la poblaci¨®n.
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