La escuela de f¨²tbol de Ensidesa, con dificultades econ¨®micas
La escuela de f¨²tbol de Ensidesa, una instalaci¨®n modelo, atraviesa graves dificultades. La empresa le ha disminuido la subvenci¨®n anual de veinticuatro a doce millones, y el hecho de que la Federaci¨®n no apoye en absoluto a la escuela hace que ¨¦sta -en la que anualmente practican el f¨²tbol 9.000 chicos, y en la que se han formado jugadores importantes, como Quini y Megido- se encuentre en serias dificultades.
Hace ya quince temporadas que la empresa metal¨²rgica Ensidesa decidi¨® apoyar la pr¨¢ctica del f¨²tbol en la regi¨®n asturiana, creando la escuela de f¨²tbol, un modelo en su g¨¦nero. Aquella iniciativa result¨®, ha crecido, y ahora dispone de veinti¨²n campos de f¨²tbol distribuidos en varias localidades: en Avil¨¦s, tres de hierba y cinco de tierra; en Veri?a, cuatro de hierba y dos de tierra; en Langreo, uno de hierba y dos de tierra; y en Mieres, dos de hierba y dos de tierra.En total, son ya 9.000 los muchachos que practican el f¨²tbol en estos campos y dentro de la organizaci¨®n de la escuela. Comienzan con diez a?os, y los mejores son seleccionados para los campeonatos de la escuela, en los que participan a partir de los trece a?os. Cada uno lleva una libreta en la que se anotan sus progresos en todas las facetas de este deporte, y existe asimismo una ficha m¨¦dica en la que se refleja la evoluci¨®n de sus condiciones f¨ªsicas en el curso de la adolescencia. Pertenecer a la escuela no les cuesta nada. Simplemente tienen que ir y jugar. La escuela se hace cargo de los gastos de organizaci¨®n, de compra y conservaci¨®n de material, y de los emolumentos que perciben los t¨¦cnicos de la escuela, entre los que se encuentran ex jugadores conocidos, como Campanal y Marigil, con t¨ªtulo de preparadores nacionales.
Buen funcionamiento
Aparte del hecho de que haya facilitado la pr¨¢ctica del f¨²tbol a much¨ªsimos chicos en los a?os de su adolescencia y juventud -aspecto ¨¦ste que sin duda es el m¨¢s importante, aunque a veces se olvide- la escuela de Ensidesa ha supuesto tambi¨¦n una estimable cantera de jugadores de categor¨ªa, que han ocupado puestos en la vanguardia del f¨²tbol nacional. En ella se formaron los hermanos Quini y Castro, Megido, Jos¨¦ Manuel, Barrero, Teca y Sancayetano, entre otros. Tambi¨¦n Churruca pas¨® por el Ensidesa, aunque ya casi completamente formado como jugador.Durante alg¨²n tiempo, la escuela tuvo un convenio con el Sp¨®rting de Gij¨®n; ¨¦ste pon¨ªa una cantidad anual, y ten¨ªa derechos sobre dos de los j¨®venes jugadores formados cada promoci¨®n. Por esta v¨ªa fue como el Sp¨®rting reclut¨® a los Castro, Quini Jos¨¦ Manuel y Megido. Pero Ensidesa prefiere ahora hacerse su propio equipo de categor¨ªa con los frutos de la escuela, y de ah¨ª que se rompiera aquel convenio. Despu¨¦s, el Ensidesa ha llegado a alcanzar la categor¨ªa de la Segunda Divisi¨®n, y aunque ahora se encuentre en Segunda ?B?, el sue?o del club es llegar a contar con un equipo en Primera utilizando los jugadores formados en la escuela.
La crisis econ¨®mica ha hecho que la empresa sider¨²rgica redujera los veinticuatro millones con que apoyaba a la escuela a la mitad. La supervivencia con esos ¨²nicos doce millones es dif¨ªcil. La Federaci¨®n, que don¨® recientemente una importante cantidad de dinero al Sevilla para que finalizase su tribuna, y que gasta dinero a manos llenas en la secci¨®n, no ha atendido hasta el momento nunca a la escuela de Ensidesa. La promoci¨®n del f¨²tbol no preocupa en exceso a la Federaci¨®n por el momento, y de ah¨ª que prefiera colaborar en la construcci¨®n de una tribuna que en la formaci¨®n de futuros futbolistas. Pero hay que pensar que cuesta mucho dinero y mucho trabajo poner en marcha algo como la escuela de Ensidesa, y dejar que muera una vez que est¨¢ en funcionamiento, por falta de ayuda social -ayuda que, por otra parte, no tendr¨ªa que ser demasiado grande- resulta lamentable.
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