La Secretar¨ªa de Estado para Europa, en entredicho

El presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y el embajador de Espa?a ante la CEE, Raimundo Bassols, se re¨²nen este fin de semana para estudiar el tema de las relaciones de Espa?a con las Comunidades Europeas, sumido en una seria crisis que afecta al proceso de integraci¨®n hispano en la CEE, a la adaptaci¨®n del Acuerdo Comercial Preferencial de 1970 y a la dificil situaci¨®n de los sectores pesquero, textil y sider¨²rgico.

Pero los problemas a debatir en esta reuni¨®n triangular no ser¨¢n de exclusivo alcance hispano-comunitario. La reforma administrativa espa?ola, con vistas a la futura integraci¨®n de Espa?a en la CEE, estar¨¢ tambi¨¦n en el centro de estas discusiones sobre las que se ha levantado una cierta expectaci¨®n en los llamados ministerios t¨¦cnicos interesados por el tema: Comercio, Industria, Agricultura y Hacienda. El inter¨¦s de estos departamentos se centra en la idea lanzada hace meses, y sin prosperar por el momento, por Marcelino Oreja, de crear un equipo negociador (tass force) con la CEE, encabezado por un secretario de Estado dependiente del Palacio de Santa Cruz.Esta iniciativa, que el propio ministro Oreja calificaba como operaci¨®n portaaviones (creaci¨®n de un equipo de expertos interministerial con base en Asuntos Exteriores), parece haber sufrido un rev¨¦s o incluso un par¨®n formal, desde el momento que el primer candidato al puesto de secretario de Estado para Asuntos Exteriores -el m¨ªster Europa espa?ol, Ram¨®n Tr¨ªas Fargas rechaz¨® la oferta que inclu¨ªa la entrada en UCD de la Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a.

Ahora, la falta de un candidato claro y los problemas de desequilibrio que el nombramiento de este secretariado puede crear entre las distintas tendencias de UCD, han propiciado la idea de rebajar la Secretar¨ªa de Estado a una especie de bur¨® pol¨ªtico interministerial o algo por el estilo, que causara menos problemas a la hora de escoger su primer protagonista (que en este caso podr¨ªa ser el subdirector general de Europa y gran conocedor del tema, Gabriel Ferrand) y menos celos entre los ministerios t¨¦cnicos frente a la operaci¨®n portaaviones de Marcelino Oreja, que algunos la consideran como el principio de la caza del comercio exterior, en general, por el Palacio de Santa Cruz.

La reforma administrativa, para la negociaci¨®n con la CEE, est¨¢ a¨²n pendiente de sanci¨®n y en todo caso no podr¨¢ cumplir los plazos que el ministro de Asuntos Exteriores prometi¨® a la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso, al situar en el 15 de enero el nacimiento de este equipo negociador que no tiene capit¨¢n y que Marcelino Oreja ha prometido defender hasta sus ¨²ltimas consecuencias.

Sobre los temas hispano-comunitarios que los se?ores Su¨¢rez, Oreja y Bassols deber¨¢n abordar hay que destacar el del calendario de la negociaci¨®n con la CEE, bruscamente alterado por el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Lorenzo Natali, quien anunci¨® el viernes pasado que el dictamen sobre la candidatura espa?ola ser¨¢ redactado en Bruselas en 1979 y no en 1978, como estaba previsto. Este retraso ha ca¨ªdo como jarro de agua fr¨ªa en la Administraci¨®n espa?ola y se suma, en tan s¨®lo unas semanas, a las dificultades por las que atraviesan las relaciones Espa?a-CEE, sometidas a una indiscutible dureza comunitaria para con las posiciones espa?olas.

Baste recordar aqu¨ª algunos de los hechos que conforman la dura pol¨ªtica comunitaria, para demostrar la debilidad de la posici¨®n espa?ola y los pobres resultados de la gira europea del presidente Su¨¢rez y de su poco planificada pol¨ªtica exterior con la Europa de los nueve: el mandato negociador de la CEE para la adaptaci¨®n del Acuerdo de 1970, del mes de diciembre, ha sido considerado como inaceptable por Espa?a; a partir del d¨ªa 1 de enero las exportaciones espa?olas a Gran Breta?a perdieron las ventajas que les proporcionaba el stand still (statu quo comercial), a falta de la citada adaptaci¨®n del Acuerdo de 1970; los sectores pesquero, textil y sider¨²rgico espa?oles sufren, progresivamente, el proteccionismo unilateral y discriminatorio comunitario.