El remate del Presupuesto
Vivir fuera del Presupuesto General del Estado es vivir en el error. Despu¨¦s de diecisiete d¨ªas de vac¨ªo, finalmente el Senado ha abierto el ca?o de su gracia santificante y el manantial del dinero ha vuelto a fluir. El presupuesto ha sido aprobado, de modo que el error, para los que viven de la caja p¨²blica, ya no existe. Ahora, a cobrar.Desde que se inici¨® el debate parlamentario el 22 de diciembre pasado hasta hoy, festividad de San Ant¨®n, en que la saga monetaria ha terminado, el Presupuesto General ha funcionado en las Cortes como un muro de las lamentaciones donde la Oposici¨®n se ha realizado moralmente. Algo es algo. Pero esa masa excitante de dinero, como el rayo de sol que atraviesa el cristal sin empa?arlo, ha salido puro y virgen igual que entr¨®, en plan concepci¨®n teol¨®gica, dejando atr¨¢s un rastro de frustraciones en la izquierda.
La sesi¨®n del Senado, que ha dado remate sin pena ni gloria a la ley presupuestaria, se ha desarrollado como un juego insulso con una pelota muerta en medio del campo: todo estaba previsto, despu¨¦s del prurito de autoafirmaci¨®n, todo estaba horquillado en un clima de compromiso. As¨ª que todo muy bien. Ahora, a barajar. Pero antes hab¨ªa que cubrir el formulario. El senador Villodres de UCD, ha explicado los trabajos de la comisi¨®n. Luego ha seguido, un mortecino relato de votos, particulares y enmiendas con una tonalidad desfallecida por la falta de convicci¨®n, dando con el tirachinas en el pedernal. Todo troceado y compuesto. Como un rompecabezas.
En el recinto iban saltando las partidas, ribeteadas de quejas y suplicas. Los senadores escuchaban las cuitas con benevolente aceptaci¨®n, la ceja arqueada, el ¨¢nimo relajado, la mirada perdida en el techo grecolatino y al terminar la cantilena, volviendo en s¨ª despu¨¦s de un lejano viaje, se dispon¨ªan a votar con una vocaci¨®n y disciplina muy empaquetada.
El debate parlamentario s¨®lo ha servido para ilustrar algunos apuntes morales en materia financiera. As¨ª cuando el senador Subirats, de la Entesa dels Catalans, se ha referido al montante asignado a los entes auton¨®micos, 16.000 millones extra¨ªdos del impuesto extraordinario sobre el patrimonio, que van a potenciar las desigualdades regionales. O cuando Aguilar Navarro ha dado un ligero toque a las pensiones de los ex ministros. O cuando la senadora Amalia Miranzo ha suplicado una rebaja de 500 millones en la subvenci¨®n de la ense?anza privada. Nada, lo que se dice m¨²sica de esferas, sonido de lluvia detr¨¢s de los cristales.
La sesi¨®n se ha reducido a contemplar la trayectoria que describ¨ªa la ley de gravedad. Los senadores se toman el trabajo en serio y no abandonan la sala aunque el temario est¨¦ ya envainado. El caser¨®n vac¨ªo, los pasillos desiertos, los bedeles dormitando, el bar deshabitado y un rumor de enmiendas, votos y recuentos durante tres horas que se adensa en el recinto de los pr¨®ceres. Al final, el Presupuesto General del Estado ha ca¨ªdo a plomada en la vertical del Pleno. El Senado, despu¨¦s de hacerle unas cosquillas, por aquello de cumplir, lo ha aprobado. De eso se trataba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.