El Partido Socialista portugu¨¦s autoriza a Soares a formar Gobierno con la derecha
Mario Soares ha sido autorizado por la comisi¨®n nacional del Partido Socialista (PSP) a firmar el acuerdo con los dem¨®cratas cristianos, sin esperar a concretar un acuerdo sim¨¦trico con los comunistas. As¨ª, el secretario general del PS puede aceptar formalmente el encargo de constituir un Gobierno ?de base socialista con personalidades del CDS (Centro Democr¨¢tico Social)?. A partir de su designaci¨®n como primer ministro dispone de diez d¨ªas para presentar su nuevo Gabinete y su programa de acci¨®n.
Exactamente una semana despu¨¦s de anunciado el acuerdo entre socialistas y dem¨®cratas cristianos, es un hecho consumado que no ha sido logrado sin resistencias y dolorosas vacilaciones en el seno de la direcci¨®n del PS. As¨ª lo prueba la duraci¨®n de la reuni¨®n de su comisi¨®n nacional: una noche entera de acalorados debates han precedido el anuncio, a las seis de la ma?ana, de la decisi¨®n de ratificar el texto com¨²n redactado por los dos partidos. El comunicado de la comisi¨®n subraya, no obstante, la necesidad de continuar los esfuerzos para llegar a entendimientos con los comunistas y los socialdem¨®cratas (en este orden).Ahora van a circular los rumores y especulaciones acerca del futuro elenco. Se dice ya que el CDS dispondr¨¢ de tres ministerios y de cuatro o cinco secretar¨ªas de Estado, atribuidas a ?personalidades? m¨¢s o menos abiertamente ligadas al partido, sin excluir alg¨²n ?independiente? proveniente de grupos situados a la izquierda del PS. Se dice tambi¨¦n que para ?tranquilizar? a sus bases, el PS designar¨¢ para los puestos m¨¢s importantes a presuntos miembros de su ala izquierda.
Entretanto, el panorama pol¨ªtico portugu¨¦s, al cabo de una crisis de m¨¢s de cuarenta d¨ªas, registra profundas alteraciones en las diferentes fuerzas pol¨ªticas y en su correlaci¨®n.
Ascensi¨®n del CDS
Del lado de los ?vencedores? destaca el grave debilitamiento del PS y la ascensi¨®n del CDS. El partido de Mario Soares ha sufrido una gran derrota, resultado no ¨²nicamente del inevitable desgaste del poder, sino tambi¨¦n del fracaso de una pretensi¨®n alimentada por los socialistas portugueses desde el 25 de abril de 1974: la de encarnar, a igual distancia de la derecha conservadora y del socialismo totalitario, un ?eurosocialismo? capaz de proponerse como modelo para otros pa¨ªses en transici¨®n, como Italia, Francia y Espa?a. Este proyecto zozobra bajo los efectos de la crisis financiera y de la mediocridad gubernamental, agravada por s¨ªntomas preocupantes de corrupci¨®n y nepotismo.
El CDS ha logrado en 45 meses una prodigiosa ascensi¨®n, tanto en t¨¦rminos electorales como en ?respetabilidad ?. Apenas tolerado en 1975 como el partido m¨¢s a la derecha del abanico pol¨ªtico portugu¨¦s, su entrada en el Gobierno de la mano de los socialistas y con el discreto, pero eficaz, patrocinio de la Uni¨®n Europea de la Democracia Cristiana, el partido de Freitas do Amaral puede, finalmente, confirmar su pretensi¨®n de ?partido de centro?, coloc¨¢ndose entre el PS y un PSD que se inclina cada vez m¨¢s a retomar su vocaci¨®n inicial de partido ?populista?, o conservador de tendencia liberal. Las pr¨®ximas elecciones (que no parecen poder esperar el cumplimiento del plazo constitucional de 1980) deber¨¢n sancionar transferencias sutiles: el PSD -tendencia Sa Carneiro-, abiertamente elogiado por la extrema derecha, tendr¨¢ que absorber el ala derechista del CDS.
Por primera vez desde 1974, el Partido Comunista se inclina por una oposici¨®n clara y abierta. Liberado, finalmente, de todos los escr¨²pulos y solidaridades vagas que segu¨ªan at¨¢ndolo ? a pesar de todo? al Partido Socialista, al partido de Cunhal, due?o incontestado del aparato sindical, siente bajo sus pies el terreno familiar de la oposici¨®n y se prepara para explotar sus ventajas. Nadie ignora que la primera tarea del futuro Gobierno ser¨¢ negociar con el movimiento sindical un ?pacto social? cuyo precio aumentar¨¢ en proporci¨®n a la influencia de los dem¨®cratas cristianos a nivel del ejecutivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.