Lenin y el "leninismo"
Tras la muerte de Lenin en enero de 1924, la lucha de los miembros del Politbur¨® del Partido Comunista ruso por la conquista de los mecanismos reales de poder tuvo como complemento el denodado esfuerzo de todos por aparecer ante los militantes comunistas como los fieles disc¨ªpulos del l¨ªder fallecido y los veladores de la ortodoxia de su pensamiento. El primer derrotado en esta sorda lucha fue Trotski, pronto apeado de los centros de decisi¨®n del partido y del Estado; pese a sus superiores talentos intelectuales y literarios y a su mayor dominio del marxismo, sus pretensiones de ser el sucesor pol¨ªtico y te¨®rico de Lenin nada pudieron contra el frente unido de los ?viejos bolcheviques? Zinoviev, K¨¢menev, Bujarin, Stalin y contra el recuerdo de las agrias e hirientes pol¨¦micas que enemistaron, desde 1903 hasta 1917, a Lenin y a Trotski.Los intentos de Zinoviev de arrebatar a Stalin la definici¨®n de los principios del leninismo fueron vanos; la r¨¦plica de Stalin prepar¨® en el campo te¨®rico la definitiva derrota en el terreno pr¨¢ctico de sus antiguos aliados contra Trotski, que sobrevendr¨ªa a comienzos de 1926. Desde ese momento, Stalin qued¨® pr¨¢cticamente solo como int¨¦rprete del pensamiento de Lenin y definidor del dogma leninista.
As¨ª pues, el ?leninismo? fue, m¨¢s que un concepto de teor¨ªa pol¨ªtica, un arma de combate. Utilizada primero para decidir la suerte de la sucesi¨®n de Lenin, sirvi¨® m¨¢s tarde como cuerpo can¨®nico de la III Internacional para acusar de desviaciones a los militantes o a los partidos que se resist¨ªan a obedecer las directrices de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El ?leninismo?, en cuanto t¨¢l, no es una concepci¨®n de la historia y de la pol¨ªtica que se desprenda de manera inequ¨ªvoca de los textos de su autor, sino la interpretaci¨®n, sesgada y unilateral que dio Stalin y aceptaron los dirigentes de los partidos comunist¨¢s de obediencia sovi¨¦tica, de una obra que por su gran extensi¨®n y por sus m¨²ltiples y en ocasiones contradictorios enfoques, no se presta a un resumen catequ¨ªstico. El car¨¢cter paramilitar y r¨ªgidamente disciplinado de los partidos, la validez universal de la insurrecci¨®n armada y la dictadura del proletariado, fa indiscutible hegemon¨ªa de la clase obrera y de su ¨²nico partido (el comunista), la necesidad de un centro director de la estrategia mundial revolucionaria, son algunos de los rasgos de ese ?leninismo can¨®nico?.
Seg¨²n el famoso texto de Stalin titulado Fundamentos del leninismo, que hasta el XX Congreso del Partido Comunista de la URSS, de 1956, fue el alimento te¨®rico b¨¢sico de los comunistas de todo el mundo, el leninismo ?es el marxismo de la ¨¦poca del imperialismo y de la revoluci¨®n proletaria?. En el apogeo del stalinismo, la definici¨®n del ?leninismo? como simple aplicaci¨®n a las nuevas condiciones del siglo XX de la matriz marxista (presente en la f¨®rmula ?marxismo-leninismo?) fue progresivamente dejando paso a la premisa impl¨ªcita de que las teor¨ªas de Lenin, tal y como hab¨ªan sido expuestas por Stalin, eran la ¨²nica lectura pertinente para los comunistas. Los textos de Stalin y algunas obras de Lenin que hab¨ªan sido glosadas por su sucesor (?Qu¨¦ hacer?. Dos t¨¢cticas de la socialdemocracia, Un paso adelante, dos atr¨¢s, El Estado y la revoluci¨®n, El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo) se convirtieron en la dieta te¨®rica casi exclusiva de los militantes de todo el planeta, que se esforzaban por sobreponer a realidades muy distintas de la Rusia de comienzos del siglo XX los pron¨®sticos de Lenin acerca de la ca¨ªda del zarismo, y sus an¨¢lisis de los problemas de un gigantesco imperio gobernado demanera autocr¨¢tica y con un 80 % de poblaci¨®n campesina. De esta forma, pr¨¢cticamente desaparecer¨ªan las posibilidades de los comunistas de operar sobre la realidad de las sociedades industriales avanzadas; e incluso en los pa¨ªses atrasados, Mao Tse-tung necesit¨®, para conquistar el poder, dar la vuelta a la p¨¢gina de los manuales de leninismo, que condenaban cualquier intento de hacer la revoluci¨®n con el apoyo b¨¢sico del campesinado.
La santificaci¨®n de Lenin, los objetivos pol¨ªticos perseguidos por Stalin al proclamarse su sucesor, el primitivismo y tosquedad te¨®rica del celador de la ortodoxia leninista, la inadecuaci¨®n de unos an¨¢lisis concebidos para un pa¨ªs y una ¨¦poca con car¨¢cter particular, para servir de recetas v¨¢lidas de car¨¢cter general: tales son los principales ingredientes de ese ?leninismo? al que los partidos comunistas occidentales comienzan formalmente a renunciar. Esa decisi¨®n deja en pie, sin embargo, la valoraci¨®n, fuera de la idolatr¨ªa y del cors¨¦ staliniano, de los escritos pol¨ªticos de Lenin, situados dentro de una corriente del marxismo en perpetuo di¨¢logo con las tradiciones jacobinas de la Revoluci¨®n Francesa, de la revoluci¨®n de 1848 y de la Comuna de Par¨ªs, y penetrada por el voluntarismo revolucionario de los populistas rusos.
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