Sovi¨¦ticos y norteamericanos trataron de evitar un p¨¢nico a escala mundial
Durante m¨¢s de un mes, sovi¨¦ticos y norteamericanos trabajaron conjuntamente y en el m¨¢ximo secreto para minimizar los efectos de la ca¨ªda sobre la Tierra del sat¨¦lite-esp¨ªa ruso Cosmos 954, y para evitar que cundiera el p¨¢nico en las poblaciones civiles. Los Gobiernos de Canad¨¢, Australia, Nueva Zelanda y de todos los pa¨ªses miembros de la OTAN fueron informados hace d¨ªas por Washington del inevitable accidente.
El Cosmos 954, que pesaba cinco toneladas y llevaba en su interior un peque?o reactor at¨®mico y cincuenta kilos de uranio enriquecido, fue lanzado al espacio el pasado 18 de septiembre por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y ten¨ªa como misi¨®n vigilar los movimientos de los barcos norteamericanos en el Atl¨¢ntico. Un complejo sistema de radar, alimentado por el generador nuclear, permit¨ªa al ingenio sovi¨¦tico localizar barcos de todo tipo, incluidos submarinos, y enviar la informaci¨®n a las estaciones de seguimiento rusas.La defensa a¨¦rea norteamericana, desde su centro de Colorado Springs, advirti¨® el pasado 19 de diciembre que el Cosmos 954 hab¨ªa sufrido un fallo en, sus motores y que en vez de subir hacia ¨®rbitas superiores comenzaba a acercarse peligrosamente a la atm¨®sfera terrestre. Los servicios de espionaje norteamericanos alertaron a la Casa Blanca, y fue el consejero presidencial, Zbigniew Brzezinski, quien se encarg¨® de seguir el caso y mantuvo varias comunicaciones con los sovi¨¦ticos.
No hay signos de contaminaci¨®n
Cuando se comprob¨® que la ca¨ªda del sat¨¦lite ruso sobre la Tierra era cuesti¨®n de d¨ªas, los norteamericanos requirieron datos sobre el contenido del Cosmos 954 a los sovi¨¦ticos y ¨¦stos respondieron que llevaba a bordo un peque?o generador nuclear, pero que no hab¨ªa riesgos de explosi¨®n. D¨ªas despu¨¦s se supo que el sat¨¦lite podr¨ªa caer sobre el Pac¨ªfico sur o sobre Canad¨¢, y se prepararon aviones especiales para detectar rastros de contaminaci¨®n radiactiva en la zona donde cayera el aparato.
Efectivamente, el Cosmos 954 entr¨® en la atm¨®sfera sobre Canad¨¢, en la zona que va desde la isla de la Reina Carlota, en la costa noroeste, hasta el lago Great Slave. Testigos presenciales vieron una bola de fuego cruzar el cielo, que estall¨® despu¨¦s en fragmentos incandescentes. El ¨¢rea est¨¢ muy escasamente poblada y hasta el momento los servicios de detecci¨®n canadienses y norteamericanos no han encontrado signos de contaminaci¨®n radiactiva. Algunos expertos creen que el uranio, el cesio, el estroncio y otros elementos radiactivos portados por el sat¨¦lite quedar¨¢n flotando en la atm¨®sfera y ser¨¢n arrastrados a la corteza terrestre por la lluvia o la nieve en los pr¨®ximos d¨ªas.
El hecho de que fueran los norteamericanos y no los sovi¨¦ticos quienes advirtieran a Canad¨¢ del problema, provoc¨® protestas en el Parlamento de Ottawa, y el l¨ªder de la oposici¨®n, Joseph Clark, critic¨® con dureza al primer ministro, Pierre Trudeau. Las autoridades canadienses aseguraron que no hab¨ªa riesgo para la poblaci¨®n cercana al ¨¢rea de ca¨ªda del sat¨¦lite.
Un alto funcionario norteamericano explic¨® ayer que el secreto en que se hab¨ªan llevado los contactos con los rusos se deb¨ªa a que Washington quer¨ªa evitar, al igual que Mosc¨² y que los pa¨ªses de la OTAN, que fueron informados por la Casa Blanca, una situaci¨®n de p¨¢nico que compar¨® a la creada en 1938 por el programa radiof¨®nico de Orson Welles La guerra de los mundos, cuando millares de norteamericanos que o¨ªan la radio creyeron que de verdad los marcianos hablan aterrizado en Estados Unidos. El Gobierno de la RFA apoy¨® la decisi¨®n de guardar el secreto para evitar una posible histeria colectiva de mucha gente que podr¨ªa pensar que una bomba at¨®mica sin control volaba sobre sus cabezas.
Otros accidentes similares
Un n¨²mero indeterminado de sat¨¦lites similares al Cosmos 954 giran en la actualidad alrededor de la Tierra. En dos ocasiones anteriores ingenios espaciales norteamericanos, cargados con combustible nuclear, se desintegraron en la atm¨®sfera, aunque entonces se mantuvo en secreto el accidente. En 1964, un sat¨¦lite norteamericano, con uranio 238, cay¨® cerca de la costa de Madagascar, y en 1970, cuando la fallida misi¨®n del Apolo XIII volvi¨® a la Tierra, los astronautas se deshicieron del m¨®dulo lunar donde iba un generador at¨®mico alimentado por plutonio. El aparato cay¨® en la costa de California y fue recuperado por hombres-rana, sin que se detectaran fugas radiactivas.
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