"Cosmos", del espionaje a la central nuclear
El Cosmos 954, lanzado al espacio por los sovi¨¦ticos el 18 de septiembre de 1977, conten¨ªa cincuenta kilos de uranio 235, materia nuclear suficiente como para desencadenar grav¨ªsimas consecuencias s¨ª se hubiera desintegrado en una zona de una gran densidad de poblaci¨®n. Los datos t¨¦cnicos de este artefacto se inscriben en las siguientes coordenadas: apogeo: 277 kil¨®metros; perigeo: 269 kil¨®metros; inclinaci¨®n sobre el plano del Ecuador: 65 grados; per¨ªodo inicial de revoluci¨®n: 89,6 minutos.La agencia Tass difundi¨® una informaci¨®n adicional coincidiendo con el lanzamiento del sat¨¦lite, asegurando que ¨¦ste llevaba en su interior equipos cient¨ªficos para la exploraci¨®n del espacio y que su funcionamiento era normal. El sat¨¦lite fue puesto en una ¨®rbita Este-Oeste, que cambiaba en cada revoluci¨®n.
Durante los quince ¨²ltimos a?os la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha lanzado cerca de mil sat¨¦lites de esta serie Cosmos. Este nombre es en realidad una etiqueta de discreci¨®n usada frecuentemente por los sovi¨¦ticos para encubrir programas militares. Durante los a?os sesenta se llam¨® tambi¨¦n Cosmos a los prototipos de los que ser¨ªan futuras c¨¢psulas ocupadas por los astronautas.
Parece claro que el sat¨¦lite 954 E, ca¨ªdo en Canad¨¢, lanzado a una ¨®rbita de unos 250 kil¨®metros de altitud, no es un elemento de la ?guerra espacial? en la que habr¨ªa que contar con los sat¨¦lites con uranio destructivo a bordo para ser usados como instrumentos de ataque en una guerra nuclear. Para eliminar los sat¨¦lites enemigos, las dos grandes potencias -Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica- poseen rayos laser mucho m¨¢s eficaces desde tierra.
Descartada esta tesis de guerra nuclear se perfila la otra, seg¨²n la cual se considerar¨ªan estos Cosmos, que en principio. fueron sat¨¦lites esp¨ªas, como centrales nucleares espaciales para alimentar determinadas acciones espaciales sovi¨¦ticas.
Estas centrales nucleares en miniatura, proyectadas para nutrir de energ¨ªa las futuras grandes estaciones orbitales no representan en teor¨ªa un grave peligro, t¨¦cnicamente hablando, de que se produzca una explosi¨®n nuclear. En el peor de los casos, como ha sucedido ahora, todo lo m¨¢s que puede llegar es a producir una cierta poluci¨®n de la atm¨®sfera.
Este incidente, el primero de su g¨¦nero, ha alertado a las autoridades y t¨¦cnicos de la CIA y de la NASA a fin de preparar las medidas necesarias en caso de alerta nuclear. No hay que perder de vista que la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha lanzado -por lo menos eso dicen los americanos- diez sat¨¦lites de las mismas caracter¨ªsticas, fletados para abastecer a futuras centrales espaciales.
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