Conformismo del Madrid ante el Sevilla

No jug¨® bien el Madrid en Sevilla. Fue a lo pr¨¢ctico, a puntuar sin m¨¢s y apenas inquiet¨® la meta de Gustavo Fern¨¢ndez. El equipo se movi¨® bajo un estricto esquema t¨¢ctico en el que prevaleci¨® el cerrar todos los huecos posibles ante el rival de turno. El Sevilla, por contra, jug¨® muy abierto y no estuvo lucido en su juego atacante por los estrechos marcajes a los que estuvieron sometidos sus puntas.En la presente competici¨®n liguera ning¨²n equipo ha logrado ganar en el S¨¢nchez Pizju¨¢n. El Madrid tuvo oportunidad de ello porque se adelant¨® en el marcador y sujet¨® bien al equipo andaluz, pero despu¨¦s apenas prodig¨® el contraataque con Santillana muy desasistido y Juanito, que tras jugar al principio fenomenalmente, acus¨®, al menos exteriormente, cansancio. En las filas madridistas hubo conformismo en la primera parte porque iban ganando, y en la segunda, porque no iban perdiendo.

El Sevilla comenz¨® el partido fuerte y con ataques rabiosos. Las entradas feas pronto salieron a relucir y Gustavo Fern¨¢ndez protagoniz¨® una salida por alto ante Santillana con la pierna por delante corno para asustar al m¨¢s valiente. El Madrid, muy tranquilo en la zona -ancha y con el marcador a favor, no apretaba. Confi¨® en lagenialidad y rapidez de Juanito, pero ¨¦ste s¨®lo estuvo vivo en el primer cuarto de hora, per¨ªodo en el que marc¨® un gol y desperdici¨® dos: uno, a los tres minutos, tras robar un bal¨®n a la defensa y noceder, o hacerlo mal, a Santillana o Jensen, que esperaban bajo los palos un f¨¢cil remate, y otro en una carrera en la que, tras dejar atr¨¢s a la defensa, perdi¨® velocidad en los ¨²ltimos metros, lo que permiti¨® a Valencia despejar una situaci¨®n ya desesperada para su equipo. Tras estos comienzos prometedores merced a las individualidades de Juanito, el Madrid no dispar¨® a puerta. Santillana s¨®lo lo intent¨® en una ocasi¨®n, pero su disparo fue obstaculizado por la defensa contraria. El Sevilla persisti¨® en sus ataques, bien llevados por Rubio, pero apenas encontr¨® huecos para la penetraci¨®n. Estos fueron cerrados siempre por los centrocampistas madrile?os, muy atareados en arropar a una defensa a¨²n inexperta, pues los tres marcadores, San Jos¨¦, Sabido e Isidro, son j¨®venes incorporados del Castilla, pero que cumplieron muy bien su cometido. El gol de Scotta, al final del primer tiempo, no modific¨® el planteamiento del partido en el segundo. El Sevilla continu¨® atacando con fuerza y el Madrid, tejiendo su juego en el centro del campo para perderse luego a la hora de pasar al campo contrario. Todas las ocasiones de gol estuvieron protagonizadas entonces por el conjunto local. La primera fue en un desv¨ªo de Pirri a c¨®rner, que el bal¨®n pas¨® a cent¨ªmetros del poste, y la segunda, y m¨¢s clara de todo el encuentro, a un minuto del final, con jugada y centro pasado de Scotta desde su banda, que M¨®digo, desde el segundo palo, remat¨® de cabeza fuera, al hacerlo sin excesiva fe.

Al final, reparto de puntos que dej¨® satisfechos a los madridistas, porque no jugaron para ganar, y ¨¢lgo menos a los sevillistas, porque, pese a atacar mucho, no lo hicieron con acierto; no supieron traspasar la defensiva rival y eso supuso un punto negativo ante el l¨ªder de la Liga espa?ola, que, desde luego, y dejando circunstancias aparte, no jug¨® como tal.

Menos mal para el equipo de Molowny que la gripe no suele repetir tan r¨¢pidamente y que el pr¨®ximo rival ser¨¢ el escu¨¢lido Espa?ol.