Esto se va clarificando
Secretario general de USOEn el momento de elaborar esta Tribuna para EL PAIS (27-1-78), y transcurridas dos semanas de ajetreo electoral, tengo delante los ¨²ltimos datos que me facilita nuestro Comit¨¦ Electoral Confederal, datos confrontados diariamente con CCOO (UGT se neg¨® a hacerlo). Las cifras cantan: CCOO, 3.742 delegados, 42,6 %; UGT, 1.959 delegados, 22,3 %; USO, 953 delegados, 10,9 %; CSUT, 221 delegados, 2,5 %; y SU, 176 delegados, 2 %.
Estamos contentos y optimistas, no hay por qu¨¦ ocultarlo. A falta de que las elecciones se desaten a fondo en zonas tan propicias para nosotros como Murcia, C¨¢diz, Navarra Pa¨ªs Valenciano, Galicia, Canarias, etc¨¦tera, o en sectores como banca, Renfe, Telef¨®nica, o est¨¢n pendientes de homologaci¨®n en las grandes factor¨ªas de construcci¨®n naval, la Ford y otros..., la USO aparece claramente y se perfila para el inmediato futuro como la tercera gran central sindical del pa¨ªs. Estamos construyendo nuestro espacio sindical de masas, ahora ya con el refrendo que da el voto obrero en centenares de empresas.
A la luz de estos datos -para nosotros los ¨²nicos v¨¢lidos en medio del barullo y la manipulaci¨®n de cifras en que se est¨¢ desarrollando el proceso electoral- podemos adelantar algunas constataciones ciertas, a expensas de que se ajusten y clarifiquen mucho m¨¢s en lo sucesivo a caballo del proceso electoral en curso:
1? Pese al esmero y los medios que se pusieron para borrarnos del mapa, no han logrado restarnos m¨ªnimamente ni fuerza ni voluntad de construir y ocupar nuestro espacio sindical. Los resultados electorales que est¨¢ obteniendo la USO, son los mismos proporcionalmente que hubi¨¦ramos obtenido hace seis u ocho meses, antes de producirse el abandono del 1 % denuestros efectivos hacia la UGT. Quiz¨¢ eso explique el que la UGT se descuelgue ahora, en plena campa?a electoral, con un panfleto apropi¨¢ndose de. nuestras siglas y anagrama, panfleto que est¨¢ ocasionando innecesarios enfrentamientos en muchas empresas, y del que nuestro servicios jur¨ªdicos dar¨¢n cuenta con una demanda contra quien corresponda.
2.? No se est¨¢ produciendo, ni de lejos, el ansiado mimetismo para algunos entre el 15 de junio y las elecciones sindicales. A pesar de los r¨ªos de dinero extranjero que -est¨¢n corriendo para que ese mimetismo se produzca, y a pesar de que una cualificada figura pol¨ªtica del 15 de junio, digna de mi mayor respeto, pone todo su empe?o en echar m¨¢s que una mano electoral a determinada central, buscando el mencionado mimetismo. Pero la realidad es m¨¢s elocuente y est¨¢ confirmando un principio que siempre sostuvimos: los espacios pol¨ªticos y sindicales tienen su propia naturaleza diferenciada, se rigen por leyes y coordenadas propias. Eso explica que CCOO est¨¦ sacando m¨¢s del 10 % que sac¨® el PCE el 15 de junio, y que nosotros estemos sacando muchos delegados a pesar de no tener ning¨²n partido, ni secretario general que nos preste un poco de 15 de junio. Por supuesto que existir¨¢n siempre nexos y v¨ªnculos entre algunos partidos y algunos sindicatos, pero eso no puede aplicarse con la estrechez de considerar al sindicalismo como un simple reflejo y prolongaci¨®n del partido, llegando al extremo de encasillar al sindicato en la etiqueta pol¨ªtica o ideol¨®gica correspondiente. Ese encasillamiento puede ser pan electoralista de hoy, pero hambre sindical de ma?ana, de un ma?ana que para el sindicalismo quiere decir permanentemente sentido de clase, afirmaci¨®n de su autonom¨ªa y del protagonismo de los trabajadores en la b¨²squeda irrenunciable de la unidad, aportaci¨®n propia e irreemplazable como expresi¨®n de los trabajadores, de sus problemas y aspiraciones, al esfuerzo com¨²n de amplios sectores sociales para avanzar hacia formas de convivencia y estructuras basadas en la socializaci¨®n de los medios b¨¢sicos de producci¨®n -y cambio, el imperio de las libertades p¨²blicas y los derechos humanos y la organizaci¨®n autogestionaria, de la producci¨®n, la cultura, la creaci¨®n intelectual, el consumo, el ocio, etc¨¦tera.
Nos alegra que no est¨¦ funcionando esa relaci¨®n dependiente y mim¨¦tica partido-sindicato, porque es el mejor s¨ªntoma de una necesaria clarificaci¨®n futura, en el sentido de ir poniendo cada cosa en su sitio- los partidos, con sus armas leg¨ªtimas, buscando la estancia o la alternancia en el poder; los sindicatos afirm¨¢ndose como aut¨¦nticos contrapoderes o poderes obreros, con las armas¨¢e su pr¨¢ctica cotidiana en defensa y promoci¨®n de los trabajadores, la democracia sindical, la construcci¨®n en la base y en las estructuras de la unidad, la autonom¨ªa estrat¨¦gica y t¨¢ctica a la hora de emplazar su propia orientaci¨®n y decisiones.
3.? Todo hace prever que no va a producirse la polarizaci¨®n irreconciliable del sindicalismo, como sue?an algunos sectores de izquierda y de derecha. Es responsabilidad nuestra que no se produzca en tanto que tercecera fuerza sindical. Responsabilidad y esfuerzo que debemos desarrollar frente al intento de convertir al sindicalismo en un co.mod¨ªn o pisapapeles de algunos secretarios generales del partido, y frente al amarillismo y la beneficencia sindical (asesoramiento gratis, turismo social, etc¨¦tera) que la derecha, con la catapulta del patrimonio sindical en su poder, est¨¢ impulsando.
4.? Por ¨²ltimo, estas elecciones sindicales est¨¢n abriendo la v¨ªa al futuro de una alternativa -sindical de clase, aut¨®noma y unitaria, y con una orientaci¨®n amplia de transformaci¨®n social. Esa alternativa es la USO, y nuestros resultados electorales nos van colocando en situaci¨®n de pivotar y ser el eje del enorme potencial sindical que existe en nuestro pa¨ªs, requiriendo una alternativa sindicalista clara, tanto a la realidad del sindicato-correa de transmisi¨®n, como a la amenaza del amarillismo. No importa que estemos los terceros en el despegue que van a marcar estas elecciones. Lo milagroso, teniendo en cuenta que la autonom¨ªa es para nosotros tambi¨¦n una cuesti¨®n financiera, es que estuvi¨¦ramos igualados o por delante a UGT y CCOO. Pero el proceso es largo y acaba de empezar. Quedan cinco o seis millones de trabajadores por sindicar y un buen n¨²mero de cuestiones por resolver para el sindicalismo, como por ejemplo, ir definiendo qu¨¦ modelo sindical, y en funci¨®n de qu¨¦ proyecto social, queremos para nuestro pa¨ªs, qu¨¦ relaciones sindicato-partido en un horizonte pr¨®ximo en el que parte de la izquierda, se ver¨¢ emplazada a gobernar, qu¨¦ estrategia internacional del sindicalismo espa?ol, y as¨ª un largo etc¨¦tera.
No hemos echo m¨¢s que empezar, insisto y a pesar de las prisas de algunos por acabar cuanto antes de configurar el futuro sindical -atropellando y atropell¨¢ndose con una dial¨¦ctica de exclusivismos y exclusiones-, ¨¦ste ser¨¢ un proceso al que no podamos sustraernos, aunque, eso s¨ª, podamos afrontarlo juntos en el marco de una realidad sindical y un rapport de fuerzas en presencia que las elecciones sindicales establecer¨¢n.
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