Estrenos de Joan Guinjoan y Jos¨¦ Mar¨ªa Morales
Joan Guinjoan (1931), en la Orquesta Nacional, y Jos¨¦ Mar¨ªa Morales (1938), en la Sinf¨®nica de RTVE, protagonizaron el inter¨¦s de la semana sinf¨®nica madrile?a. La obra del barcelon¨¦s reafirma una personalidad y contin¨²a una carrera de curso normal; la del madrile?o, escrita hace catorce a?os, revela dos cosas: unas aptitudes nada comunes, una preparaci¨®n temprana y un curso quebrado de carrera. ?Por qu¨¦?Morales obtiene a los veinticuatro a?os un ¨¦xito considerable con sus Gacelas sobre Lorca; al a?o siguiente da a conocer su Cuarteto homenaje a Debussy. En 1964 ingresa en Televisi¨®n Espa?ola. Es un medio de vida situado en la ¨®rbita de lo musical. Y a partir de esta fecha no estrena las obras que compone, independientemente de que le falte tiempo y ¨¢nimos para escribir m¨¢s. La Suite (1970) est¨¢ por estrenar. El Concierto (1963) se ha escuchado ahora por vez primera, con Jos¨¦ Tordesillas al piano. Es decir, con la garant¨ªa de una excelente presentaci¨®n, si a?adimos al valor del solista la cuidada labor de la orquesta y su director, Enrique Garc¨ªa Asensio.
Vaya por delante una informac?¨®n: el triunfo del Concierto ha sido clamoroso, uno de los m¨¢s grandes que recordamos en casos de estreno. No deja de ser interesante que nuestro p¨²blico, a distancia de un par de semanas, haya aplaudido con especial entusiasmo la Sinfon¨ªa de Bernaola y el Concierto de Morales, situados est¨¦ticamente en campos diversos. No digo antag¨®nicos porque, por uno u otro camino, el auditorio del Real ha detectado la presencia de dos m¨²sicos capaces de hacer m¨²sica bella y comunicativa.
Lo que quiere decir que contamos con posibilidades inmensas: las propias de unos miles de mel¨®manos asiduos sin sectarismos ni actitudes aprior¨ªsticas. El problema que me interesa, en este momento, es otro: si un muchacho de veinticinco a?os era capaz de escribir una partitura tan rica de invenciones, no afiliada a la vanguardia pero llena de hallazgos que la alejan de actitudes rutinarias, ?no es preciso que por necesidades vitales haya tenido que alejarse de la tarea para la que est¨¢ bien dotado? No cabe duda que el estreno de una obra juvenil a catorce a?os vista puede ser desorientador, pues aun queriendo Morales, como confiesa, permanecer en l¨ªnea de una sinceridad que no se afilia a las corrientes y experiencias de las vanguardias, estoy seguro que su pensamiento ser¨¢ hoy distinto. En m¨²sica necesitamos cumplir la idea-consigna de Falla: siga cada cual su gusto y sus tendencias. En pintura, ya sucede as¨ª. Basta frecuentar las galer¨ªas para darse cuenta de la variedad del panorama. Convendr¨ªa potenciar an¨¢loga flexibilidad en materia musical. Esperamos el pronto estreno de la Suite de Morales y la continuidad de su carrera. Ya es acicate de importancia el ¨¦xito conseguido, tan claro y un¨¢nime.
Guinjoan estrenaba una obra de encargo de la Orquesta Nacional: Tzakol, ejercicio sonoro de gran rigor y objetividad inspirado en el celeb¨¦rrimo Popol-vuh, el libro religioso de los mayas (sobre el que Ginastera ha escrito tambi¨¦n).
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