Un a?o de relaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica
HOY SE cumple, exactamente, el primer aniversario del restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Si se repasa detenidamente el panorama de las relaciones internacionales durante los dos ¨²ltimos a?os, los actos m¨¢s significativos que han dado fe de la normalizaci¨®n democr¨¢tica espa?ola han sido, sin duda, la solicitud oliciaide ingreso en la CEE las relaciones con M¨¦xico y este restablecimiento de las relaciones hispano-sovi¨¦ticas.Espa?a careci¨® de una pol¨ªtica exterior aut¨¦ntica e independiente durante los cuarenta a?os de r¨¦gimen autoritario, obligada a una dependencia unidimensional de Estados Unidos.
La democratizaci¨®n espa?ola, por tanto obliga a una reconsideraci¨®n de nuestra pol¨ªtica exterior. En este sentido, los viajes al exterior del rey Juan Carlos han sido al mismo tiempo, s¨ªmbolo y toma de temperatura de las posibilidades que ahora se abren a nuestra diplomacia.
Por el momento el camino hacia Europa se presenta complejo, aunque no imposible. Se nos ha dado el s¨ª pol¨ªtico, que de nada vale sin el econ¨®mico. La apertura hacia Latinoam¨¦rica tiene viabilidad a largo alcance tan s¨®lo, dadas las especiales caracter¨ªsticas de la zona. La eventual entrada en la OTAN, aparte de ser un terria espinoso, que habr¨¢ que calibrar con todo cuidado, y que no se puede resolver mediante una simple decisi¨®n gubernamental pues el Parlamento y el pueblo deber¨¢n dar su opini¨®n ante tema tan grave. aparece como diferida. La hip¨®tesis de que Madrid sea la sede de la pr¨®xima reuni¨®n de la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperaci¨®n que cuenta con grandes posibilidades de convertirse en realidad, ser¨ªa la consagraci¨®n de la Importancia diplom¨¢tica espa?ola, pero retrasar¨ªa toda decisi¨®n con respecto a la OTAN. Los pa¨ªses del Este ver¨ªan con buenos Ojos que la citada reuni¨®n tuviera lugar en Madrid.
Las relaciones con la URSS y los pa¨ªses del Este son un camino que se muestra mucho m¨¢s expedito, aunque sea menos sustancial. Desde que, en 1973, Espa?a y la URSS acordaran la apertura de delegaciones comerciales, las relaciones de estos intercambios se han quintuplicado. Pero todav¨ªa en 1976 Espa?a s¨®lo import¨® de la URSS por valor de 10.800 millones de pesetas, mientras exportaba por 6.700 millones. Nuestras importaciones han sido b¨¢sicamente petr¨®leo, y las exportaciones, de productos sider¨²rgicos. Estas cifras apenas representan del orden de un 1% en el comercio exterior de ambos pa¨ªses, quince veces por debajo del de Francia o Italia con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Hay que Intensificar los intercambios y la cooperaci¨®n de tipo cultural entre dos pa¨ªses tan cargados de historia y patrimonio art¨ªstico. En la URSS se estudia el castellano, desde luego, pero en nuestras facultades de Letras no existe todav¨ªa ni una sola c¨¢tedra de lenguas eslavas. Es de esperar que el anunciado tratado de cooperaci¨®n cultural vendr¨¢ a colmar estas lagunas.
En el ¨¢mbito de la cooperaci¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica existen tambi¨¦n importantes perspectivas. Este a?o empieza a funcionar el acuerdo para el enriquecimiento de uranio espa?ol en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que se extiende hasta el a?o 2000, con un coste que rebasar¨¢ ampliamente los mil millones de d¨®lares. Por ¨²ltimo, tampoco puede olvidarse en este panorama las facultades concedidas a la ilota pesquera sovi¨¦tica en las Canarias. Con la llegada de 2.000 embarcaciones anuales, las Canarias son la mayor base pesquera de la URSS en el mundo fuera de sus fronteras. Al parecer, esta concesi¨®n lleva impl¨ªcito el alejamiento de los barcos sovi¨¦ticos de Gibraltar. Pero se da la paradoja de que estos buques, que repostan y hacen escala en Canarias, son reparados en otros pa¨ªses, siendo as¨ª que podr¨ªan hacerlo en otros puertos espa?oles con mayor facilidad.
Tambi¨¦n es preciso referirse en este terreno al desarrollo de ra informaci¨®n entre ambos pa¨ªses. Se ha aumentado el n¨²mero de periodistas espa?oles en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y de sovi¨¦ticos en Espa?a, lo que s¨®lo puede resultar beneficioso para que los dos pueblos se conozcan mejor. Sin embargo, todav¨ªa existen estructuras totalitarias que impiden el normal ejercicio de las tareas informativas.
En esta fecha es imposible dejar de hablar de un tema, que aparece cada a?o que pasa como m¨¢s simb¨®lico que otra cosa, y que tambi¨¦n qued¨® reflejado en la nota oficial que ariunci¨®, el 9 de febrero de 1977, el restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas entre la URSS y Espa?a: nos referimos al ?oro espa?ol? de Mosc¨², tan mitificado por ser f¨¢cil presa de cualquier sensacionalismo barato. La nota de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica de hace un a?o dejaba claro que esta normalizaci¨®n de relaciones no afectaba a las reclamaciones que cada una de las dos partes pudiera presentar a la otra. Pero la mayor¨ªa de los m¨¢s recientes estudios hist¨®ricos coinciden en se?alar que aquel ?oro espa?ol? fue gastado en su casi totalidad, y tal vez m¨¢s, por el Gobierno republicano, y parece poco racional que tan confuso, y cuantitativamente escaso, tema constituya un obst¨¢culo para el pleno desarrollo de las relaciones entr¨¦ Madrid y Mosc¨². Tal vez fuera conveniente para ambas partes salir del actual silenci¨® diplom¨¢tico sobre el tema, poni¨¦ndolo en claro de una vez, con lo que se eliminar¨ªa una eventual fuente de recelos y suspicacias, enterrando definitivamente la cuesti¨®n en el cementerio de la historia.
Todo estrechamiento de lazos entre Espa?a y la URSS, como cabe esperar del anunciado Ylaje a Mosc¨² de? mi nistro Oreja, debe condicionarse, por supuesto a la m¨¢s estricta observancia de la no interferencia en los asuntos internos de la otra parte. Cabe esperar, por tanto, si se respetan las condiciones citadas, que el segundo a?o de las restablecidas relaciones hispano-sovi¨¦ticas sea enca minado a la potenciaci¨®n de las mismas a todos los niveles, como un factor necesario para la normalizaci¨®n de nuestra pol¨ªtica exterior y para su equilibrada potenciaci¨®n en el mundo.
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