Despido libre
En sus ¨²ltimos y conflictivos tiempos, el semanario La Codorniz hab¨ªa iniciado una secci¨®n sobre el camaleonismo pol¨ªtico o historia indumentaria del personal dado a cambiar de chaqueta a la primera flebitis de Franco. Pero ha habido tambi¨¦n un auge del travest¨ª tardofranquista al rev¨¦s, que es el que consiste en haber sido rojo cuando Franco ya no se ten¨ªa de pie, pasando luego al partido seuista en el Poder como ministro o como daguerrotipo, seg¨²n los casos. Jim¨¦nez de Parga, un suponer.Me dice Ricardo Cid en una becerrada:
-Que al ministro de los pobres le llaman Corto Caballero.
Y me parece que se pasan. Ni siquiera eso. Ni siquiera es un demagogo en corto, sino un ministro picaflor que apoya el perfil miniado en dos dedos y se inventa met¨¢foras y sinestesias como eso de la flexibilizaci¨®n de plantillas, que es un proyecto que tiene pensado poner a los obreros en la calle con la tartera y el As-Color, sin mayores miramientos.
-Pues este se?or tuvo una vigorosa pluma antifranquista -me dice una marquesa retrospectiva.
-Hasta Pem¨¢n tuvo una vigorosa pluma antifranquista, marquesa.
Marcelino Camacho, el hombre, con los hombros de la chaqueta de pana gastados por la luna, como los de Walt Whitman, me habla del aceite y la hulla, de los mineros de Le¨®n y los parados de la Perkins. Pienso que Marcelino Camacho es un poco como el ministro pobre de los pobres. El otro, don Manuel, es todav¨ªa el funcionario verticalista de los productores. Yo les veo a los dos un poco como la bella y la bestia en versi¨®n de Jean Cocteau, porque a m¨ª los mitos cl¨¢sicos, si no los paso por el surrealismo, me aburren total. Jim¨¦nez de Parga es la bella durmiente (al menos, meditante) del bosque parlamentario, y Marcelino es la dulce bestia obrera que trae un aura de f¨¢brica, un olor de herramientas y de manos, que va dejando por el aire impreso su pasado metal¨²rgico y carcelario. No hay despido libre, que eso ser¨ªa feudalismo, sino flexibilizaci¨®n de plantillas, que el haber hecho una carrera sirve para decir las cosas m¨¢s fino y preguntar por el excusado discretamente.
Me cuentan las feministas de Vallecas que ya tienen en marcha el invento para ayudar un poco a las madres obreras, llegando all¨ª donde no lleg¨® con la p¨ªldora Lula de Lara, en cuarenta a?os, sino s¨®lo un poco con el folklore y el zortzico, cuando el zortzico no ten¨ªa connotaciones poli-milis. Bueno, pues ahora, con la flexibilizaci¨®n de plantillas, queridas feministas, va a venir tambi¨¦n la flexibilizaci¨®n sexual de los obreros parados y no s¨¦ si vais a tener neogynona para todo el personal.
Los parados de Madrid se pasan el d¨ªa haciendo quinielas donde dan al Rayo ganador, y menos mal que el Rayo va ganando y lleva una buena Liga, o sea que siempre les toca. La flexibilizaci¨®n de plantillas no es un invento de Jim¨¦nez de Parga, aunque ¨¦l se haya sacado la ondulante frase, que a lo mejor tampoco. La flexibilizaci¨®n de plantillas ha existido siempre en la Espa?a amanecida, desde el cabaret al colegio de ni?os, porque la vicetiple rosada y la maestra gris marengo viven y han vivido a merced de las monjitas diligentes o el empresario de puro. Lo que va a hacer esa nueva normativa, pues, es extender la libertad de despido o patada estructural a las extensiones de los pobres, que dice Oroza.
-Nada, Paca, que me han echado.
-?Y qu¨¦ razones alegan?
-Que cierre la puerta al salir. S¨®lo me han dicho que cierre la puerta al salir.
Franco era la seguridad en la mediocridad, para el currante, y Su¨¢rez o Jim¨¦nez de Parga, o quien sea, es la inseguridad en la libertad. Y los empresarios, los domingos por la ma?ana, se ponen el traje de novios y van al mitin dior¨ªssimo a decir que Su¨¢rez es marxista, con lo cual le mejoran la imagen y la telegenia. Es lo que le he o¨ªdo a un empresario a pie de fais¨¢n gratinado:
-En estas condiciones, nuestros hijos no querr¨¢n ser empresarios.
A lo mejor quieren ser chapistas parados, que la juventud est¨¢ muy maleada por los gur¨²s. Cuando salen de ese sitio con leones que hay frente al Palace, Camacho se va a General Ricardos a seguir de pobre, y Jim¨¦nez de Parga se va a poner su perfil her¨¢ldico o acu?aci¨®n espa?ola contra m¨¢s nobles reposteros, mientras medita ese profundo avance social que es la flexibilizaci¨®n de plantillas.
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