Continuar la Moncloa

?Hay que continuar la Moncloa. Esto es, asegurar la aplicaci¨®n de sus acuerdos y revisar, para corre girlo, lo que se ha deteriorado. El tiempo se cuenta ya por semanas. El tiempo perdido ha creado nuevas urgencias a las que debemos hacer frente tanto en Io econ¨®mico como en lo pol¨ªtico. Continuar la Moncloa quiere decir, en nuestro criterio, examinar conjuntamente, Gobierno y partidos parlamentarios, c¨®mo ganar el tiempo perdido. Y examinar tambi¨¦n -sin ello casi todo podr¨ªa seguir en el papel- la cuesti¨®n de los cauces, los instrumentos de su aplicaci¨®n.Conv¨¦nzanse quienes persisten en abrir camino a alternativas cerradas por la realidad pol¨ªtica y social de Espa?a. Aqu¨ª, en esta hora, y en las futuras horas previsibles, ninguno tenemos la mayor¨ªa -ni de opini¨®n ni parlamentaria- que permitiera la alternativa de la izquierda ni de la derecha, de uno u otro partido, del reparto temporal, y unilateral, del Poder. La UCD est¨¢ sufriendo el desgaste de su Gobierno monocolor y parlamentariamente minoritario. El PSOE est¨¢ pagando, exactamente en estos momentos, el error de haber ?partidizado? las elecciones sindicales, con la consigna de "UGT, sindicato socialista". La creciente ventaja de Comisiones Obreras en las f¨¢bricas confirma lo ilusorio que es en nuestro pa¨ªs el bipartidismo, ni siquiera ese "bipartidismo imperfecto", mencionado por Felipe Gonz¨¢lez en el Club Siglo XXI. Porque cuando la mayor¨ªa de los trabajadores niega su voto a esa "UGT, sindicato socialista", ?c¨®mo podr¨ªa gobernar o cogobernar en nombre de ellos un solo partido obrero? Conv¨¦nzanse. No estamos ni en Gran Breta?a ni en la Rep¨²blica Federal de Alemania.

Aqu¨ª, y ahora, no hay m¨¢s alternativa que la de ser todos fieles a los acuerdos de la Moncloa. Continuar la Moncloa, en suma.?

12 febrero