El Premio del Consejo de Europa, para la Fundaci¨® Joan Mir¨®

Esta es, en efecto, la primera vez que, un museo espa?ol hace suyo un premio de tales caracter¨ªsticas en el ¨¢mbito cultural europeo. El hecho parece doblemente destacable, tanto por la representatividad de la entidad que lo otorga como por el nombre y dedicaci¨®n de los miembros del jurado: Richard Hoggart, subdirector general que fue de la Unesco; Georges van der Abeelen, consejero general de B¨¦lgica; Kenneth Hudson, consejero de la Unesco para los museos; John Letts, presidente del National Heritage de Londres; Luis Monreal, secretario general del Consejo Internacional de Museos, y Ulla Keding Olofsson, presidente del Comit¨¦ de Educaci¨®n de dicha instituci¨®n.Cabe decir que no ha mediado pr¨¢ctica soluci¨®n de continuidad entre la creaci¨®n del premio y su concesi¨®n a la pujante fundaci¨®n barcelonesa, cuyas puertas se abrieron hace poco m¨¢s de dos a?os. Tomando como base la experiencia adquirida por el Museum of the Year Awart, que de un tiempo a esta parte viene concediendo una recompensa anual al mejor organismo del ramo en el Reino Unido, el Consejo de Europa, en colaboraci¨®n con el Consejo de los Museos, decidi¨®, el pasado a?o, instituir y acaba ahora de otorgar otras dos, con el mismo car¨¢cter anual y bajo t¨ªtulo respectivo de Premio al Museo Europeo de 1977 y Premio Especial del Consejo de Europa 1977. El primero de ellos ha reca¨ªdo en el Ironbridge Gorge Museum Trust (Inglaterra) y ha venido el otro a parar a la Fundaci¨® Joan Mir¨®, a la que, dadas las circunstancias, no le cuadra nada mal aquello de llegar, ver y vencer.

Sobre la relevancia cultural, siendo tanta, de la entidad que lo otorga y el prestigio del jurado que ha fallado acerca de su destino, se me ocurren a¨²n m¨¢s de destacar los motivos a que se atiene el premio reci¨¦n obtenido por la Fundaci¨® Joan Mir¨®: ?Sus ¨¦xitos -reza el texto literal del acta- en la aplicaci¨®n de los objetivos al progreso de las ideas internacionales, especialmente entre la juventud, y su contribuci¨®n a la creaci¨®n de un nuevo concepto de museo de arte como centro cultural.? Subraya el jurado el car¨¢cter mod¨¦lico de la fundaci¨®n barcelonesa y desea que ?su reconocimiento sirva de ejemplo para futuras ocasiones en que el Consejo de Europa tenga a bien conceder este galard¨®n a partir de 1978?.

Creada por Joan Mir¨® el 12 de mayo de 1971, la fundaci¨®n que lleva su nombre y se ve subtitulada como el de Centro de Estudios de Arte Contempor¨¢neo (CEAC) es una instituci¨®n absolutamente privada que fue clasificada como ben¨¦fico-docente el 27 de junio de 1972 y abri¨® sus puertas al p¨²blico el 10 de junio de 1975. No se trata de un simple recinto destinado a la obra generosamente donada junto con la materialidad del edificio y por Joan Mir¨®.

Desde junio de 1975, la Fundaci¨®, aparte de haber presentado una holgada veintena de exposiciones de aut¨¦ntico alcance internacional, ha organizado m¨¢s de un centenar de conferencias y debates relacionados con la cultura, la m¨²sica, el arte, el cine, el teatro, la literatura, la historia y la pol¨ªtica contempor¨¢nea. Se han proyectado m¨¢s de doscientas pel¨ªculas, han tenido lugar veintitr¨¦s conciertos de m¨²sica actual y muy diversas representaciones teatrales, con preponderancia de piezas experimentales y grupos independientes. La biblioteca y el centro de informaci¨®n se hallan diariamente abiertos a estudiosos y p¨²blico en general, siendo peri¨®dica la publicaci¨®n de cat¨¢logos, carteles, reproducciones, diapositivas, material de documentaci¨®n y otros testimonios sobre aspectos globales y monogr¨¢ficos del arte contempor¨¢neo.

Certeramente dirigida por el incansable Francesc Vicens, la Fundaci¨® Joan Mir¨® tiene, seg¨²n se dijo, un car¨¢cter absolutamente independiente, sin m¨¢s recursos, aportaciones y ayudas que las cuotas de los asociados, o amigos, y la recaudaci¨®n proveniente de las visitas a su sede. Es muy de celebrar, as¨ª las cosas, el excepcional galard¨®n que hoy mismo le va a ser concedido por el Consejo de Europa, y parece muy aconsejable que el Ministerio de Cultura apoye, de forma tambi¨¦n excepcional, los afanes de esta ejemplar instituci¨®n, ¨²nica en Espa?a y al otro lado del Pirineo.