El peso medio Rubio Melero, en grav¨ªsimo estado
La derrota de Perico Fern¨¢ndez ante el escoc¨¦s Jim Watt en pelea por el t¨ªtulo de Europa de los ligeros qued¨® como pura an¨¦cdota al final de la velada que se celebr¨® en el Palacio de los Deportes madrile?o. La tragedia ocurrida poco antes de esa pelea, cuando Rubio Melero, un ?telonero?, cala v¨ªctima de los golpes de su rival, dej¨® en un segundo plano el llamado combate estelar y confirm¨® una vez m¨¢s que el boxeo es un deporte poco deseable en el que, adem¨¢s, no se cumplen las reglas de seguridad establecidas. Rubio Melero se enfrent¨® a un hombre superior a ¨¦l, y en el curso de la pelea pas¨® los suficientes momentos de apuro como para que el ¨¢rbitro o su propio manager la hubieran detenido. Finalmente result¨® que el Palacio de los Deportes carec¨ªa de las asistencias sanitarias elementales para un caso as¨ª.
Rubio Melero se enfrentaba al campe¨®n de Espa?a de los pesos medios, Francis, en el primer combate de la noche. Se presentaba en Madrid, era un p¨²gil joven, prometedor, y no quer¨ªa dejar escapar su oportunidad. Francis, campe¨®n de Espa?a, tuvo que responder a la fogosidad con la fogosidad. La pelea fue encarnizada, los golpes se cruzaron continuamente, y en el s¨¦ptimo asalto -en el que ya hab¨ªa sufrido una ca¨ªda- Rubio Melero se fue al suelo por uno de tantos impactos. Justo en el momento en que ca¨ªa, su preparador lanzaba la toalla del abandono. Fue demasiado tarde. El ¨¢rbitro cont¨®, dio vencedor a Francis, y entonces se pudo observar que Rubio Melero no reaccionaba. Y se pudo tambi¨¦n descubrir que en las instalaciones del Palacio de los Deportes no hab¨ªa la m¨¢s elemental asistencia m¨¦dica para un caso as¨ª, ni siquiera ox¨ªgeno. Al p¨²gil hubo que practicarle respiraci¨®n artificial boca a boca mientras se esperaba -veinte minutos- a que apareciera una ambulancia. Al fin pudo ser trasladado Rubio Melero a la Residencia Francisco Franco, donde ingres¨® en grav¨ªsimo estado, con fuerte lesi¨®n de troncoenc¨¦falo, y edema agudo de pulm¨®n. A la hora de cerrar esta edici¨®n, su estado era considerado como muy grave.
Perico, nada de nada
Perico Fern¨¢ndez se enfrentaba en la segunda pelea de la noche y con televisi¨®n en directo al campe¨®n de Europa de los pesos ligeros, el escoc¨¦s Jim Watt, que expon¨ªa el t¨ªtulo. El combate del irregular p¨²gil ma?o fue decepcionante para sus seguidores. Pese a que en el primer asalto puso en pie al p¨²blico al alcanzar al campe¨®n con una buena derecha corta, a la contra, y derribarle. Pero el resto de su combate fue de una pasividad absoluta. Se limit¨® a encerrarse en las cuerdas y a cubrirse para defenderse del castigo del escoc¨¦s. Este, tenaz e insistente, golpeaba a su rival contra las cuerdas. De cuando en cuando Perico Fern¨¢ndez sal¨ªa de su pasividad para contraatacar, pero, nunca acert¨® en sus intentos. Los asaltos fueron resultando id¨¦nticos los unos a los otros. En el d¨¦cimo y en el und¨¦cimo, el ¨¢rbitro lleg¨® a contar a Perico al ver que ¨¦ste, refugiado en las cuerdas, no ofrec¨ªa ninguna reacci¨®n. S¨®lo en el ¨²ltimo, Perico trat¨® de llevar la iniciativa. Al final, el veredicto, con toda justicia, proclam¨® vencedor de la pelea al escoc¨¦s, que as¨ª reten¨ªa el t¨ªtulo. Su margen fue ampl¨ªsimo en las cartulinas de los jueces. Perico, que fue abroncado a partir del tercer asalto, se retir¨® entre abucheos. Luego explicar¨ªa que la fractura de un metacarpiano de la mano derecha le hab¨ªa impedido pegar a partir del noveno asalto.
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