El precio de la modernizaci¨®n del ej¨¦rcito chino
La situaci¨®n econ¨®mica china no es ciertamente envidiable. Las dificultades se acumulan, y la familia media apenas puede mantener un status de supervivencia. Frente a la prolongaci¨®n de una tensi¨®n revolucionaria constante, los nuevos dirigentes chinos parecen haber abierto el camino hacia un progresivo desarrollo, a trav¨¦s de la modernizaci¨®n tecnol¨®gica y de los sistemas de producci¨®n. Pero gran parte de esos esfuerzos, que ser¨¢n apoyados por las enormes reservas de materias primas del pa¨ªs, ser¨¢n dirigidos a crear un ej¨¦rcito moderno, a la altura de las responsabilidades regionales que, tras la retirada norteamericana de la regi¨®n, asumi¨® China en el Sureste Asi¨¢tico. Nuestra colaboradora Mercedes Ros¨²a concluye con el an¨¢lisis de estos factores la serie de art¨ªculos sobre la nueva guerra de Indochina.
En China se vive mejor que en 1940, pero mucho peor que en 1956 y que en 1965, a?os que marcaron para los chinos las cotas m¨¢s elevadas en su nivel de vida. Las dos grandes campa?as del partido, el Gran Salto Adelante -1958-, y la Gran Revoluci¨®n Cultural Proletaria -1966- fueron tan masivas como ruinosas y dieron al traste con los reto?os de un modest¨ªsimo bienestar. El descenso del nivel de vida se ha acentuado en la ¨²ltima d¨¦cada, especialmente a partir de 1975.La diferencia entre los habitantes de Pek¨ªn (y senderos trazados para el turismo extranjero) y los de las provincias son de envergadura s¨®lo superada por las existentes entre el mandarinato -miembros del partido y del ej¨¦rcito-, el mandarinato no numerario -cuadros y obreros de ciertas entidades-, y la masa. A los segundos corresponde esa imagen estandard del obrero, que cobra un salario medio de 60 yuanes mensuales (un yuan = aproximadamente 31 pesetas).
Este salario es raro. En las f¨¢bricas estatales, la mayor parte de los obreros cobran 36 yuanes mensuales; los aprendices, durante dos a?os, de catorce a dieciocho; los de peque?os talleres cooperativos, unos 35 (y esta categor¨ªa, mayoritariamente femenina, no cuenta con retiro ni seguridad social). En cuanto a las vacaciones pagadas, no hay sino media docena de d¨ªas anualmente de fiesta. La pensi¨®n para ancianos sin familia ni recursos es de dieciocho yuanes. Los cupones de racionamiento (necesarios para casi todo, especialmente -desde hace tres a?os, y de tres categor¨ªas: nacionales, provinciales y de distrito) asignan porciones mensuales muy diversas, de aceite ( 1 /4 litro al mes por habitante en Pek¨ªn, medio litro por a?o en Manchuria), cereales, algod¨®n (5,40 metros al a?o), zapatos, madera, huevos, productos industriales, etc¨¦t¨¦ra, en la capital y en el exterior. El kilo de carne que se come por familia y por mes en Pek¨ªn es cantidad fabulosa en el resto de China, donde los huevos son un extra y la carne un magro visitante mensual o trimestral. El men¨² ordinario es pastas, cereales y algunas verduras. De la pobreza de pr¨®tidos en la alimentaci¨®n viene esa dejadez, tendencia al sue?o, falta de energ¨ªas, que muchos extranjeros interpretan como ?tranquilidad oriental?.
Una familia de cuatro personas dispone de una habitaci¨®n (diecis¨¦is metros cuadrados). Existe un activo mercado negro de cupones de racionamiento y de productos. En los hospitales, rebosantes y paup¨¦rrimos en instalaciones, los cuidados m¨¦dicos no son gratuitos ni siquiera para los obreros, que deben pagar un d¨¦cimo de yuan, mientras que sus familiares abonan el 50%; la subvenci¨®n de la seguridad social no interviene, o apenas, cuando se trata de oculistas, dentistas, de ciertos medicamentos, como las vitaminas.
El paro encubierto es vasto y engrosado por los muchos que reh¨²san separarse de sus familias cuando se les destina a lugares a cientos de kil¨®metros de su hogar. La seguridad de empleo en China se paga al precio de estar totalmente cosificado por el Estado-patr¨®n, quien dispone, a trav¨¦s de la todopoderosa ?danwei? (unidad de trabajo), lugar, condiciones, tipo de empleo, salario, traslado en cualquier momento, permiso de matrimonio, aborto, divorcio, n¨²mero de hijos y cu¨¢ndo tenerlos, campa?a pol¨ªtica... S¨®lo al precio de una disponibilidad total, sin posibilidad alguna de voluntad y elecci¨®n, se podr¨ªa hablar -y a¨²n- de trabajo seguro.
Aumenta la criminalidad
La criminalidad ha aumentado en forma galopante en los ¨²ltimos a?os, as¨ª como las huelgas, manifestaciones, revueltas provinciales. Prostituci¨®n y mendicidad existen, lo primero d¨¢ndose con frecuencia entre ex guardias rojas, muchachas estudiantes que huyen del campo, al que se les hab¨ªa enviado; los segundos, visibles aun para el extranjero de paso en cuanto se viaja por provincias. Las deficiencias y recesos en industria energ¨¦tica ligera y en producci¨®n de acero son mencionados por la prensa china misma, bajo p¨²dicas met¨¢foras. Respecto a los cereales, tras los triunfales anuncios de espl¨¦ndidas cosechas y pleno abastecimiento, han venido otras noticias seg¨²n las cuales, de 1976 a 1977, su importaci¨®n ha pasado de cuatro a once millones de toneladas anuales. Las importaciones de soja se cifrar¨ªan en 1977 en cientos de miles de toneladas. Las exportaciones de arroz contin¨²an descendiendo.
Se?ales todas, am¨¦n de otras razones, de una gran huelga de celo por parte de una poblaci¨®n que sabe que el actual presidente fue el ministro de Polic¨ªa de Mao, y a la que la estructura perfectamente piramidal de la nueva ?Burocracia Celeste?, como dijera Balazs, no deja otra autoafirmaci¨®n que la resistencia pasiva; inflaci¨®n y devaluaci¨®n de los viejos estimulantes -?internacionalismo proletario?, ?faro del socialismo?, ?trabajar por la revoluci¨®n?- gastados, vac¨ªos, descargados de energ¨ªa.
Para pagar la modernizaci¨®n tecnol¨®gica y armament¨ªstica en tiempo r¨¦cord, el Gobierno de Pek¨ªn dispone, por una parte, de materias primas. Seg¨²n Pek¨ªn Informa, China posee vastos dep¨®sitos de cobre, carb¨®n, hierro, f¨®sforo, etc¨¦tera. En un informe de la CIA se dice que las reservas petrol¨ªferas de la plataforma costera china son comparables a las norteamericanas (de ah¨ª quiz¨¢ tambi¨¦n el encarnizamiento chino en la defensa de las doscientas millas de aguas territoriales). China no dispone de infraestructura de extracci¨®n y tratamiento de crudos para explotar ella su petr¨®leo, ni de una marina mercante para su comercializaci¨®n. Ha solicitado cr¨¦ditos financieros importantes a consorcios bancarios, aunque su pol¨ªtica crediticia est¨¢ envuelta en inc¨®gnitas.
El Estado chino dispone, por ¨²ltimo, de la enorme plusval¨ªa sobre su capital humano que le asegura el sistema y de esa otra plusval¨ªa deducida sobre la calidad de la vida, sobre la libertad, la posibilidad de elecci¨®n, la cultura, la elemental democracia cotidiana, los derechos humanos.
?Qui¨¦n envuelve a qui¨¦n?
No es raro encontrar en Pek¨ªn Informa exhortaciones a Estados Unidos para que prosiga su carrera armament¨ªstica y programe el enfrentamiento inevitable con la URSS. El Gobierno chino lanza continuas alertas contra la presencia de ?los nuevos zares? en el Pac¨ªfico y en el Indico, pone en guardia a Malasia, Filipinas, Tailandia, contra actos de sabotaje y subversi¨®n de agentes rusos disfrazados de marineros. El potencial naval chino es, por cierto, d¨¦bil en extremo. Ultimamente muestra Pek¨ªn sumo inter¨¦s por la ANSEA (Asociaci¨®n de Naciones del Sudeste de Asia, integrada por Indeinesia, Malasia, Filipinas y Tailandia), en otro tiempo considerada despreciable criatura norteamericana y club de pa¨ªses reaccionarios enfeudados al imperialismo norteamericano.
Casi tropezando unos con otros, chinos, camboyanos, vietnamitas se han lanzado a la conquista diplom¨¢tica de la ANSEA. En la primavera de 1977 envi¨® Camboya a leng Sary de gira, y en diciembre, los diriecntes de dos pa¨ªses de la ANSEA fueron ¨ªnvitados oficialmente a Phnorn-Phenh. En enero del 78, durante un viaje de dos semanas, el ministro de Asuntos Exteriores vietnamita, Nguyen Duy Trinh, ha dado seguridades a Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia de que su pa¨ªs no persigue fin alguno expansionista y que, al contrario, hab¨ªa sido atacado por los camboyanos, llevados por su odio secular y fanatismo actual.
Es evidente que Hanoi intenta impedir que China le encierre en un c¨ªrculo de pa¨ªses hostiles y obstruya sus v¨ªas comerciales, mientras que China, a la que resulta insoportable la presencia sovi¨¦tica tambi¨¦n en su frontera sur y la manifiesta voluntad de distanciamiento respecto a ella de Hanoi, y teme verse rodeada de pa¨ªses prosovi¨¦ticos, desea forjar un consenso entre las naciones de la pen¨ªnsula Indochina. Tanto ella como Camboya se valen del temor hacia Vietnam como peligrosa potencia expansionista. Camboya acus¨® a Hanoi de llevar a cabo, desde 1965, intentos de poner en pr¨¢ctica el ?Plan Ho Chi Minh?: una federaci¨®n comunista indochina, con Vietnam a la cabeza.
China se mueve en dos planos: cuenta con el apoyo de los partidos comunistas malayo y birmano, por una parte, pero, pesimista en cuanto a las posibilidades de los movimientos comunistas en Indochina tras el poco estimulante ejemplo de la situaci¨®n interna camboyana, China ejercer¨ªa una discreta funci¨®n auxiliadora de los grupos rebeldes al actual Gobierno de Hanoi en los maquis del sur de Vietnam. Pek¨ªn busca, en fin, por todos los medios esterilizar a la ANSEA contra microbios vietnamitas y sovi¨¦ticos.
La partida est¨¢ planteada en torno al problema de hacia qu¨¦ federaci¨®n se dirige indochina. Estados Unidos ha dejado, tras su retirada material, una China cliente, que velar¨¢ por sus intereses y que tiene como principal finalidad mantener a raya a la URSS. El Gobierno de Pek¨ªn dispondr¨¢ en breve, a cambio, de una potencia militar moderna tan pr¨¢ctica para la vigilancia de la vecina sovi¨¦tica como para la represi¨®n interna y para la intervenci¨®n, directa o indirecta, en los focos conflictivos de Indochina.
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